Newsletter
Newsletter

Liv Tyler: "Todos somos observados, hay que acostumbrarse"

A sus 34, volvió a ser la cara de Givenchy y sorprendió con una estética despojada y natural; en una charla exclusiva con OHLALÁ!, pasa revista a todo: padres, fama, trabajo, belleza y maternidad





Ni siquiera había cumplido 12 y sus compañeros ya levantaban la cabeza para mirarla. El estirón la ubicó en el ingrato casillero de "la más alta de la clase", y así, de a poco, Liv Tyler tuvo que acostumbrarse a eso de sobresalir (literalmente) del resto. No es que le gustara. De hecho, trataba de andar siempre descalza; intentaba pasar inadvertida o integrarse en los grupos para ser parte de algo.
"Me sentía incómoda con mi cuerpo", dice ahora en un tono de voz susurrado desde los sillones de Don Hill’s, uno de los bares más top de Manhattan. Afuera todavía es de día, pero acá ya está oscuro. El lugar cerró las puertas para nosotras. Hay grafitis en las paredes, una barra con tragos riquísimos y velas en cada mesa. Tyler está vestida de punta en negro, dispuesta a presentar la nueva fragancia de Givenchy, pero también a responder algunas preguntas más. De cerca, huele a flores y su piel blanca es mucho más blanca, como de porcelana.
Todavía no imaginaba un destino signado por las luces, los flashes y la red carpet, cuando se transformó en la princesita mimada del rock estadounidense. Hija de la modelo y cantante Bebe Buell, creyó hasta los 9 que el músico Todd Rundgren era su padre biológico. La cosa cambió cuando conoció en persona a Steven Tyler, líder del grupo Aerosmith, y asoció el increíble parecido físico que existía entre ellos (¡esos labios!) con la posibilidad de una paternidad diferente. La respuesta materna no tardó en llegar, y el resultado se consolidó con el cambio de apellido y una relación que creció con el tiempo.
Lejos de juzgar o enojarse, Liv aprendió que el concepto de familia podía ser más flexible de lo que pensaba. "Cuando sos chico, tenés opiniones y juicios de valor muy específicos sobre tus padres, sobre cómo hacen las cosas. A medida que vas creciendo y vos mismo te convertís en padre, de pronto todo el mundo se te abre y decís: "Dios mío, ahora entiendo por qué pasó esto y por qué pasó lo otro". Entendés todo mucho más y sentís compasión por la versión que ellos tienen de la historia", plantea a sus 34. Es que desde el nacimiento de Milo, su hijo de 5 años, algo cambió en su propia visión del asunto. No sólo siente compasión por sus padres, sino que cada día se pregunta qué tipo de madre ser con ese chiquito que hoy, ya separada del músico Royston Langdon, define como el amor de su vida.
"En cualquier niñez hay cosas que te pasaron y que querés repetir y cosas que no. Como madre, tenés muchas ideas, esperanzas, aspiraciones y sueños sobre cómo querés que salga todo. Pero lo cierto es que cuando entra a jugar la vida cotidiana, lo único que queda es pensar en un día a la vez y hacer lo mejor que podés: querer a tu hijo y escucharlo de verdad. Todos tenemos que trabajar, y es difícil estar lejos de nuestros hijos, pero la realidad es que tenemos que hacerlo."
Nadie mejor que ella para decirlo. Tras saltar a la fama con Armageddon y El señor de los anillos, los mejores directores se la disputan, y no es fácil negarse a las buenas propuestas. En el último año, Liv tuvo que repartir sus días entre la filmación de Súper, dirigida por James Gunn, y la campaña del nuevo perfume de Givenchy (Very Irrésistible L’Intense), que la tiene de imagen desde 2003. Todos los fines de semana, se tomaba un avión para estar cerca de Milo.
No sólo terminó agotada, sino que, en pleno proceso de trabajo, su hijo le hizo uno de los primeros reclamos de su vida: "Me dijo que quería que yo tuviera otro trabajo, para estar más tiempo con él", cuenta entre risas. Aunque dice que complementa a la perfección sus roles de actriz y modelo, alguna ficha terminó de caerle con la demanda infantil y decidió darle prioridad a lo segundo: "Me di cuenta de que se me hace cada vez más difícil hacer una película, porque me tengo que alejar de casa, y es mucho tiempo... Hacer cosas relacionadas con la moda es mejor, porque son períodos más cortos. Se puede hacer mucho en una semana o en dos días. Supongo que cuando Milo sea un poquito más grande volveré a filmar, pero ahora acaba de empezar la escuela y me necesita".
Con naturalidad
Mientras hablamos, la flamante foto de campaña está frente a nosotras. Aunque al principio era sólo una prueba de luces, se transformó en la imagen definitiva de Very Irrestible L’Intense. Ahí está Liv Tyler en las primeras horas de la mañana: sin una gota de pintura, algo despeinada, con pocas horas de sueño por el jet lag. Era sólo probar, pero algo pasó. Tal vez haya sido la piel impecable, o la profundidad de su mirada, o esa bocota tan sexy, la hipnótica atracción de su belleza. Todo eso debe haber impactado al fotógrafo Jean-Baptiste Mondino al ver las imágenes de Liv a cara lavada. "Son éstas", gritó para sorpresa de maquilladores y peinadores que ni siquiera habían empezado su trabajo. Por eso las fotos en blanco y negro la muestran así: despreocupada, algo seria, como si hubiera pensado en otra cosa mientras escuchaba el clic de la cámara y posaba instantáneamente para Mondino.
Hoy, los ejecutivos que cuestionaban la apuesta comprobaron que la decisión fue acertada y que era verdad, tenían que ser ésas. A diferencia del sombrero y el make up intenso de sus anteriores campañas para Givenchy, hay algo en este "dejarse ser" que ilumina el presente de Liv Tyler, instalada en sus treintipico y disfrutando de la maternidad. Algo que se transmite a través de la pose genuina, como si la belleza hubiera tomado otro rumbo.
"Me gusta sentirme sana. Me gusta comer sano, pero también me encanta la comida. Nunca podría estar contando calorías. Esto es como una máquina: me pongo en el modo correspondiente, según cada momento. Si ahora quiero estar con mi hijo en casa cocinando todos los días, entonces lo hago, y como todo lo que quiero, me lo permito."
Claramente, el binomio amoroso madre-hijo es su cable a tierra ahora que está sola y se transformó en la soltera más codiciada de Nueva York. Ella sólo tiene ojos para Milo. Hasta aprendió a tolerar el acoso mediático que tanto la angustió en otros tiempos, tal vez una consecuencia de estar tan madura y maternal: "Cuando era más chica, los paparazzi me daban pánico, pero crecí en Nueva York y no había tantos; tenía más libertad. Ahora, hay un mercado de eso: seguir a celebridades. Yo tomé la decisión de no asustarme. Quiero decir: todos estamos siendo observados en realidad, sólo hay que acostumbrarse. Cuando me da bronca, trato de manejarlo, y puedo ser muy evasiva. Entre nosotros, siempre tuve la fantasía de vivir en el campo. Pero a esta altura, no creo que lo haga".
Alguien nos avisa que el tiempo de la entrevista terminó. En el apuro, tiro al aire una última pregunta: "¿Cómo te imaginás de acá a diez años?". Liv sonríe y me mira a los ojos, como si para eso no hubiera respuesta. "¿Cómo te imaginás vos?", dice, y deja su perfume en el aire.
Por Violeta Gorodischer (desde Nueva York)

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

¿Por qué es clave reducir la cantidad de bolsas de plástico que usamos?

¿Por qué es clave reducir la cantidad de bolsas de plástico que usamos?


por Redacción OHLALÁ!

Cómo será el pago de las facturas de abril de las prepagas tras las medidas del Gobierno

Cómo será el pago de las facturas de abril de las prepagas tras las medidas del Gobierno


por Redacción OHLALÁ!

Cómo decorar tu casa con antigüedades y muebles vintage

Cómo decorar tu casa con antigüedades y muebles vintage


por Carolina Cattaneo


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP