Lluvia de meteoros: ¿cómo será el espectáculo?

Las lluvias de meteoros toman su nombre de la constelación del cielo donde se observan. La lluvia de las acuáridas se ve en la constelación de Acuario, la de las leónidas, en la constelación de Leo. Recordemos, las constelaciones son sectores del cielo donde se hacen dibujos arbitrarios con las estrellas. De igual manera que los barrios de una ciudad, cubren toda la superficie, sin dejar espacios vacíos ni superponerse. Toda la bóveda celeste está delimitada por 88 constelaciones.

En octubre se verán las lluvias de meteoros de las dracónidas y oriánidas. La primera sucederá en la constelación del Dragón y la segunda en la de Orión (cuyo cinturón forman las Tres Marías).

Se verá con mayor intensidad entre las noches del sábado 8 y el lunes 10, en mayor cantidad hacia la cabeza del dragón que dibuja la constelación. Sucede cuando nuestro planeta, en su movimiento alrededor del Sol, atraviesa un sector de espacio que quedó con muchos meteoroides que dejó el paso del cometa 21P/Giacobini-Zinner. No tiene un nombre muy elegante, pero cada seis años y medio le pega una vuelta al Sol al pasar por nuestra órbita deja las “semillas” de la lluvia de meteoros que se puede observar a principio de mes.

Para encontrarla hay que mirar hacia el norte, bien bajo en el horizonte al inicio de la noche. Se aprecia mucho mejor del hemisferio norte. Pero con algo de suerte se puede llegar a observar alguna “estrella fugaz”. En estos casos es muy recomendable tener ya pensado el deseo a pedir, para que no nos agarre indeciso. Parafraseando el refrán: las estrellas fugaces solo pasan una vez.

Se extienden a lo largo de todo octubre, pero con su mejor momento por la noche del viernes 21. Esta se debe a los rastros que dejó el famosísimo cometa Halley, que nos visitó por última vez en 1986 y promete volver para 2061. ¿Quién estará para ver? Pensar eso nos da una cierta de la idea de los tiempos del universo y los tiempos humanos.

Es fácil de ubicar, hay que encontrar las Tres Marías en el firmamento. Están asomando un poco antes de la medianoche hacia el Este, por el mismo lugar que sale el Sol. No solo será otra oportunidad para pedir deseos, sino también para recordar la leyenda del gigante cazador Orión y su muerte por hablar de más.