"Man enough": de qué se trata esta movida que cuestiona los estereotipos masculinos
El actor Justin Baldoni lidera una movida que propone nuevas formas de ser “suficientemente hombre”.
13 de abril de 2018 • 16:22
Que las mujeres estamos disconformes con el modo en que se nos suele representar públicamente, está claro. Llegar a expresarlo fue un largo camino. Movimientos mundiales como el de Ni Una Menos comenzaron como un grito contra los femicidios y terminaron por convertirse en la punta de un ovillo que nos ayudó a despertar otra mirada sobre el mundo. A medida que la discusión creció, fue una sorpresa para muchos descubrir que no era solo a nosotras que estas representaciones nos molestaban. Justo en la vereda de enfrente, un grupo de hombres –liderado por el actor hollywoodense Justin Baldoni (mirá nuestra entrevista con él)– emergió para manifestar abiertamente un sentimiento de hartazgo frente al hecho de ser convocados siempre a comportarse como winners perpetuos, cavernícolas cazadores o robots sin corazón. Algunos de esos hombres están tomando el espacio habilitado por el feminismo para interpelar a sus pares acerca de comportamientos hasta ahora naturalizados. ¿Cómo piensa esta nueva generación masculina?
La hora de la autocrítica
“En el mundo de los hombres, si hay que elegir entre ser una buena persona o demostrar que se es hombre, hay que demostrar que se es hombre, si no, llega el castigo”, explica Derek Hough, un bailarín heterosexual que vivió un absurdo Via Crucis personal para revelar a su entorno machista su vocación por la danza. Él es uno de los amigos del actor norteamericano Justin Baldoni, quien lo convocó junto con otros hombres (heteros, gays y trans) a hacer lo que efectivamente terminan haciendo en su proyecto Man Enough: reflexionar sobre aquellos momentos en los que la presión por sostener la masculinidad los llevó al ridículo, lo absurdo e, incluso, lo cruel y violento. En estas conversaciones interviene un especialista en género que guía sus reflexiones hacia el foco de la cuestión; sistematiza las características de la masculinidad tóxica y los ayuda a pensar la posibilidad de construir otra forma de ser hombre.
¿Qué es la masculinidad tóxica?
Esta movida no se trata de una oda a “lo difícil que es ser hombre” sino a lo absurdo e incapacitante que es construir toda una identidad alrededor de tener “dones de hombría”, como actuar con insensibilidad frente al sufrimiento ajeno, usar al otro como herramienta para un fin o incluso instaurar un régimen del miedo sobre el sexo femenino. Man Enough surge como una propuesta interesante de parte de sujetos dispuestos a ocupar ese temido espacio repleto de vacantes llamado “autocrítica pública masculina”. Esta tarea reflexiva, hay que decirlo, no parece ser muy popular entre hombres: en su charla de presentación del proyecto en TEDx, el mismo Baldoni admite tener mucha más repercusión entre mujeres que entre sus pares, más reticentes a mirarse en el espejo.
Los mandatos a quebrar
- Autocontrol emocional
Mandato: “Los hombres no lloran” / “Los hombres no tienen miedo” / “Los hombres siempre saben qué hacer” / “Los hombres no se comprometen”.
Quiebre: los hombres sienten tristeza, temor, dudas y lealtad. Hay valentía en asumir las emociones.
- Estética
Mandato: “Los hombres no usan ciertos colores/cortes/telas” / “Los hombres no resaltan ciertas partes de su cuerpo” / “Los hombres no dan aspecto frágil”.
Quiebre: la asignación de los elementos estéticos a lo femenino o masculino es producto de una convención arbitraria. La audacia y el desprejuicio pueden lucirse con orgullo.
- Disciplinamiento del cuerpo
Mandato: “Los hombres no mueven ciertas partes de su cuerpo (hombros, cintura, cabeza) cuando bailan” / “Entrenar la cola es de gay” / “Cuidarse la salud es de débil”.
Quiebre: ellos pueden disfrutar de sus cuerpos como herramienta de expresión. Es signo de inteligencia cuidar su estado físico y reducir los riesgos a los que se exponen.
- Exacerbación de la sexualidad
Mandato: “Los hombres siempre tienen ganas ” / “Los hombres pueden siempre” / “El sexo es prioridad absoluta”.
Quiebre: la libido es personal, está ligada a las emociones y fluctúa en diferentes etapas de la vida. No puede ser un elemento performativo de un género.
- El ejercicio de la violencia sobre otros
Mandato: “Los hombres resuelven las cosas a las piñas” / “Los hombres marcan su presencia a través de su fuerza”.
Quiebre: en un mundo civilizado ya no hace falta usar los puños para terminar con un asunto.
El “deber ser”, en la mira
Muchas marcas masculinas descubrieron que la mayoría de sus clientes están en crisis (ya era hora). Esta crisis se manifiesta en el aumento de depresiones, adicciones y violencia, y también en inquietudes íntimas que hoy se pueden conocer a través de información personal decodificada en redes. Por ejemplo que la palabra “Viagra” es más buscada que cualquier anuncio político; que las inseguridades físicas de los hombres van más allá de la clásica preocupación por el tamaño del pene (se extienden hacia la estatura, el tono de voz y la nuez de adán) y, también, que existe un enorme desconcierto con respecto a sus propias emociones (“soy hombre y lloro en el cine”, “soy hombre y no me emociona el fútbol”). Descubrieron, además, que muchos de ellos les temen a sus preferencias más inofensivas (“soy hombre y me gusta limpiar la casa/hacer pis sentado”) y que desconfían de sus propios gustos (“soy hombre y me gusta el color rosa”). Con esta data, la pregunta que se impone a los productores de discursos es: ¿podemos seguir hablándole a un “supermacho”?.
Las nuevas generaciones
El informe “The Man Box” (“La caja del hombre”), lanzado por la agencia Promundo y Unilever, es un nuevo estudio sobre las actitudes, los comportamientos y la comprensión masculina de hombres de 18 a 30 años en los Estados Unidos, el Reino Unido y México. El estudio revela que la mayoría de ellos se siguen sintiendo empujados a vivir en la “Man Box”, una construcción rígida de ideas culturales sobre el sexo masculino y su identidad. Aunque muchos de ellos sufren depresión por estas imposiciones, la investigación muestra que “salir de la caja” puede conducir al mismo resultado depresivo, no solo por el castigo de sus pares, sino también por la devaluación que sufren frente al sexo femenino. Las actitudes aún valoradas en varones incluyen: ser autosuficientes, actuar duro, parecer físicamente atractivos, apegarse a roles de género rígidos, ser heterosexuales, tener destreza sexual y usar la agresión para resolver conflictos. Pero aunque los comportamientos de riesgo parecen seguir casi intactos en su apreciación, se arrojan diferencias interesantes con respecto a generaciones anteriores. Una es la visión de los hombres con respecto a la crianza de los hijos y la división de las tareas domésticas, otra incluye la apertura a la amistad con hombres gays y la última, de gran aumento en los tres países, es la disposición de los hombres a intervenir frente a la agresión de sus pares hacia mujeres.
Podés acceder al estudio completo online. promundoglobal.org.
Más info: Para mirar “Por qué ya no intento ser ‘lo suficientemente hombre ’” Por Justin Baldoni. www.ted.com.
Experto consultado: José Recalde. Psicoanalista con orientación en género. jrecalde@gmail.com .
Para seguir conociendo sobre el tema te mostramos Por qué el "príncipe azul" es patriarcal
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