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María Susini: "Facundo me propuso casamiento en el Everest"

Tiene 36 años y tres hijos con uno de los galanes más codiciados de la tele. Fue conductora y modelo; hoy se dedica a su casa: perfil de una mujer que no le tiene miedo a los cambios




Poncho étnico (Wanama, $990), jeans (Paula Cahen D''''Anvers, $638), remera de algodón (Paula Cahen D''''Anvers, $174)

Poncho étnico (Wanama, $990), jeans (Paula Cahen D''''Anvers, $638), remera de algodón (Paula Cahen D''''Anvers, $174) - Créditos: Sebastián Arpesella. Producción de Carol Schmoisman


Por Carola Birgin y Violeta Gorodischer

Nos encontramos a mitad de camino. Ni en Nordelta, donde vive María Susini, ni en Palermo, donde estamos nosotras. La cita es en un bar de San Isidro, una tarde de lluvia torrencial. Llegamos primeras y nos ubicamos en una mesita del jardín de invierno. Justo del otro lado del ventanal, dentro del salón, vemos que llega y se sienta alguien conocido: ¡Facundo Arana! Al toque, entra ella y nos saluda como si nos conociera de toda la vida. Vinieron juntos, claro, pero fue casualidad que quedáramos tan cerca. Una escena graciosa: de este lado del vidrio, María nos da la entrevista. Del otro, su marido, el papá de sus tres hijos y el megagalán de telenovelas, la espera haciendo tiempo con una compu y comiendo croquetas de espinaca. De este lado, pedimos cafecito. "No muy cargado, casi nada, que sea prácticamente agua y yo hago de cuenta que tomo café...", pide María. Y entonces nos agradece por habernos acercado. Nacida y criada en Zona Norte, le escapa a pisar la Capital.
-¿Siempre viviste en lugares no urbanos?
-Siempre. Una sola vez viví en el centro, por 8 meses, con una pareja anterior. Me quedaba todo cerca, pero yo prefería estar 40 minutos en auto e irme para la provincia. Terminaba de trabajar y me venía para Acassuso: mi mamá vivía acá, veía a mis amigas. A mí me gusta pisar el verde, me gusta la tranquilidad, me conecta conmigo. Facu tenía un departamento en Palermo, pero lo saqué de la ciudad.
-Los chicos, ¿qué edades tienen?
-Yaco y Moro, que son los mellizos, dos años y medio. India acaba de cumplir cuatro.
-Todavía los tenés que andar correteando...
-Sí, ellos no paran un segundo, y encima la perra tuvo cinco cachorros. No saben qué lindo, entre los perritos y los chicos... ¡Mi casa es cachorrolandia!
-Igual, se llevan tan poquito que tuviste como tres bebés en simultáneo. ¡Lo que debe haber sido al principio!
-Cuando te metés en el baile, bailás y no te das cuenta, es divertido, a mí me copa. En vez de ponerme nerviosa ante las situaciones complicadas, trato de buscar el rinconcito para darlos vuelta y que cambien de actitud. Porque si no, tendría que estar retándolos siempre. Si, por ejemplo, están los tres agarrándose a piñas, de repente digo: "Mirá lo que pasó por allá", entonces distraigo a uno y se desarma la cosa. Trato de no usar el "no" porque si lo hago, les tengo que decir que no todo el día. Yo no quiero tener ese tipo de relación con ellos. Hay cosas que no se tranzan: horarios de baño, de comida, a los cachorros no se les tira de las patas... Pero intento no retarlos en exceso.
Vestido de estampado étnico con cinta de rafia (Wanama, $750), chal de lanilla (Cardón, $435), botas texanas (Natacha, $850), medias de lana (Mora, $76)

Vestido de estampado étnico con cinta de rafia (Wanama, $750), chal de lanilla (Cardón, $435), botas texanas (Natacha, $850), medias de lana (Mora, $76) - Créditos: Sebastián Arpesella. Producción de Carol Schmoisman


-¿Seguís alguna corriente pedagógica?
-No, cero. Yo pruebo, veo qué onda, y si sale bien, sé que sirve. Lo mío es ir buscando, es instinto: observar, mirar. Quizá me salga para el carancho y dentro de dos años nos enteremos de que son unos malcriados, veremos. Dicen que es todo un tema ser madre de mellizos, y es verdad, pero yo estoy empezando a descubrirlo. Hay madres que trabajan todo el día y no pueden dejarlos con alguien. Lo que yo hice fue disminuir mi trabajo, y también están las abuelas.
-¿Cómo es tu trabajo hoy?
-Está más raro que nunca: hasta el embarazo, hice conducción de televisión. Después, estuve con campañas, desfiles, pero no estoy a full. Y ahora, posiblemente arranque con un programa pronto. Mientras tanto, aprovecho para estar mucho con los chicos y también para hacerme algunos viajecitos... ¡sin ellos!
-¿Cuántos días te bancás viajar y dejar a los chicos?
-Dos o tres días está bien. Cada tanto me hago una escapada cortita con Facu o con mis amigas.
-¿Sí? ¿Muy seguido?
Una o dos veces por año trato de hacerlo. Me cuesta despegar, pero cuando ya estoy allá, siento que podría quedarme un año. Los chicos se quedan re bien. Y si me voy con las chicas y se quedan con Facu, se matan de risa.
-Está bueno que puedas hacerte el espacio para esto.
-Para mí es fundamental, porque siempre me la pasé viajando y trabajando, fui muy libre. Se me dio todo muy de golpe, todo junto, y la verdad es que siempre fui de irme a recorrer. Si me voy con mis amigas, está buenísimo volver un poco al secundario: nadie tiene responsabilidades y hacemos lo que se nos canta, estamos todas en un cuarto de hotel matándonos de risa, tiradas en la cama, comiendo galletitas, comprando chocolates...
-¿Cuántas son?
-Por lo general, somos 4 o 5. La última vez, nos fuimos a Miami, y la anterior, a Salta. Son mis mejores amigas de toda la vida, estamos muy unidas, por eso es como volver al colegio, y también escaparse con Facu es importantísimo, cambiar la rutina, porque siendo madre siempre tenés la rutina pegada, del baño, de la comida, de esto, lo otro...
Camisa escocesa de seda (Cardón, $499), musculosa (Vitamina, $168), ruana de lana (Cardón, $840), jeans cigarette (Paula Cahen D''''Anvers, $638)

Camisa escocesa de seda (Cardón, $499), musculosa (Vitamina, $168), ruana de lana (Cardón, $840), jeans cigarette (Paula Cahen D''''Anvers, $638) - Créditos: Sebastián Arpesella. Producción de Carol Schmoisman


-¿Desde hace cuánto están juntos?
-Cinco años. Y en este tiempo cambió mucho mi vida, para mejor.
-Siempre fuiste muy deportista. ¿Dejaste de hacer deportes de aventura ahora que sos madre?
-Siempre hice paracaidismo y fui muy lanzada: si no sabía esquiar, me tiraba igual. A diferencia de Facu, que hace todo bien y bajo el reglamento. Lo mío es súper adrenalínico. Me ponían un paracaídas, me abrían la puerta del avión y me tiraba. Ahora me empezó a dar miedo, te volvés más maricona cuando tenés hijos. No por mí, por ellos. Ya no tengo esa cuota de inconciencia que tenía antes de ser mamá.
-¿Cómo viviste lo que le pasó a Facundo en el Everest?
-Bien, porque él me dejó tranquila de entrada: yo nunca estuve nerviosa ni angustiada, no bien pasaban las cosas, él me avisaba. Entonces, mientras todos estaban preocupados, yo calmaba a la gente. Facu me decía: "No te preocupes, estoy bien". Antes de que le pasara algo, se bajó. Es como el "señor prudencia" que mide todo, siempre le sale todo bien: eso me dejaba tranquila, su forma de ser.
-¿Y en la casa también es así?
-No, no es tan calculador en ese sentido. Pero hace las cosas y las hace simples. Facu se propone resolver algo e inmediatamente ya lo hizo. Yo aprendo mucho de él, porque digo: "Voy a hacer esto y esto y esto", y de repente termino haciendo todo mal. Él tiene la capacidad de cumplir lo que se propone. Desde las cosas chiquititas de la casa hasta los sueños más grandes. Admiro mucho ese poder de realización.

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-¿Planes de casamiento?
-Sí, no hay fecha definida, pero seguro cuando llegue el calorcito. Me lo propuso de una forma que parecía un cuento de hadas, era imposible decirle que no. Mientras subía el Everest, Facu llevaba una cajita con los anillos. Nadie sabía lo que tenía dentro porque él quería darme una sorpresa, filmarse y pedirme casamiento desde ahí. Cuando pasó todo, yo viajé a verlo y él les pidió permiso a los médicos para que nos llevaran a los dos en helicóptero hasta la cima. Lo dejaron, con un tubo de oxígeno al lado por las dudas (risas). Y estando ahí, a 5000 metros de altura, Facu me pregunta: "¿No es el lugar más lindo del mundo?". "Sí", le digo yo. "Entonces, en el lugar más lindo del mundo, te pido que te cases conmigo".
-Guau. ¿Creés que va a cambiar algo cuando estén casados?
-No creo. A mí me encantó la idea, pero no va a ser diferente, supongo.
-¿No es un problema estar con un galán de telenovelas?
-Nunca fui celosa. Cuando nos conocimos, él ya era Facundo Arana. No podés pretender cambiar a la persona que tenés al lado; si está con vos, es porque quiere estar con vos, y yo estoy con él y está todo bien. Si la gente lo quiere y a las chicas les gusta, está todo bien.
-Y también tiene que ver con la forma de ser de cada uno...
-Sí, si se fuera todas las noches a Tequila, le diría: "Chau, hasta luego". Igual, hay personas que son celosas, yo tengo amigas que me dicen: "No podría estar ni dos minutos con él". Yo nunca fui celosa, y él tampoco me cela a mí.
Parka con capucha de piel desmontable (UMA, $1100), camisa escocesa (Cardón, $449)

Parka con capucha de piel desmontable (UMA, $1100), camisa escocesa (Cardón, $449) - Créditos: Sebastián Arpesella. Producción de Carol Schmoisman




-Después de los partos, ¿cuánto tardaste en volver a tu peso?
-Nada, fue al toque, todo natural, y con los mellizos mejor, porque con India no me había cuidado un carancho. Con India no fue tan rápido, tuve que meterle laburo, entrenar, pero con los mellizos fue rapidísimo.
-¿Nunca tuviste ningún rollo con el cuerpo?
-No, siempre comí sano, y durante el embarazo estaba cuidando tanto a los bebés, porque venía de perder uno, que lo último que pensaba era en no subir de peso... Cuando terminé el reposo, tranquila, no fui ni al gimnasio ni nada, y puse a prueba la genética.
Musculosa (Vitamina, $168), sacón de lana (Akiabara, $1100), pañuelo de seda (Louis Vuitton, consultar precio), maxifalda (Cardón, $3380), borcegos (Como quieres que te quiera, $665)

Musculosa (Vitamina, $168), sacón de lana (Akiabara, $1100), pañuelo de seda (Louis Vuitton, consultar precio), maxifalda (Cardón, $3380), borcegos (Como quieres que te quiera, $665) - Créditos: Sebastián Arpesella. Producción de Carol Schmoisman


-Con la alimentación, ¿te cuidás?
-No, soy un desastre... Antes me cuidaba. Ahora como demasiadas porquerías, tiene que ver con el relajo de estar en casa con los chicos... Me gusta comer mucho chocolate a la noche, no sé si tiene que ver también con el cambio hormonal después de los embarazos, ¡antes no me pasaba eso de comer un alfajor antes de ir a dormir!
-¿Cómo hacés con el trabajo, las horas de sueño, los chicos?
-A ver, yo escucho a muchas mujeres y creo que se puso de moda hablar para descargarse, "porque esto, esto y esto", y parece que la vida es una miércoles, y la verdad es que no, yo estoy contenta. Sí, me canso, no dormí, pero no es una queja el día a día. Tengo paciencia, es como cuando te ibas de joda cuando eras chica: si tengo sueño, bueno, me la banco. Quiero disfrutar de lo que tengo, todo depende del tiempo que te tomás. Con la lactancia de los mellizos, yo les daba una lola, otra lola, y con jeringa, porque eran muy chiquitos. A la noche les daba cada dos horas, o sea que sí, es un re laburo, es cansancio, pero era como una fiesta: "Bienvenidos", les decía a todos (risas).
Camisa escocesa de seda (Cardón, $499), musculosa (Vitamina, $168), ruana de lana (Cardón, $840), jeans cigarette (Paula Cahen D''''Anvers, $638)

Camisa escocesa de seda (Cardón, $499), musculosa (Vitamina, $168), ruana de lana (Cardón, $840), jeans cigarette (Paula Cahen D''''Anvers, $638) - Créditos: Sebastián Arpesella. Producción de Carol Schmoisman


-¿Cambió mucho tu mundo?, ¿hubo un antes y un después?
-Sí, todo, cambió todo... Pero como estaba tan feliz, no es que dije: "Perdí tal cosa o tal otra". Si estás contenta con las cosas, es todo natural. Cuando vos te encontrás con la persona que tiene que ser para vos, explotan los planetas, se chocan las estrellas, explota todo. Lo que pasó con Facu fue eso, no es que me tiré a la pileta, es que lo vi y dije: "Es para mí": "¿Querés familia?", "sí", "¿querés hijos?", "sí", y a medida que nos fuimos conociendo, vi que nos habían formado el uno para el otro.
-Hoy, ¿qué cosas te inquietan, qué te da miedo?
-Hay cosas que ni quiero pensar... Por ejemplo, en que le pase algo a un hijo mío... Ni me lo quiero imaginar. Salvo eso, no me inquieta nada. Tengo una vida tan feliz en este momento... Y no es una frase armada. No sueño con algo enorme, son sueños chiquitos, pavadas, estoy arreglando la casa y sueño con cómo va a quedar. Tengo a la persona que amo al lado: ya está, dejo algo para los demás, yo estoy muy contenta ?

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