Método Montessori: por qué son claves las habilidades blandas
¿Cuánto nos prepara la escuela realmente para la vida después de ella? ¿Qué respuesta da el sistema educativo a las necesidades del mundo actual? En esta nota, cuáles son las habilidades del Siglo XXI y cómo estar preparados.
20 de octubre de 2022
El valor de las habilidades blandas. - Créditos: Getty.
Desarrollar habilidades blandas en el ámbito escolar es parte de la formación integral en pos de una vida consciente, social y en conjunto, ya que no son habilidades de trabajo, sino herramientas para la vida. Apuntan a fomentar el trabajo en equipo, la creatividad y la convivencia.
¿Cómo nos preparamos para la vida en un ambiente montessori?
Sin duda, desde los niveles iniciales, la escuela es un pilar fundamental que nos forma para afrontar los desafíos futuros que con algunas incertidumbres desafían a los educadores a diario. Pero sólo con transmitir conocimientos o conceptos ya no alcanza. En un contexto muchas veces competitivo es necesario educar al niño en el amor hacia sí mismo y hacia sus semejantes. Incorporar “otras” habilidades resulta fundamental para el mundo moderno.
Muchas veces leemos o escuchamos la frase que sostiene que “Tenemos una escuela del Siglo XIX, docentes del Siglo XX y alumnos del Siglo XXI”. Pues allí radica el principal objetivo; unificarnos todos en el corriente y poner en acción estrategias y propuestas educativas que brinden a cada alumno la posibilidad de prepararse para el contexto actual.
Somos todos conscientes de la falla que el sistema educativo tiene al respecto y queda en los profesionales del área comenzar a gestionar ese cambio que el mundo pide a gritos de la escuela. Como educador, estoy convencido de que el aprendizaje más significativo es aquel que se realiza de corazón a corazón, porque, después de todo, somos seres sociales. Por ello, considero que todos los miembros de una comunidad educativa son parte activa y clave de este proceso y, como en un ecosistema, cada uno tiene su rol y se complementa con los otros en pos del desarrollo de todos y cada uno con el objetivo principal que es preparar a los jóvenes para un futuro incierto.
Bajo esa premisa se encuadran los aprendizajes más activos, con menos foco en el docente, más protagonismo en los alumnos y foco en los procesos de aprendizaje. Hoy, los educadores no deberían conformarse con transmitir contenidos, sino también ayudar a los niños y a los jóvenes a aplicarlos, cuestionarlos y socializarlos en función de proyectos de trabajo y objetivos claros que les permitan autogestionarse y optimizar sus potencialidades. Para lograrlo, el desarrollo de las habilidades blandas es esencial.
Las habilidades Siglo XXI
Estas apuntan a fomentar el trabajo colaborativo en equipo, potenciar la creatividad, incentivar el pensamiento crítico y las habilidades de comunicación entre otras. Son vitales para el desarrollo de proyectos y planes de trabajo en conjunto, la autonomía y la reflexión necesaria para que todos eso aprendizajes construidos rompan los muros del aula.
Para desarrollar estas habilidades es relevante comprender que es necesario un cambio de roles en el que los alumnos sean los protagonistas y los docentes los mentores de aquellos procesos que se llevarán adelante motivados por los intereses de los alumnos y un ambiente de trabajo que ofrezca libertad y promueva el compromiso. Todos los procesos deben ser formativos e invitar al descubrimiento. La observación, la experiencia, el trabajo activo y la reflexión serán así algunos de los pilares fundamentales de estos recorridos en los que colaborativamente se irán desarrollando nuevos aprendizajes en proyectos desafiantes para los niños y también para los maestros. Sin duda la evaluación está también ligada a estas formas de trabajo en el aula ya que no pueden ir por vías distintas pero quizás requiera otra reflexión particular.
Ejemplificaré estos conceptos con un caso que ocurrió en Noordwijk Montessori School, donde fomentamos el desarrollo de estas competencias desde el Método Montessori. Pocos días atrás alumnos del nivel secundario llevaron adelante una investigación sobre el cuidado de la salud, prevención y hábitos saludables que además de su desarrollo estaba orientada a ser compartida con niños de entre 6 y 8 años de nivel primario. Para este objetivo, no sólo lo indagaron, administraron información y llegaron a sus propias conclusiones sino que también debieron aplicar la creatividad para la confección de una pieza entretenida y hacerse entender frente a sus destinatarios, utilizando el vocabulario adecuado y códigos de comunicación accesibles a su público. A eso apuntan las habilidades, a aprender conscientes del para qué lo hacemos, del contexto en el que nos encontramos y de nuestras fortalezas para llevarlo a cabo.
Derribamos mitos sobre el desarrollo de habilidades:
Creativo se nace. FALSO. Existe el mito de que la creatividad es un don que se tiene o no se tiene, pero la creatividad también se desarrolla y es través de las propuestas que hacemos y el
ambiente que brindamos que podemos hacerlo. Creativo es quien crea…no sólo el que tiene buenas ideas.Las habilidades blandas son habilidades de trabajo. FALSO. Se piensan que son habilidades de trabajo porque implican trabajar con otros, ser creativos, tener objetivos y ser autogestivos.
Pero en realidad estas herramientas no solo servirán para el ámbito laboral, sino también para la vida. Entonces, decimos que las habilidades blandas son habilidades para la vida. Así las pensó María Montessori al diseñar su método centrado en aprendizajes y desarrollo de competencias dando respuesta a cada etapa del desarrollo con el objetivo de acompañar la formación de adultos que puedan ser agentes de cambio.El desarrollo de habilidades tiene un impacto social: CIERTO cuando Maria Montessori se refiere en su método al “aprendizaje para la paz”, se refiere a convivir y aprender con otros. a respetarlos así como respetarse también a sí mismo y al ambiente. Que un alumno crezca
consciente de su entorno, de sus fortalezas y debilidades así como también de sus actos es precisamente educar para la vida en un contexto en el que formar parte empática de una sociedad es indispensable.
El método por sí solo ya pone al alumno en un lugar de liderazgo. Nuestra formación los invita a ser expositores, críticos y ya desde pequeños que puedan comenzar a tomar decisiones que favorezcan su desempeño como adultos y plantear sus propias rutas de vida.
Se los motiva a que se desarrollen articuladamente en todas las áreas desde sus intereses y estilos, a la par que se trabaja su confianza y la tolerancia. Algunos de los líderes de hoy que se formaron con la metodología Montessori son Jeff Bezos (fundador de Amazon), Larry Page y Sergey Brin (creadores de Google) así como también el escritor Gabriel García Márquez.
Cabe agregar que difícilmente se pueda llevar adelante un proceso de aprendizaje de este tipo si el alumno y los docentes no se sienten a gusto, contenidos, cómodos, queridos y respetados. El cuidado de estas emociones saludables es un pilar porque harán que el niño elija venir al colegio y ponerse “manos a la obra. Respecto a los docentes, es clave comprender como equipo que si queremos liderar los procesos de enseñanza y aprendizaje desde esta mirada es primordial que vivamos en primera persona la experiencia. En la pandemia nos tocó priorizar la salud mental de toda nuestra comunidad educativa y a través de saber adaptarnos y a la toma de decisiones, no tuvimos profesores “quemados” ni padres que demandaran más zoom.
El aprendizaje para la vida rindió sus frutos
Los tiempos actuales nos interpelan a los educadores de forma avasallante y nos invitan a corrernos de lugar para transformarnos y construir un nuevo sistema educativo que se atreva a correr riesgos y atienda a las necesidades de las nuevas generaciones a tiempo. Es cuestión de lanzarnos a ese desafío comprendiendo que lo podemos hacer con nuestros alumnos brindándonos por completo física, mental y emocionalmente.
Valeria Sen es fundadora y directora académica del Noordwijk Montessori School. Licenciada en Pedagogía y Guía Montessori AMI de 0 a 12 años.