Nancy Dupláa: "Al hombre no le gusta que una le rompa las bolas"
Después de tres años de "trabajo interior", salió a protagonizar Graduados, la tira más exitosa de la tele. Cómo la lleva, qué le enseñan sus hijos y cómo crece su relación con Pablo Echarri
24 de octubre de 2012 • 00:08
Camisa de seda con mangas americanas (Leandro Domínguez, $480), pantalón con pretina elastizada y bolsillos (Chocolate, $590), headphones (Levi''s) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
-¿Qué pasó en este tiempo?
-Pasó un trabajo interno, de esos que son mucho más revolucionarios que cualquier cambio de afuera. Tuve la claridad de, en vez de estar pendiente del "¿a ver qué se dice de mí?", hacer un laburo hacia adentro. Y de mí se dijeron barbaridades, ¿eh?: que estaba excedida de peso, que nadie me daba trabajo, que mi marido me hacía cornuda con una de mis mejores amigas (Paola Krum)... Los últimos tres años, sobre todo, fueron una gran prueba que capitalicé para bien y que me preparó para esto que estoy viviendo ahora.
Blusa de seda estampada con escote bote (Leandro Domínguez, $535), Jean chupín elastizado (María Cher, $548) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
-Feliz, con plenitud. Yo siempre supe, cuando ya me empecé a estabilizar, que mi meta era tratar de lograr una seguridad más grande que la normal, y para trabajar eso, una de las claves fue no escuchar tanto el afuera, no saber, no hablar, no saber nada.
Es un remedio infalible. No te enterás de nada.
Musculosa de escote redondo (María Cher, $248), camisa de seda (Lacoste, $599), chupín con estampa de flores (María Cher, $648), botitas de lona rosa (Lacoste, $585) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
Exactamente, le empecé a dar marco de posible, sobre todo porque tengo mi referencia, que es Pablo, que es un tipo, ¿cómo decirlo?, incorruptible. Nunca conocí una persona tan derecha como él, con conceptos tan firmes, de tanta lealtad, de tanto valor... Entonces, es posible lograr esa seguridad mayor que la normal, sí. Y trabajé para eso. Hoy les puedo decir que la logré y que muchísimas cosas no me afectan y otras sí, pero sé cómo manejarlas.
Síííí, voy al psicólogo desde los 19 años.
-No, cambié tres veces. Y este último es de hace cinco, seis años, el que justo cayó en el momento del volantazo. Ayudó, ordenó, estructuró y, bueno, empezamos a trabajar, trabajar, trabajar... Trabajé mucho. Iba tres veces por semana.
-Sí, sí, sí. Aunque mi estabilidad empezó un poco antes, cuando pude entablar una relación con Pablo. Nació mi primera hija, y ahí empecé a sentir que me estaba enraizando en la tierra, que tenía mi familia, que era responsable: hacerme grande. Y cuanto más trabajaba y más enfrentaba mis propias mierdas y mis propias realidades, más terreno ganaba. El clic fue en estos tres años de mucha introspección, de meterme en un globo para cuidarme, para cuidar a mi familia. Pablo armó su productora, hizo El elegido...
-Yo, partenaire de ellos. Hubo situaciones especiales; a Pablo se le murió el papá. Nació nuestro hijo. Julián es una cosa de locos, nos tiene muertos.
-Súper.
Remera de algodón peruano (Paula Cahen D''anvers, $160), chupín con estampado de flores (María Cher, $648) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
-Los hijos te guían, vienen con un GPS. Los pibes tienen una claridad para entender ciertas cosas, con tal desprejuicio... Esencialmente, son personas libres, que tienen desarrollada su espiritualidad y su emocionalidad más que cualquier otra cosa. Con Luca, tenemos una cosa especial porque vino como consecuencia de una situación amorosa muy corta pero muy fuerte; muy jóvenes los dos, muchos deseos de ser padres... Luca es un tipo que todo el tiempo me va armando el camino, me va explicando cómo debo hacer las cosas y cómo no debo enojarme tanto. Tiene muchas capacidades especiales: toca música, para el dibujo es muy bueno, para el chamuyo es muy rápido... ¡Faaaa, es una bomba!
-Morena es la hija mujer de una mujer, o sea, es el gran desafío de nuestras vidas, para mí. Fue entender que debía sacarme ciertos prejuicios que tenía con las mujeres y poder entenderlas, acercarme un poco más y así empezar una relación con ella, limpia. Es con quien más chocamos, pero a la vez es con quien más nos entendemos con la mirada. Es muy parecida a mí, yo era muy introspectiva, muy para adentro, y entonces nuestro trabajo mutuo es, todo el tiempo, yo sacarla de esa interioridad sin miedo, que va a estar de mi mano, y ella relajar mi imagen también, que yo soy una mamá normal, común, que este año está complicado, pero que soy una mamá común.
-El chiquito es todo disfrute, lo destrozo, duerme conmigo...
-No la conozco bien, pero la pispié el otro día y dije: "Está bien esto".
-No, no, empezó a dormir conmigo ahora que yo estoy laburando tanto. Después va a aprender a despegarse. Mientras tanto, dormimos así.
-No, pero yo tengo mis momentos de amor. Lo espero a que vuelva del teatro, llega como a las 12 y yo lo espero. A las tres de la mañana, cuando llora el chico, ya estamos durmiendo, así que puede venir tranquilo.
Cárdigan de hilo (Cacharel, $765) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
-Totalmente. Nos levantamos nosotros con los chicos y los llevamos al colegio. Las chicas que trabajan e n casa se turnan durante el día. Está buenísimo, un ejército de salvación. Las amo... No sería quien soy sin ellas.
-No. No lo tenemos armado, vamos viendo lo que se va dando. Y se da así.
-Sería complicado, pero lo haríamos. Si la propuesta nos quema por dentro, que es lo que nos viene pasando hasta ahora, la hacemos. Confiamos en que se nos va a acomodar todo y va a estar bien. Somos grandes intuitivos.
-Y bueno, tratando de criar a los pibes en la realidad, en el diálogo. Luca es el más difícil ahora porque ya está en una edad en la que empezó a ver las mieles de la fama, cuando vamos por la calle y ve fotógrafos, me dice: "Ma, que a mí no me tapen la cara, ¿eh?". Lo voy a matar (risas).
-Sí, un poco.
-Sí, sí. Es un poco la explicación que no le encontramos a lo que pasa con el programa, porque no sólo pasa con los chicos, sino con un abanico de generaciones que abarca el programa y que hace que a todos les guste de la misma manera. No sé, yo les puedo hablar energéticamente de lo que pasa con el programa; pasa algo diferente, fuerte. Hay como una buena energía que lo hace diferente, atrapa.
Camisa de seda con mangas americanas (Leandro Domínguez, $480), pantalón con pretina elastizada y bolsillos (Chocolate, $590), headphones (Levi''''s) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
-Está Sebastián Ortega, que es a quien se le ocurrió esta idea y fue directamente a través de su generación. Él tiene 38 años. Él nos inunda a nosotros de las situaciones de aquel momento, pero la verdad es que a todos se nos ocurren cosas para aportar para los 80, y nos escuchan.
-Yo hice el camino inverso a Loli. Yo, Nancy, tenía como una vida mucho más melancólica, mucho más para adentro. Dibujaba todo el día. Me armaba compilados con los casetes y me gustaba quedarme encerrada escuchando música. Era más para adentro, más insegura. No tenía claro qué era lo que me deparaba el futuro ni lo que tenía que salir a buscar. No buscaba nada. La vida me fue sorprendiendo, poniéndome cosas muy fuertes en el camino, las agarré y, bueno, sucedió todo lo que sucedió. Loli hizo otra cosa, tenía todo servido y muchas cosas claras que después se vieron truncadas con la llegada del hijo y con el secreto que se guardó durante mucho tiempo.
-Mis tres amigas son del colegio.
-Se hacen, pero no vamos nosotras.
-Nos cortamos solas. Yo tengo grandes recuerdos de mis compañeras del colegio. Pero entre los últimos encuentros a los que fui me sentí como incómoda del lugar que estaba ocupando, de la fama y de todas esas cosas que hacían que, por ahí, personas a las que yo quería mucho se relacionaran conmigo de otra manera. Así como la fama me produjo muchas cosas buenas, también trajo mucha contradicción. Fue algo que no salí a buscar, empecé a actuar, que era lo único que me gustaba hacer, y de pronto vino la fama, mucha, de un día para el otro. No es que hice un proceso gradual. Siempre protagonicé, siempre en programas que se veían mucho, la pasaba pésimo... Nunca le tuve miedo al fracaso, me aterraba el éxito.
-Eso, este exitazo llega después de tres años de no hacer nada y de vivir un momento en el que tuve que pelear con situaciones que venían de afuera. Se dicen muchas cosas...
Vestido rayado de algodón (Chocolate, $1490), campera de jean con cuello bordado con tachas y canutillos (María Cher, $1300), plataformas de gamuza (Prüne, $998), bandolera color suela (Blaquè, $559), gafas beatnik (Infinit, $720) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
-No, no me interesa. Les juro por Dios; en otro momento sí, me desgarraba las vestiduras, pero te juro por Dios que no... Eso sí, cuando no grabo, hago gimnasia tres veces por semana, y ahora morfo muy bien con un nutricionista. Miren, pedí milanesa al horno y ya me doy cuenta de que ¡no es al horno!, así de frita no te la voy a comer ni loca.
-¡No!, sin proteína, no como hidratos. Tengo cosas en las que soy muy determinante con mi alimentación.
-Tuve novios lindos, sí. Pero por mi simpatía, ¿vieron? Las simpáticas son las que más ganan siempre.
-También hay que saber mostrarse gozosa. Al tipo le gusta la mina con la que está a la par, me parece. Y algo que aprendí y practico: al hombre le gusta que una no le rompa las bolas.
-Les juro que no.
Pero se las rompía, ¿eh? No es fácil, para mí fue un gran desafío, pero ya no se las rompo más.
Vestido rayado de algodón (Chocolate, $1490), campera de jean con cuello bordado con tachas y canutillos (María Cher, $1300), plataformas de gamuza (Prüne, $998), bandolera color suela (Blaquè, $559), gafas beatnik (Infinit, $720) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
-¡¡¡Sí!!! A ver, un poco hay que romper las bolas. Siempre. Pero también, cortar. En un momento lo marcás: "Mirá: estaría bueno que en esta casa, que es un 50 por ciento de responsabilidad de cada uno, te levantes vos tus cosas o laves vos los platos". Punto. Fui tan determinante, clara. No hay que pelear. El hombre, cuando salís a pelearlo, salta. Especialmente mi marido, que es de Avellaneda; si lo peleo, me quiere comer cruda.
-Para con el otro, el modo, básicamente. Pero también la parla interior: "Ay, que él está haciendo esto o lo otro mientras yo lavo los platos, ay, ay...", ¡basta!, no se parla más. Entonces, ¿qué se hace?: me pongo auriculares, lavo los platos mientras me tomo un vaso de vino y la empiezo a pasar yo bien. Lo digo de buen modo y, cuando menos lo espero, ahí va y lava los platos él también.
Remera básica de algodón con detalle calado en espalda (Paula Cahen D''anvers, $230), Falda súper larga estampada (Leandro Domínguez, $800), Anillo de metal y croco (India Style, $55) - Créditos: Paula Teller. Producción de Carol Schmoisman. Arte: Hernán Cristiano
En esta nota: