Natalie Portman: "Dejé de analizarme en detalle"
Tras deslumbrar en la alfombra roja, la actriz debuta como madre y habla sobre el vegetarianismo, las causas humanitarias y sus gustos en materia de belleza
25 de mayo de 2011 • 00:30
Desde aquella nenita compradora que aparecía en El perfecto asesino hasta la inquietante bailarina que le valió el último Oscar en El cisne negro, mucha agua pasó bajo el puente. Lo cierto es que, con el correr de los años, Natalie Portman no sólo se transformó en una de las mujeres más hermosas de la industria del cine, sino que supo mantener un mismo perfil en lo personal y profesional (algo poco común para el agitado mundillo hollywoodense).
Mientras protagonizaba Star Wars, allá por el ’99, se metió a estudiar Psicología ni más ni menos que ¡en Harvard! Más tarde, ganó el Globo de Oro por su papel en Closer, se rapó la cabeza para V de Vendetta, enamoró a todos en El sabor de la noche y deslumbró en Las hermanas Bolena.
Además, fue emprendiendo cruzadas personales que la convirtieron en una verdadera activista humanitaria: lucha por los derechos de los animales, es embajadora de FINCA, una organización que ayuda a las mujeres en países en desarrollo a realizar sus emprendimientos, y encabeza junto con Dior un proyecto a favor de la educación de niñas de bajos recursos.
A sus 29, encontró el amor en los brazos del bailarín y coreógrafo Benjamin Millepied y, tras el nacimiento de su primer hijo, se prepara para "el papel más importante de su vida".
Como actriz y activista humanitaria, sos una mujer muy ocupada. ¿A dónde vas y qué haces cuando querés relajarte?
Me encanta estar en mi casa. Viajo tanto por trabajo que poder quedarme en la cama todo el día es como estar de vacaciones. Sin embargo, también me gusta viajar, y he hecho viajes maravillosos a muchas partes del mundo, como África oriental, la India, China, Cuba y México.
¿Qué hacés para superar el estrés? ¿Practicás algún deporte, hacés yoga o meditás?
No medito, pero me encantaría aprender. Para mí, hacer ejercicio es, definitivamente, la mejor forma de combatir el estrés; por ejemplo, hacer natación o trekking. A veces, practico yoga, pero ya no lo hago habitualmente. Y también me hago acupuntura y masajes cuando me siento estresada.
Hablemos un poco de tus preferencias personales. ¿Cuál es tu lugar preferido para ir de vacaciones?
Probablemente sean las Maldivas. Allí, me alojé en el Four Seasons: no solamente era magnífico, sino que además el buceo era increíble.
¿Y cuáles son tus hoteles favoritos, si es que tenés alguno?
En Kenia, me hospedé en un lugar espléndido llamado Elephant Watch Camp, un hotel ecológico en medio de Samburu. Todas las construcciones estaban realizadas con árboles que habían sido derribados por los elefantes, y el agua para ducharse se saca de un pozo. Era realmente hermoso, y parecía que formaba parte del medio ambiente. Probablemente sea el lugar más especial para mí.
Hablando sobre otro tipo de preferencias, ¿cuáles son los destinos que elegís para hacer compras, en cuanto a moda o diseño, por ejemplo?
No soy una gran compradora. Me gustan Steven Alan y Bauman Rare Books, en Nueva York. Y en Los Ángeles, American Rag y Galerie Half. En cuanto al diseño, me encantan Rodarte y Lanvin (Alber Elbaz).
¿Cuáles son tus restaurantes favoritos?
Hay un lugar al norte del estado de Nueva York llamado Blue Hill, donde toda la comida es de granja. También hay un restaurante que se llama Bazaar, en Los Ángeles, que realmente me fascina.
¿Y cuáles son las cosas que no te gustan para nada?
No me gustan el café ni la cerveza. Mis gustos son similares a los de un nene chiquito. Tampoco me gusta la música tecno. Sin embargo, no hay muchas cosas que realmente me desagraden.
Hay algo en vos que inspira respeto: tu vida, la cual mantenés en privado, tus elecciones como actriz, tus acciones como ciudadana. ¿Qué es lo más importante que te enseñaron tus padres?
Creo que lo más importante que me enseñaron es el deseo de llegar a cualquier extremo en la bondad hacia otras personas. Mis padres podían quedarse toda la noche despiertos ayudándome con mi tarea o asegurarse de que me atendiera el médico correcto; y eso no sólo lo hacían por mí, sino también por mis amigos o los suyos, por otros miembros de la familia o por personas a las que apenas conocían. Realmente se desvivían por ayudar. Eso es único en verdad. Saber que tus padres dejarían todo para ayudarte te da una gran seguridad. Me enseñaron el verdadero significado de la amistad y del amor.
Viajás mucho debido a tu trabajo y a las causas que apoyás. ¿Sentís que estos viajes cambiaron tu forma de ver algunas cosas?
Sí. Es muy abstracto imaginarse la vida de otro, que puede ser tan diferente de la tuya y que se desarrolla en el mismo momento. Literalmente, hay millones de vidas paralelas. Viajar por el mundo, conocer todo tipo de personas distintas, hablar con ellas y escuchar cómo es un día en su vida, cuáles son las cosas que las hacen felices o las ponen tristes, cuáles son sus problemas, alegrías y éxitos, lo hace menos abstracto y más real: te abstrae de tus propias circunstancias insignificantes.
¿Cuál es la experiencia de vida más intensa que compartiste?
Soy una gran afortunada, ya que he tenido varias. Por ejemplo, conocer a las mujeres que reciben ayuda de FINCA en Uganda, Ecuador, Guatemala y México, quienes han sido una gran inspiración. Ver las profundidades de la pobreza en lugares como Uganda, Etiopía y Kenia te deja una marca para siempre y permanece en tu memoria. También pude ver el lado esperanzador: hacer cambios es posible, sólo que requiere mucho trabajo. Este tipo de cosas realmente te cambian, porque uno no las encuentra cuando crece formando parte de la clase media estadounidense.
¿Quién, o qué, fue la mayor inspiración en tu carrera o en tu vida?
Definitivamente, mis padres fueron quienes siempre me alentaron y me apoyaron. En cuanto a mi carrera, Mike Nichols siempre ha sido una gran influencia y un gran apoyo, y el hecho de que alguien por quien siento tanto respeto crea en mí ha sido una gran ayuda.
Sos una activista por los derechos de los animales y también sos vegetariana; en un momento, también fuiste vegana. ¿Todavía lo sos?
En este momento, volví a ser vegetariana.
¿Podrías contarnos tu opinión acerca de la nutrición y cómo te mantenés firme en esta elección?
Cada uno tiene que encontrar lo que es adecuado para sí mismo, y eso es diferente para cada persona. Para mí, comer es una manera de proclamar mis creencias tres veces al día. Ésa es la razón por la cual todas las religiones tienen reglas sobre la comida. Tres veces al día, me recuerdo a mí misma que valoro la vida y que no quiero causar dolor ni matar a otros seres vivos. Eso es lo más importante para mí, más allá de mis deseos personales, y es la razón por la cual me alimento de la forma en que lo hago.
¿Cómo es un típico desayuno tuyo o cuál es tu comida preferida? A veces, el vegetarianismo se asocia con comer la misma ensalada todos los días...
Por el contrario: ¡hay tanta variedad! Para el desayuno, como avena o huevos con tostadas como la mayoría de las personas. El almuerzo puede ser pasta, arroz y frijoles, una hamburguesa vegetariana, tofu, tempeh y todo tipo de vegetales. La cena, obviamente, consiste en el mismo tipo de cosas. Hay una gran variedad de opciones, ¡sólo hay que tener un poco más de imaginación!
¿Tenés un antojo al que no te puedas resistir?
Definitivamente, soy una fanática del pan y de las pastas.
En tu profesión, generalmente, se juzgan el aspecto y las apariencias. ¿Esto te molesta?
Creo que uno se acostumbra, es normal: dividimos el mundo en categorías y emitimos juicios.
¿Qué te gustaría que la gente pudiera ver en vos que el espejo no puede revelar?
No sé. Me gustaría que la gente se sumergiera en la historia y en el personaje, y no que esté pendiente de mí.
¿Qué es lo que más te gusta de vos, de tu cara, tu cuerpo, etc.?
Dejé de analizarme en detalle hace algunos años. No me observo a mí misma pensando en qué me gusta o qué no me gusta; simplemente digo: "Ésta soy yo", y acepto que éste es mi envase.
¿Y hay alguna parte de ese envase que te gustaría cambiar o que alguna vez hayas deseado cambiar?
Creo que en algún momento sí, pero ya no es así, porque desear ser alguien que no sos no es una buena forma de vivir. Uno es quien es. Se puede aprender más, adquirir una habilidad, aprender un idioma, leer más libros, hacer ejercicio, pero algunas cosas son parte de uno y, simplemente, hay que aceptarlas.
Al comienzo de nuestra conversación, mencionaste a FINCA, y fuiste nominada para los premios Do Something. Durante la conferencia de prensa de Miss Dior Chérie, en Nueva York, anunciaste que este año unirás esfuerzos con Dior. ¿Cuáles son las causas más cercanas a tu corazón en este momento?
Creo que la más cercana a mi corazón en este momento es el proyecto educativo para niñas. Al ver cuántas chicas en el mundo no tienen esa oportunidad, me siento muy afortunada de poder haber ido a la escuela. Eso las afecta durante toda su vida: la edad en que tienen hijos, su propensión a las enfermedades, su trabajo, la posibilidad de ganar un mejor sueldo y su lugar en la sociedad. La educación es un medio realmente poderoso para cambiar la vida de las niñas y mujeres del mundo.
Hablemos de belleza
¿Qué sentiste cuando Dior te eligió embajadora de Miss Dior Chérie, su nuevo perfume?
Fue un verdadero honor haber sido elegida por Dior, una marca con una gran historia y que es sinónimo de elegancia. Y debo decir que ha sido maravilloso el apoyo que he recibido de Dior tanto en mis emprendimientos artísticos –como el estreno de El cisne negro en Nueva York– como en las organizaciones sin fines de lucro con las que trabajo, como FINCA y el proyecto educativo para niñas en el que estamos trabajando junto con Dior. Ha sido realmente extraordinario contar con su apoyo.
¿Qué importancia tienen los cosméticos en tu vida?
Cuando sentís que tu piel se ve bien, realmente hace la diferencia. Te olvidás de las pequeñas cosas que te hacen sentir insegura. Un buen producto te da más confianza en vos misma. Me gusta la máscara DiorShow.
¿Y en cuanto al cuidado del pelo?
No tengo una rutina.No soy muy buena con mi cabello.
¿Cuál es el mejor consejo de belleza que hayas recibido?
Cuando era muy joven, alguien me dijo que no tocara mis cejas, y fue una muy buena sugerencia porque, en ese momento, todo el mundo se hacía las cejas muy finitas. Menos mal que no lo hice, porque no vuelven a crecer igual.
¿Qué sería para vos un gran desliz en este rubro? ¿Quizás algo que hayas hecho vos misma?
Me decoloré el pelo y me lo teñí de rosa furioso cuando tenía 20 años. En la misma semana, me di cuenta de que no me gustaba y decidí deshacerme del rosa, así que me lo decoloré una vez más y volví al castaño. ¡No es una buena idea decolorarse el pelo dos veces en la misma semana!
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