La industria del amor propio
En esta columna, Soledad Simond nos cuenta que hace unos años le propusieron entrar al telar de la abundancia. Nos relata por qué dudó y qué aprendizajes tiene hoy para compartirnos.
24 de octubre de 2022 • 15:18
Amor propio: por qué es importante quererse - Créditos: Getty
Hace unos años me propusieron entrar al telar de la abundancia. Yo estaba recién separada y sentía que poder conectar con un grupo de mujeres amorosas me haría bien. Sin embargo, tuve algunas señales de que no era el camino correcto para mí. En esa confusión de no saber si seguir o no, ya había prometido los mil y pico de dólares que tenía que poner para avanzar.
Me lo había sugerido una íntima amiga, en quien confío plenamente, y yo me había convencido de que significaría salir de mi zona de confort (una vez más), comprometerme a un nuevo proceso de desarrollo, traspasar mis resistencias, entre otras cosas más.
Recibí un mensaje que me alarmó, que levantaba ciertas sospechas sobre la metodología de la experiencia. Así que llamé a mi íntimo amigo y le conté de mi lucha interna: la incomodidad de haber dado mi palabra vs. la intuición de que no debía hacerlo. Me escuchó amorosamente mientras yo le daba todas las explicaciones sobre lo que tenía que seguir trabajando conmigo misma, cómo podía seguir puliendo mi rigidez, cómo podía todavía un poco más seguir trabajando mi aceptación, cómo era necesario que siguiera soltando prejuicios….
“Basta”, me paró en seco. “Ya está, no tenés que hacer nada más, sos suficiente, sos perfecta tal cual sos”. Entonces me di cuenta de que mi desarrollo personal y la búsqueda del amor propio se habían convertido en una carrera más, donde siempre faltaba algo, donde todavía había algún taller, alguna dinámica, alguna consultoría, algún modelo nuevo que necesitaba para ser finalmente feliz. “Ya está, ya está, no necesitás nada más”, fueron palabras bálsamo cuando la exigencia te deja en offside.
Incluso al ser parte de la industria del acompañamiento y el desarrollo personal estoy todo el tiempo tentada de pisar el palito con promesas marketineras y grandilocuentes y me encuentro en esa contradicción actualmente. ¿Cuánto más vamos a seguir haciendo desde la sensación de carencia? ¿Es posible elegir desde la plenitud? ¿Cómo nos encontramos con las experiencias adecuadas y enriquecedoras? Eso también es amor propio, saber que estamos completas.
Cuando reviso en mi vida lo que verdaderamente me salvó fue:
Tener mi Maestro espiritual que me facilite el camino.
Hacer cotidianamente mis prácticas espirituales (como la meditación y la respiración consciente) que me sintonizan con mi verdadera voz.
Aprender que la vida es un sinuoso camino de altos y bajos, siempre.
Acompañarme amorosamente en lo desolador .
Cuidar mis fuentes de energía, descansar.
Armar red, dar con las personas correctas que me eleven e inspiren.
Así que, si estás un poco perdida primero volvé a casa, volvé a vos, descansá, tenete paciencia y, desde ese espacio, fíjate si hay algo que puede empoderarte o brindar esa herramienta que sentís que podría servirte en tu nueva era. Pero no desde la carencia: desde la convicción de que ya estás completa.
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