
¿Por qué la ropa está tan cara?
Es la pregunta que nos hacemos cada vez que vemos las vidrieras. Buscamos ayuda para revisar las supuestas razones.
21 de septiembre de 2015 • 00:07

Créditos: Corbis
Cuando un simple vestidito te come la mitad del sueldo y un par de sandalias te cuesta el mes de alquiler de tu monoambiente, es imposible no sentirse desconcertada. Basta con que recuerdes algunas vacaciones afuera o te des una vueltita por tiendas virtuales internacionales para acalorarte: esa marca local te acaba de cobrar un modelo copiado a casi el triple de lo que cuesta el original, y ese modelo de jean acá está a casi mil pesos cuando afuera se consigue por 20 dólares. En los últimos años, Argentina se ubicó entre los mercados más costosos del mundo. Con el precio del dólar por las nubes, se entiende que esto pase con las firmas internacionales, pero también ocurre con las "made in Argentina". La pregunta que nos hacemos todo el tiempo es ¿por qué la ropa está tan cara?
Consultamos a expertos para repasar algunas de las explicaciones que suelen darse a este fenómeno.
"La mano de obra local no puede competir con los costos de los países asiáticos"
Este es un caballito de batalla importante a la hora de justificar precios delirantes. Apunta a que, al ser Argentina un país con salarios mínimos regulados, paritarias y condiciones laborales legisladas, fabricar es más caro que en grandes naciones que se abastecen a través de la mano de obra esclava de Asia. Por supuesto, este motivo sería encantador si no fuera porque no es del todo cierto. La Cámara Argentina de la Mediana Empresa denunció recientemente que, solo en Capital y el Conurbano, existen más de cinco mil talleres clandestinos, en los que trabajan cerca de treinta mil personas en condiciones de esclavitud. Se calcula que de ahí se provee a cerca de ¡75 mil! puntos de venta, tanto legales como ilegales. En este contexto, como consumidora responsable, lo mejor que podés hacer es informarte: actualmente, existen casi doscientas marcas denunciadas penalmente por uso de mano de obra clandestina, y no son precisamente las que te venden más barato.
"Lo que pagás es la originalidad del diseño"
Lo que hay detrás de una prenda es mucho más que una tela, es la firma de un autor, el sello de una persona o de un grupo, que tiene una identidad tan original que ofrece, más que ropa, una pieza única. En estos casos, es claro que lo que estamos pagando es la creatividad. En la era de la hiperinformación, es difícil pensar que todavía alguien se anime a vendernos gato por liebre, sin embargo, las redes sociales cuentan con decenas de grupos dedicados a deschavar diseñadores y firmas locales (buscá en Facebook "Son marcas que copian") que no solo "se inspiran", sino que ¡calcan! modelos de marcas de afuera y encima los venden más caros que los originales. Una vez más, la información es tu aliada: fijate si el sobreprecio vale o está completamente dibujado.
"Subió muchísimo el precio de la materia prima"

Créditos: Corbis
En los últimos años, medidas como la traba a las importaciones y algunas para estimular el consumo impulsaron a que la industria textil creciera en producción, pero no necesariamente en términos de inversión. Por diversas razones (como no calificar para créditos o no poder importar ciertos insumos ni máquinas), la mayoría de las fábricas no logró abastecerse de nuevas herramientas para producir más y mejor. En otras palabras: aumentó la demanda de telas, botones, cierres, hilos, pero no los medios para abastecerla. Esto, lógicamente, se tradujo (y se sigue traduciendo) en un incremento de precios. A este panorama hay que sumarle el dificilísimo, y a veces imposible, acceso a telas importadas. Por todo esto, es bastante entendible que una marca te "arranque la cabeza" por una remera de una seda natural traída de afuera o "te sacuda" por una de una excelente calidad nacional, pero hasta ahí. Hoy es más fácil encontrar precios caros que telas buenas, así que entrená el ojo y aprendé a testear la calidad para ver si es realmente tan alta como el precio que te cobran.
"Hay costos ocultos en el posicionamiento de una marca"
La mayor parte del costo real de una prenda (o lo que sea) es anecdótica al lado de la parafernalia desplegada para fabricar su "aura". Muchas veces, solo el 15% de lo que pagás es el valor de lo que comprás. Y no es que las marcas estén "dibujando" el excedente sino que en el precio se suma el alquiler del local en ese shopping que te encanta, el diseño del packaging, la modelo norteamericana que posa frente al fotógrafo europeo, el cartel enorme y así... No te estamos revelando nada nuevo, se llama capitalismo y funciona creando un deseo. Te gusta una marca, lo que representa, y pagás no solo la prenda, sino el universo que la rodea. La alternativa es clara: vos podés elegir si renunciás a la marca en su conjunto o si la pagás.
"Hay escasez de puntos de venta"
Es real, pero solo en el caso de las marcas que aspiran a vender en shoppings. Esto explica por qué es ahí donde encontrás los precios más caros. Mientras que en los últimos años las ferias se multiplicaron y expandieron, apenas se sumaron dos shoppings nuevos al panorama porteño, por ende, hay poca oferta de alquileres de locales y esto genera una suba constante. Quienes eligen vender desde un shopping deben concentrarse en consumidores de alto poder adquisitivo para compensar. La venta para clase media se trasladó a las ferias y los barrios más periféricos, que ofrecen costos menores para los comerciantes.
"Los precios de vidriera son solo una pantalla"

Créditos: Corbis
Este es un fenómeno local que requiere avivarse. El precio que figura en la vidriera muchas veces es una pantalla: la consumidora informada sabe que comprando con ciertas tarjetas, ciertos días, en ciertas ocasiones o esperando algunas semanas, conseguirá un valor más realista. Comprar en Argentina (especialmente en Buenos Aires) se convirtió en una actividad que demanda cierta inteligencia. Las razones psicológicas de esto merecen un análisis profundo, pero todo se resume así: es lindo sentirse una ganadora por pagar la mitad de lo que costaba algo. Lamentablemente, muchas veces, todo ese esfuerzo es solo para que pagues más o menos lo que correspondía que pagaras realmente.
" No hay competencia internacional para nivelar los precios"
No son pocos los que aseguran que si firmas como H&M o Forever 21 aterrizaran, probablemente las condiciones de competencia cambiarían. ¿Por qué no lo hacen? Existen desde hace años importantes obstáculos, como altos impuestos, para importar productos que se fabrican (o que se puedan fabricar) en el país. He aquí la explicación de por qué las marcas que sí están pueden llegar a cobrarte sus productos más caros. Si a esto le sumás costos de envío y la inestabilidad cambiaria, el panorama es desalentador. Pero hay algo más: no todas las empresas están dispuestas a acatar la medida del Gobierno que exige que el que quiera importar deba exportar las mismas sumas para mantener la balanza comercial equilibrada.
"La gente compra de todas formas"
Muchos especialistas aseguran que la inflación explica el fenómeno. Por un lado, porque nos hace perder la noción de lo que gastamos, por el otro, porque complota contra la noción de ahorrar y de invertir. Si el dinero pierde su valor semanas tras semanas, es lógico que sientas que "te quema las manos" y lo termines gastando, cueste lo que cueste. Acá, ya no se trata de un comportamiento personal sino de una respuesta a un modelo económico con medidas que te ceban, como el acceso a doce cuotas sin interés. Y, claro, si la venta se sostiene a pesar del aumento desmedido de precios, es lógico que nunca bajen.

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Las opiniones de algunos representantes del sector
Jorge Sorabilla, presidente de Pro Tejer: "Los costos de la indumentaria pasaron a estar cada vez más determinados por los costos de ocupación, por lo que hace al marketing y la comercialización y, en menor medida, por los costos productivos. Esto es algo que no solo sucede en Argentina, es un fenómeno mundial que adquiere características especiales acá".
Fabián Zitta, diseñador: "No tenemos muchas materias primas producidas localmente y las que se producen están hechas en talleres en situaciones muy informales y que además no tienen una buena formación ni equipamiento. Sería importante generar una conciencia para que las marcas no abusen y los talleres mejoren".
Leandro Gitelman, empresario textil, productor de hilos: "Existen créditos para otorgar a las empresas textiles, pero son de difícil acceso. Importar máquinas para mejorar es un dolor de cabeza. Por otro lado, ante los vaivenes de nuestra historia económica, son pocos los que se arriesgan a realizar inversiones a largo plazo".
Expertos consultados: Lic. Alicia Hernández, Gerente general de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) y Gustavo Lento Navarro, Diseñador especializado en la investigación y relevamiento de tendencias.
¿Qué te pareció este análisis? ¿Te cierran las respuestas? ¿Tenés alguna estrategia para conseguir buenos precios?
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