Practicá la solidaridad femenina

Por Daniela Chueke
Especial para RevistaOhlala.com

Si bien es válido suponer que los "días de" la mujer, del padre, la madre, el niño, los enamorados, son usados por las empresas para alentarte a que consumas sus productos, no deja de ser cierto que en sus orígenes, algunos de estos días tienen un sentido algo más profundo. Creemos que puede ser una excelente idea hacer algo especial para que hoy no nos pase desapercibido.

Es que, claramente, el 8 de marzo no es un día más. Originalmente fue establecido en 1910 como el Día internacional de la mujer trabajadora, en una conferencia internacional que reunió a más de cien mujeres socialistas en Copenhague, Dinamarca, para exigir los derechos de las mujeres al voto, a ocupar cargos públicos, al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

Al año siguiente, la Organización de las Naciones Unidas reconoció esta fecha como Día Internacional de la Mujer y amplió su sentido para conmemorar todas las luchas de las mujeres en el mundo por participar en la sociedad en condiciones de igualdad con los hombres y por desarrollarse íntegramente como personas.

Ciento un años después, con muchos de esos derechos ya conquistados por millones de mujeres en países como el nuestro, vale la ocasión para que todos, mujeres y hombres, recordemos que todavía, muy cerca o muy lejos, existen mujeres con necesidades básicas insatisfechas y derechos que son vulnerados. Por eso hoy te proponemos que hagas un espacio en tu agenda de responsabilidades para reflexionar acerca del sentido de este día y te preguntes en qué aspectos podés sumar.

Puede ser un buen comienzo ejercer la solidaridad femenina, tan sencilla de practicar porque podés aplicarla aquí y ahora, con las mujeres que tenés más cerca. Te damos algunas ideas para ponerla en práctica:

1. Con una mujer cercana. Pensá en tu tía mayor que vive sola, tu prima que acaba de ser madre, tu empleada que hace días parece preocupada, tu compañera de trabajo que tiene que ir al acto de colegio de sus hijos, tu hija que se peleó con su mejor amiga, la cajera del súper. A tu tía podés llamarla o, mejor, visitarla; a tu prima, ofrecele quedarte un rato con el bebé para que pueda descansar, hacer una compra o tomarse un baño –lo necesita, creélo-, a tu empleada, quizá puedas darle un recreo y conversar juntas con empatía, a tu colega, podés cubrirla en sus tareas, a tu hija podés escucharla sin juzgar y a la cajera, dedicarle una sonrisa que seguramente le va a aliviar, por unos segundos, el estrés acumulado. Este tipo de acciones, tan sencillas que parecen casi de sentido común, pueden ser muy poderosas si nos damos cuenta de que son, en verdad, un primer paso y que su verdadero poder está en que a partir de darlo, es posible construir relaciones más solidarias.

2. Con tus amigas. Si bien esto también vale para el grupo anterior, con una amiga nos sentimos en condiciones de mayor confianza y podemos preguntarle directamente "¿Qué necesitás?". Parece fácil, pero no lo es tanto porque hacer esta pregunta nos obliga a escuchar un pedido concreto que puede o no coincidir con lo que nosotras estamos dispuestas a dar o con lo que pensamos que esa amiga necesita en realidad. El desafío, en este caso, es vencer nuestros preconceptos para poder brindar la ayuda concreta, -en la medida de nuestras posibilidades, obvio- que nuestra amiga necesita. ¿Te pidió un préstamo en efectivo? Upss... ¡qué momento! Pero tal vez estás en condiciones de dárselo, o mejor aún, regalárselo, o quizá sólo una parte, o no tenés un peso pero podés ponerla en contacto con alguien que sí pueda sacarla del apuro. Sé creativa. ¿Te pidió que la ayudes a decidir si tiene que separarse? Vos pensás que sí o que no, pero ¡qué responsabilidad sería alentarla! Quizá en lugar de hablarle de las ventajas o desventajas de permanecer con el hombre en cuestión, puedas responderle que sea lo que sea lo que decida, vos la vas a bancar con ayudas que le faciliten el camino que ella elija: alojarla, acompañarla en sus primeros días de separada, o cuidarle a los chicos para que pueda analizar a solas o con su pareja cuál es la mejor decisión.

3. Con mujeres que no conocés. Todos los días leés en los diarios o escuchás noticias sobre casos de violencia de género, maltrato, pobreza, madres solteras, trata de personas. Te parece un horror que pasen cosas así, por supuesto. Pero, además, ¿te gustaría sumar alguna acción, más allá de un retweet o una donación de ropa usada? En ese caso, vale conocer algunas de las instituciones que activan a favor de los derechos de las mujeres.

ONU MUJERES creada en 2010 y presidida por la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, es la entidad de las Naciones Unidas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Enterate cuáles son las 16 medidas para erradicar la violencia de género que recientemente presentaron y compromete a promoverlas.

FUNDALAM y LA LIGA DE LA LECHE son dos instituciones distintas pero que comparten un mismo objetivo: ambas promueven la lactancia materna y la crianza en salud, brindan asistencia a las mujeres y a sus familias e informan a la comunidad acerca de la importancia del amamantamiento y de practicar un estilo de crianza que valora la maternidad.

FEIM, Fundación para el estudio e investigación de la mujer, presidida por Mabel Bianco, es una organización no gubernamental (ONG) de mujeres y jóvenes, que trabaja para mejorar la condición social, política, laboral, educacional, económica y de salud de mujeres y niñas en Argentina. Básicamente organiza charlas, conferencias y campañas de concientización.

MUJERES EN RED es un periódico online chileno autodefinido como feminista, busca promover el uso de un lenguaje no sexista en los medios de comunicación y brinda herramientas muy útiles para autores de blog, periodistas, escritores y todos aquellos que buscan lograr la igualdad a través del lenguaje.

APDH es la Asamblea permanente por los derechos humanos y en su website ofrece un listado de instituciones de ayuda para distintas problemáticas que afectan a las mujeres. Podés sumarte en alguna de ellas ofreciendo tu saber profesional o pasar el dato a una amiga que necesite apoyo.