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Qué nos atrapa de un libro

Conversamos con Alejandro Soifer acerca de los caminos que nos llevan a descubrir la literatura. Según el escritor, algunas sagas de moda como Los juegos del hambre, el género romántico y las novelas policiales pueden abrirnos las puertas a los clásicos universales. Y además, empezamos a leer juntos un cuento para comentar en el próximo encuentro.




¿Qué te atrapa de los libros?

¿Qué te atrapa de los libros? - Créditos: Corbis

El mundo está lleno de libros preciosos, que nadie lee. Los buscadores atribuyen la cita a Umberto Eco quien en El nombre de la rosa describe a la lujuria del intelecto como el más intenso y peligroso de los comportamientos humanos. La acción de esa novela transcurre en una abadía medieval famosa por albergar una importante biblioteca, dueña de estrictas normas de acceso, entre cuyos libros se encuentra la respuesta a unas muertes misteriosas. Las palabras son poderosas y el lenguaje contiene todos los secretos de la existencia humana. Ese pareciera ser el supuesto que edifica la novela del semiólogo, ensayista y escritor italiano. De lo cual se puede deducir que tal vez por eso los libros se vuelven peligrosos. Y que quizá ese peligro, junto con la promesa de una revelación, sea lo que justifica la extraordinaria atracción que nos provoca la literatura.
Tal vez estemos en condiciones de asumir que leer, a estas alturas de la evolución humana, se ha convertido uno más de nuestros instintos de supervivencia. Tan básico como cualquier otro: comer, dormir, leer. Una hipótesis probablemente incomprobable, pero que sin embargo encierra una verdad pragmática: leer te hace sentir que vivís. O, al menos, que vivís un poco mejor.
¿Será por eso que tantas veces sentís la necesidad de contagiar tu entusiasmo a otros? ¿No te gustaría que tus hijos, pareja, amigos, padres, se entusiasmaran con algún libro tanto como vos?
¿Te gustaría que tus hijos lean como vos?

¿Te gustaría que tus hijos lean como vos? - Créditos: Corbis

Claro que sí. Ahora bien, sin volvernos fundamentalistas y si, más o menos coincidimos en que leer nos hace bien a todos, la pregunta es cómo hacemos para provocar el mismo efecto en las personas que queremos. Cuántas veces se nos ocurre que a alguno de ellos debería leer tal o cual libro y entonces se lo recomendamos, prestamos o regalamos porque "sabemos" que le va a hacer bien. Pero lo cierto es que para el otro no es así, por más que aprecie la generosidad del gesto, al libro ese que le dimos no lo lee y tal vez no lo vaya a leer nunca. ¿Qué hicimos mal? Nada, obvio, salvo que tal vez el destinatario de nuestro obsequio tenga otros intereses. Tal vez prefiere las series, los blogs, twitter, Facebook que, nos guste o no, también son espacios que llevan a la lectura. Sin contar que también en el mundo digital están apareciendo nuevos formatos literarios que convocan tanto o más que un buen libro.
De todo esto surge la pregunta, infinitas veces formulada, motivo de incontables ensayos y congresos pedagógicos que se repiten cada año en el mundo: ¿Cómo se construye el hábito de la lectura cuando estrictamente estamos hablando de libros?
Para acercarnos a una respuesta elegimos conversar sobre el tema con Alejandro Soifer, profesor de letras, periodista y escritor que lleva publicados dos libros de no ficción (Los Lubavitch en la Argentina, Sudamericana, 2010 y Que la fuerza te acompañe: la invasión de las culturas nerd, geek y friki, Marea, 2012) y está a punto de publicar su primera novela, Rituales de sangre, que saldrá en agosto, editada por Suma de Letras.
Arranca convencido: una persona descubre el gusto por la literatura cuando se da permiso para leer aquellos libros que simplemente lo emocionan. Sin preguntarse nada más. No importa el género ni el valor literario de la obra para empezar a leer. Sin prejuicios ni pretensiones empezás a disfrutar de leer como una alternativa más de entretenimiento y a partir de ese momento todo puede pasar.
"Un lector se forma en la medida en que encuentra lecturas que le interesan, lo interpelan y le producen emociones. Esto es como todo camino evolutivo. Uno empieza con un texto que está escrito en una forma accesible, sencilla y después se va formando un gusto propio que con el tiempo se va sofisticando. Nadie va a empezar leyendo un texto hermético, imposible de entender", explica cuando le pido que me cuente más sobre un posteo que leí en su blog: Cómo se forma un lector , en el que relata la experiencia de abordar el tema con un grupo de adolescentes.
"En los circuitos literarios de nuestro país no está muy bien visto el acercamiento a la lectura como una forma de entretenimiento pero eso es lo que es en definitiva. Leer es una forma de pasarla bien, por eso es básico que lo que leés te provoque placer", adelanta. En ese mismo sentido se pregunta por qué la carrera de Letras no es un espacio en el que se prioriza un enfoque filosófico de la literatura que deja de lado el análisis sobre la finalidad placentera de la lectura. De hecho, advierte que cuando la formación es estrictamente academicista, el riesgo es achicar las oportunidades para lectores y para escritores de encontrar el auténtico sentido de la experiencia literaria.
"Yo estudié Letras porque me gustaban los libros. Cuando era chico leía una novela y me preguntaba cómo estaba construida. Lo que quería era saber la arquitectura de los libros", confiesa y admite que quienes no comparten esta motivación, de leer libros porque quieren ser escritores, lo que los mueve a leer es una cuestión puramente estética. Sólo quieren divertirse y esta primera motivación para un lector es absolutamente legítima. Como profesor de letras, es esta motivación lo que busca descubrir en sus alumnos, qué los interpela, qué los atrapa, porque sólo así puede cocinarse un buen lector.
- ¿Todo vale a la hora de elegir qué leer?
- No sé si todo. Pero lo cierto es que hay muy buenos escritores dentro de lo que sería la literatura comercial, como Paul Auster y Haruki Murakami que son emblema de los que están en el medio entre lo popular y lo más sofisticado. Ellos son criticados por una élite literaria que se siente atacada porque haya escritores populares que además escriben bien. Pero esa literatura que está atada a buscar una cierta excelencia literaria, una sofisticación del lenguaje o del modo en que está escrita a mí particularmente no me interesa.

Créditos: Corbis

- ¿Entonces qué recomendás como primer acercamiento a la buena literatura?
- Empezar por lo que más lo conmueve a cada uno. Por ejemplo, empezás a leer novelas románticas, una detrás de otra y va a llegar un punto en el cual vas a descubrir que son todas similares, que funcionan con un sistema o un punto de construcción que es siempre el mismo. En ese punto es probable que se te agote el placer en ese tipo de novelas, entonces vas a empezar a buscar otro tipo de texto. Este me parece que es un camino natural, que no es forzado. No creo que haya que decirle a una persona que está empezando a leer que hay cosas que no son buenas o recomendarle que no las lea. Además, quizás uno llega a otro autor en otro momento porque leyó una referencia en esa novela romántica. Este es un camino muy válido.
- ¿Vos cómo empezaste a leer?
- Yo he leído de todo y empecé con novelas de aventura o policiales, autores que no son considerados de una excelencia literaria excepcional, pero después a partir de eso seguí leyendo otras cosas y ampliando el círculo de escritores que me gustaban.
- ¿Cómo es con tus alumnos la relación con los libros?
- En la clase de lengua hablamos de mitología y generalmente los chicos se enganchan con el mito porque es algo que conocen de películas o de relatos que circulan en la vida cotidiana. Ahora si yo les digo que para la semana que viene tienen que leer La Ilíada, que es un texto maravilloso, que leerlo fue lo mejor que me pasó en la vida, lo más seguro es que no vaya a conseguir que lo lean. En cambio si les hablo del mito, si lo refiero a alguna película o a alguna historieta, quizá les interese y en algún momento, algunos de ellos, no todos seguramente, van a querer leer la fuente original y tener ese tipo de experiencia literaria más compleja. Pero me parece que no hay que forzar las cosas.
- ¿Qué te parece interesante para una generación de lectores más acostumbrada al vínculo con las pantallas que con el papel?
- Me parece que estamos en un momento en la sociedad en la que lo que más se consume es narración. Las series de TV y cualquier tipo de producto de entretenimiento están basados en relatos que son relatos organizados, con estructuras narrativas. No creo que quien está educado en este modo de consumo de los bienes culturales, se sienta atraído por textos poéticos, de un trabajo y una palabra súper sofisticada. Más bien creo que cabe esperar que no se enganchen con la lectura y te digan que los libros son todos lo mismo, que esto no me interesa. En cambio les ofrecería ciertos libros que si bien son menospreciados o ignorados por la crítica literaria, encuentro que están muy bien escritos. Por ejemplo, Los juegos del hambre , de Suzanne Collins. El año pasado estuve en Boston y cuando paseaba por el campus de Harvard, en una librería donde venden los libros que ahí estudian vi, en la bibliografía en un curso de inglés, que estaba incluida esa trilogía. Me llamó la atención que se pusiera un texto comercial en un programa de literatura, algo que en la academia argentina no se permitiría, por lo visto, en Harvard, sí. Esto me llevó a notar que ya es hora de reconocer que en el mercado de la literatura popular existen realmente cosas muy buenas y que valen la pena, que están bien escritas, que además son muy fáciles de acceder y que nos pueden llevar a obras más sofisticadas.

Nueva propuesta: leamos un cuento

Gracias por sus mails a clubdelecturaohlala@gmail.com , especialmente a Tolomea por proponernos esta idea, que esperamos les guste: leamos un cuento para comentarlo en el próximo encuentro, el jueves 3 de julio. Tenemos dos semanas para anotar impresiones, datos, sugerencias, preguntas alrededor de él. Acá les dejo un link con los Cuentos completos de Silvina Ocampo y la sugerencia es que comentemos Cornelia frente al espejo (en la página 144). Si quieren comprarlo les dejo info de la última edición de Tusquets , en 1988.
Con respecto al tema de hoy, ¿qué opinan? ¿Por qué les gusta leer? ¿Qué les atrae de un texto? ¿Está bien tratar de contagiar a nuestros hijos, amigos, pareja, el gusto por la lectura? ¿Tenemos derecho a pretender que lean más? ¿Nos hacemos fundamentalistas de los libros? ¿Es cierto que no leen? ¿Qué autores o géneros no se animarían a confesar que les encantó?

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