
Sexo en el agua, las posiciones del aquasutra
Aprovechá el calor del verano para dar rienda suelta a tus fantasías acuáticas con este catálogo de "aquasutra".
28 de febrero de 2017 • 00:20
Más tarde o más temprano, todas fantaseamos con escenas sexuales submarinas. No es para menos, porque en cualquiera de sus representaciones, las zambullidas de a dos nos hacen creer que el sexo fue inventado para hacerse bajo el agua: en una pileta, un oasis o un océano turquesa, todo fluye, resbala y se encamina como es debido. Peeero, cuando tratamos de recrearlo, oh oh, nos damos cuenta de que no es tan fácil como lo imaginábamos: los vecinos miran mucho, pueden caer visitas en cualquier momento, cuidarse se complica un toque y además nos arriesgamos a llevarnos algún souvenir bacteriano de recuerdo, porque convengamos en que el sexo bajo el agua no es lo que se dice una experiencia re higiénica.

Créditos: lustración de Lucía González Venzano.
Es cierto: el agua relaja, descongestiona, refresca y revitaliza. Pero también puede complicarte un poco la vida. Cuando empezás a sumergirte acompañada, te sentís aceitosita, húmeda, patinosa. Lamentablemente, a tu “amiga” no le pasa lo mismo. El agua no se lleva muy bien con nuestra lubricación natural, así que, aunque tu cuerpo se sienta súper listo y tus revoluciones estén a mil, el contexto no va a ayudarlo. Cuando el agua entra en contacto directo de manera interna, como pasa cuando estamos sumergidas de la cintura para abajo y abrimos las piernas, se encarga de arrastrar los fluidos que hacen del sexo una experiencia maravillosa. Cuando pasa esto, tu lubricación natural es “enjuagada” por una solución con cloro, sal, tierrita de río, arena y todo otro tipo de sustancias que es probable que causen el efecto contrario al que necesitamos. ¿Sexy? Mmm...
El aquasutra
Ni el cloro ni la arena serían tan malos si no fuera porque las raspaduras que nos generan nos exponen a las bacterias, los hongos y las infecciones que hay flotando a nuestro alrededor y que es mucho más fácil que ingresen a nuestro cuerpo cuando se producen pequeñas lesiones debido a la fricción. Bajo el sol y en el fragor de la batalla, no lo vas a notar, pero tal vez en pocas horas te des cuenta de que la experiencia te dejó algún problemita urinario o, en el mejor de los casos, una molesta sensación de irritación. ¿Y él? Él bien, gracias. Nuestro sistema reproductivo es mucho más permeable a estas cosas.
Practicar el “aquasutra” puede ser un verdadero caso de “expectativas versus realidad”, pero eso es hasta que comprendés la técnica y algunos secretos para volverla placentera. Así que, antes de tirar la toalla...
Carretilla marina
Está clarísimo que vas a tener que dejar dirigirte y encontrar el placer en lo rebuscado de la posición, que –dicho sea de paso– ayuda a la estimulación de tu pared superior interna, es decir, del punto G.
escalerita
Es una postura super cómoda en una locación súper incomoda. Medio en chiste, medio en serio, esta va para las parejas que no tienen problemas de empezar en una porno y terminar en una comedia.
Plancha XXX
En esta posición de semiplancha, con ayudita de todos lados, vos podés relajarte y mirar el cielo.
Y él va a tener un panorama hermoso y un aliado extra: en el agua, tu peso es pluma.
Chapoteo casero
Si estabas pensando en jugar con el duchador, esta posición indoor es tu aliada veraniega. Podés controlar la cantidad de agua, la temperatura y que nadie te vea; tampoco hay riesgo de caerse.
4 Métodos de salvataje
1. Los lubricantes
Los lubricantes a base de siliconas pueden hacer toda la diferencia entre disfrutar este momento o convertirlo en una visita al ginecólogo. Ponételo vos y ponéselo a él. Usen además preservativos lubricados. El éxito de este romance depende de que sepan sumarlos a la experiencia.
2. La previa
Al momento de entrar al mar o la pile, sería una gran idea que ya estuviera todo casi cocinado y vos empapada (nunca más literal). Como lograr una buena lubricación y relajamiento muscular es más fácil en el mundo terrestre, lo ideal es llegar ya lista para el último hervor.
3. Con agua (y no debajo de ella)
La idea es aprovechar la sensualidad de los contextos húmedos sin necesidad de sumergir, al menos del todo, el tren inferior de tu cuerpo ni el suyo. Los terrenos ideales para esto son los bordes de las piletas y las orillas de mares y ríos.
4. El disfrute
Uno de los mejores consejos sexuales sigue siendo recordar que el camino es mucho más interesante que la meta. Y nosotras ya sabemos que mojadas... podemos terminar en cualquier parte. Eso sí, especialmente en el agua, siempre con forro•
¿Hiciste el amor en el agua? ¿Qué te gusta más de este escenario? También: Sin Valentín: "soy la única soltera"y Sexo y pareja: ¿cómo está el mar?
Experta consultada: Mariela Tesler, sex coach, especialista en pareja y sensualidad.
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