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Premios Oscar 2024: la regla que la Academia implementó este año para elegir las Mejores películas

Este domingo 10 de marzo se entregan los Premios Oscar y analizamos la nueva regla que implementó la Academia para la elección de las nominadas a Mejor película.


Barbie fue una de las películas nominadas a los Premios Oscar.

Barbie fue una de las películas nominadas a los Premios Oscar. - Créditos: Warner Bros.



Este verano nos ha dado una muestra de cuáles son las películas y las interpretaciones favoritas en las distintas instancias de premiación: Golden Globes, SAGA Awards, BAFTA, People 's Choice Award, Berlinale, Goya. Pero el domingo 10 de marzo, es una de las galas más esperadas y más vistas: la entrega de los Oscars.

La gala del 2024 tiene una particularidad y marca un hito, dado que para que una película sea nominada a mejor película, debió cumplir ciertos estándares de diversidad, los cuales fueron anunciados en el 2020. El motivo de sumar estos nuevos criterios de elegibilidad se basan en el compromiso de la Academia en desempeñar un papel vital para ayudar a “reflejar la diversa población global tanto en la creación de películas como en las audiencias que se conectan con ellas” (David Rublin).

¿En qué consiste? Una película debe cumplir con dos de cuatros 4 estándares planteados, cada uno de los cuales apuntan a una mayor representación de las diversidades (mujeres, grupos raciales o étnicos, LGBTQ+ y personas con discapacidad) en distintas dimensiones. Estas dimensiones son:

1) las interpretaciones y/o narrativas

2) las posiciones de liderazgo creativo y equipo de proyecto

3) el acceso y oportunidades de la industria a personas con menos experiencia

4) el desarrollo de la audiencia.

Además, para cumplir un estándar hay múltiples criterios. Por ejemplo, en el caso de la dimensión de interpretaciones una película debe cumplir con al menos una de los siguientes puntos:

a) un rol principal pertenece a un grupo racial o étnico subestimado

b) al menos el 30% de los actores en papeles secundarios pertenecen al menos a dos grupos subrepresentados

c) la trama principal de la película se centra en al menos uno de los cuatro grupos subrepresentados antes mencionados.

Más allá de nuestros sentires en relación a la validez o no con la que cuenta la Academy of Motion Pictures Arts and Science en cuanto a la distribución de premios objetivos, quisiera resaltar algo que desde Grow- género y trabajo siempre marcamos: nos parece clave que una institución con ese nivel de visibilidad internacional, asuma, de alguna manera, un liderazgo en promover las diversidades, reconociendo el enorme poder de transformación social que tiene.

Con esto no estoy diciendo que esté de acuerdo con sus nominaciones, ni con la entrega de sus premios, ni con cómo ha manejado en el pasado otras situaciones súper complejas en relación a las diversidades, pero estos criterios sí me parecen importantes.

Test de Bechdel y análisis sobre la industria del entretenimiento

Una modificación de este tipo es clave. Desde Grow- género y trabajo analizamos las películas nominadas a mejor película desde el año 2017, aplicando el Test de Bechdel. Es un test que surgió como un chiste en un comic en 1985, pero que se extendió como una forma sencilla para visibilizar la poca presencia femenina en el cine.

Este test cuenta con 3 reglas:

1) la película debe contar con dos roles femeninos con nombre

2) deben hablar entre sí

3) de algo que no sea un varón. A este test en Grow- género y trabajo le sumamos una cuarta regla, que es que al menos uno de esos diálogos dure más de un minuto. Desde que lo aplicamos solo el 43% de las películas nominadas a mejor película pasan el test. Esto no significa que aquellas que lo pasan son películas con perspectiva de género, sino que es una manera sencilla de visibilizar la poca presencia de mujeres.

A lo largo de estos siete años no podemos afirmar aún que observamos una tendencia de mejora. El año en que más películas pasaron el test fue en el 2021, con el 63% (El Padre, Mank, Minería, Nomadland, Hermosa Venganza) y el peor fue el 2022, con el 20% (Coda y King Richard).

 

Este año superan el test 40% de las películas (Barbie, Past Live, Anatomía de una Caída, Pobres Criaturas), todas historias, centradas en la experiencia de mujeres, y 3 ellas dirigidas por mujeres. Dato curioso es que solo una de ellas, Justine Triet, está nominada a mejor directora.

Por supuesto hubo grandes detractores, como el actor estadounidense Richard Dreyfuss, que dijo en una entrevista que los nuevos estándares “lo enferman físicamente”. El también indicó "esto es una forma de arte... También es una forma de comercio y genera dinero, pero es un arte y nadie debería decirme como artista que ‘tenemos que ceder a la idea más reciente y actual de lo que es la moralidad’".

Ante una negativa como esta, es importante reflexionar sobre el rol de la comunicación en la construcción de mensajes que se masifican, como es esta industria en particular, o sobre lo clave de asumir una responsabilidad ante el poder que nos dan las audiencias.

Lo que la Academia propone no tiene que ver tanto con la moralidad, sino con la promoción de Derechos Humanos. Con generar acciones positivas que promuevan que las personas de grupos subrepresentados accedan a oportunidades laborales, tanto si están recién comenzando, como si cuentan con alta experiencia. Así como también ofrecer a las audiencias, si se desea, la visibilización de historias que reflejen la diversidad en la que vivimos. Por otra parte, también es debatible si esta agenda hace perder dinero. Por el contrario, cada vez más estudios refuerzan que la diversidad es un buen negocio.

 

Sostener estos criterios, a pesar de las críticas, también es un esfuerzo que demuestra un compromiso con la decisión tomada. Creo que es clave resaltar, que estos estándares se anunciaron con dos años de anticipación, con lo cual las producciones que estaban pensando en el 2024, tuvieron tiempo de adaptarse. Por otro lado, la amplitud de los criterios permite que una película no tenga nada que ver con diversidad, pero sí que se comprometa con la temática trabajando en la conformación de sus películas, con lo cual no se pierde la libertad de expresión.

 

 

¿Qué podríamos aprender de esta acción? Si somos una institución que otorga premios a otras, podríamos sumar una dimensión de diversidad a nuestros criterios de selección, y de esta manera promover, con este incentivo, que más instituciones se sumen a contribuir a un mundo mejor.

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