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Subite a la onda caribeña de Colombia

Calles coloniales, riqueza cultural, playas hermosas y hectáreas de selva son algunas de las cosas que podés encontrar en un destino increíble que ya marca tendencia





Por Violeta Gorodischer

Bogotá

No te sorprendas si al pisar por primera vez Bogotá sentís una especie de mareo, la sensación de que tu cuerpo pesa más de lo común. Es que se trata de la tercera capital más alta de Sudamérica (¡2600 metros sobre el nivel del mar!), después de La Paz y Quito, y puede llevar uno o dos días aclimatarse. Más allá de eso, su riqueza histórica la convierte en uno de los puntos culturales más atractivos de Colombia. Una visita obligada es La Candelaria , el barrio colonial: es alegre, colorido, una mezcla de casas tricentenarias totalmente restauradas con otras bastante destartaladas y varias de épocas más modernas.
Te conviene tomar como punto de partida para salir a recorrer la plaza Bolívar, fundada en el siglo XVI. A su alrededor, vas a ver la Catedral Primada, que está en la misma iglesia donde se ofició la primera misa tras la fundación de Bogotá, en 1538; la Capilla del Sagragio; el Palacio de Justicia (donde radica la Corte Suprema); el edificio Liévano, convertido en sede de la Alcaldía, y el Capitolio Nacional, sede del Congreso. Hay, también, varios museos más que interesantes. Uno es el de Botero, creado en el año 2000 gracias al pintor y escultor colombiano, que donó una colección valuada en más de 200 millones de dólares. Sus famosísimas figuras rechonchas (desde manos, mujeres y niños hasta hombres con bigote, pájaros y líderes de la FARC) llenan las dos plantas de las partes delanteras del edificio, mientras que en el fondo hay obras de artistas como Picasso, Dalí y Monet.
Muy cerca de ahí vas a encontrar la Casa de la Moneda, donde se exponen vasijas precolombinas, objetos religiosos de los siglos XI y XII y óleos de artistas colombianos contemporáneos. Y, por supuesto, el Museo del Oro , con más de 55 mil piezas de oro de las culturas prehispánicas más importantes de Colombia. ¿Un dato? Si querés descansar, hay un café Juan Valdez, al lado del Museo Botero. Para la noche, recomiendan moverse siempre en taxi. Un clásico es la Zona Rosa, el barrio gay con más onda, lleno de restós, bares y negocios. Y el tip infaltable : al caminar, conviene alzar la mirada, porque hay piezas de arte en azoteas, balcones y alféizares de las ventanas.

Cartagena

Cartagena podría definirse como tres ciudades en una. Está la parte exterior, llena de tráfico, campanas y silbatos; está la Península de Bocagrande , una especie de Miami Beach, con negocios, autos y edificios; y está la parte amurallada, una ciudad colonial perfectamente conservada dentro de los 13 km de muros de piedra, con siglos de historia encima. Sin dudas, esta es la parte más segura y donde te conviene hacer base, en especial si no tenés mucho tiempo.
¿Un consejo? Caminá tranquila y perdete en sus callecitas, que tienen un aire a nuestra cercana Colonia, cruzando el charco a Uruguay. Todo es digno de disfrutar: desde la Plaza del Reloj y el convento de San Pedro Clever hasta su imponente Catedral, el Museo del Oro y el Palacio de la Inquisición (ojo con la sala de torturas, puede ser un poco impresionante). Una buena opción puede ser tomar un city tour en una de las famosas "chivas" (esos colectivos pintados de todos los colores) para recorrer las afueras de la ciudad amurallada. Salen de la Plaza del Reloj y, en una visita de cuatro horas, te llevan a conocer Bocagrande, el castillo Grande, el Convento de la Popa y la Fortaleza de San Felipe, con sus tremendos túneles subterráneos no aptos para claustrofóbicas. Otra opción es alquilar coches de caballo para recorrer la ciudad, con choferes que van contando la historia de cada calle.
Para cerrar tu paso por Cartagena, tenés que hacer sí o sí una excursión a Playa Blanca y las Islas del Rosario : un paraíso caribeño donde el mar es cálido y transparente; las arenas, blancas, y el buceo, actividad obligada. Los barcos salen del Muelle de la Bodeguita , en el antiguo puerto, y si hay olas, el viajecito puede resultar algo intenso. Una vez ahí, nada va a importarte. Y si te animás, en Playa Blanca podés quedarte un par de días durmiendo en cabañas, en carpas o en hamacas. ¡Vale la pena!

Santa Marta - Tayrona

Si querés seguir con un poco más de playa, Santa Marta puede ser una buena opción, sobre todo como punto de partida hacia otros destinos. Es foco turístico de extranjeros y colombianos que llegan atraídos por el sol, el ron y los ballenatos que suenan a toda hora. Muchos aprovechan y siguen a Taganga, una playa de pescadores mucho más tranquila, ubicada a sólo 15 minutos de ahí, donde el silencio envuelve las horas cálidas.
El otro lugar estrella para llegar desde este punto es el Parque Nacional Tayrona , al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta. Se extiende desde la Bahía de Taganga hasta la desembocadura del río Piedras y abarca 1200 hectáreas de territorio y 3000 de mar. Es un lugar precioso, al que seguro vas a querer volver. Es impresionante cómo va cambiando el paisaje, desde las playas de arena a lo largo de la costa norte hasta la selva tropical a 900 metros en su límite sur. Sus playas están en bahías bastante profundas, a la sombra de los cocoteros y, muchas veces, rodeadas por arrecifes de coral. La ruta más común es entrar por El Zaino, 34 km al este de Santa Marta, y llegar hasta Castilletes , la playa más larga del parque y un buen punto para hacer noche. Más adelante está el Cañaveral y, a 45 minutos de ahí, Arrecifes, donde hay infraestructura para alojarse y comer por poca plata. Desde Arrecifes, podés tomar un paseo de 20 minutos hacia el noroeste por la playa que te lleva hasta La Piscina, una bahía de aguas tranquilas y seguras.
Otro paseo corto es hasta el pueblo de San Juan de la Guía , con una playa espectacular y uno de los puntos más concurridos del Parque. Podría decirse que Tayrona está dividido en sectores según el tipo de viajero: Castilletes para amantes de la naturaleza, Cañaveral para los más acomodados, Arrecifes para familias y San Juan de la Guía para quienes buscan un poco de diversión . ¿Un consejo? No dejes de tomar la excursión a la Ciudad Perdida: una de las ciudades precolombinas más grandes descubiertas en América, construida por los mismos tayronas.
Para tener en cuenta: Para ir al Tayrona, la embajada de Colombia pide vacuna contra la fiebre amarilla.
Cómo llegar
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