Te merecés lo mejor
El editorial de septiembre de la directora de OHLALÁ!, Teresa Elizalde
5 de septiembre de 2014 • 12:25
¿Qué haría si no tuviera miedo? La pregunta se la hizo Sheryl Sandberg, la directora de Facebook y reina en Silicon Valley, antes de dar su charla TED en el año 2010. Esta mujer, que hoy tiene 45 años, dudaba sobre si subir a un escenario para hablar sobre la mujer y el liderazgo frente a un millar de personas que esperaban de ella motivación y claves para su desarrollo. Sandberg, norteamericana, egresada de Harvard, que figura entre tantas listas yankees de líderes e influyentes, finalmente dio su charla, y fue un récord absoluto: la vieron más de dos millones de personas. Al año escribió un polémico libro, Lean in (Vayamos hacia delante), sobre motivación laboral, y hoy es una gurú para muchas mujeres, profesionales o no, que buscan en ella empuje y confianza.
Sandberg tiene sus seguidores y sus críticos. Le reprochan que hable sobre la mujer desde una posición de privilegio (es millonaria) y que no contemple la realidad de miles de mujeres que no tienen sus opciones a la hora de salir a trabajar fuera de casa. Pero si dejamos de lado esta polémica, e incluso su ambición por el primer puesto en una empresa, rescato una idea que atraviesa todo su discurso: que somos nosotras, cada una de nosotras, las que nos inventamos trabas y no arrancamos. "Somos las mujeres quienes nos ponemos un freno, quienes saboteamos nuestro crecimiento, nuestra carrera", dice Sandberg, madre de dos hijos, que reconoce en público su culpa por salir a trabajar, que cuenta sin vergüenza cómo su hijo de tres se cuelga de su pantalón cuando está por irse de viaje por trabajo.
Y si bien es una profesional con varios títulos, entiendo que ella no habla solo de una carrera profesional. Habla de la vida misma. De lo que nos pasa todos los días como mujeres frente a otras personas. Sobre lo que deseamos hacer y postergamos. Sobre lo que queremos ser, pero sentimos que otro nos frena. Cuando decimos que no vamos a poder. Que mejor le hablo otro día a mi pareja. Que mejor no hablo con mi jefe por ese aumento. Que mejor no hago esto porque seguro me sale mal. Que mejor me quedo donde estoy. Creemos que no vamos a poder, o que incluso alguien va a hacerlo mejor que nosotras. O nos esforzamos demasiado para que salga perfecto. Nuestro prejuicio interno nos frena, nos detiene. "Nos autoboicoteamos", dice Sanberg.
Por eso –insiste–, la clave está en empezar a recuperar la confianza en nosotras. Estar convencidas, muy convencidas, de que nos merecemos lo mejor para nuestra vida. En casa, en el trabajo, en nuestra familia, cualquiera que sea la vida que elijamos. Y tener la capacidad, también –y acá pareciera estar el secreto–, de aplaudirnos cuando una buena llega, y compartir ese logro, por más pequeño que sea. Salir de ese modo en el que funcionamos muchas veces, en el que creemos que no nos pueden salir todas bien, que nos pone en estado de alerta, porque "pronto va a llegar una mala". No subestimemos nuestros logros. Y mucho menos nuestra capacidad. No nos tiremos abajo. Porque sí, nos merecemos lo mejor.
PD: Este mes, se suma al equipo de OHLALÁ! May Groppo, gestora cultural y una gran diseñadora de experiencias. May es fundadora de Ideame, organiza PechaKucha y tantos otros emprendimientos que apuntan a nuestro desarrollo y creatividad. Bienvenida a la comunidad ohlalera y que seamos muchas las mujeres que nos motivemos con tus palabras.
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