
Tipología de las "mamis" del cole
Terminaron las vacaciones... ¡y ellas están de regreso! En la puerta de la escuela, cada madre expone lo mejor –¡y lo peor!– de sí misma. Date una vuelta por el cole y conocelas.
28 de marzo de 2013 • 00:16
Por María Eugenia Castagnino
¡Uf, qué rápido pasó el verano! Con la vuelta al cole, también se reactivan las reuniones de padres, las infinitas cadenas de mails y el desfile de las madres en la puerta del colegio , una antesala llena de personajes que amenaza con agotar rápidamente toooda esa tranquilidad que tanto te costó conseguir en las vacaciones. No importa cuán angosta sea la vereda de la escuela, en esos diez minutos previos al timbre de salida se transforma rápidamente en un escenario, donde se despliega un abanico de estereotipos maternales. Amalas u odialas, pero acostumbrate, porque todavía queda un precioso y largo año por delante para compartir junto con ellas... Y lo peor: es probable que puedas reconocerte un poquito en cada una. ¡Ups!

Ilustración de Ariel Escalante
La workaholic
Llega corriendo, con la lengua afuera, y te cuenta que en 20 minutos tiene otra reunión en Puerto Madero y ya no llega. Siempre estaciona en doble fila para ganar tiempo, y mientras espera, ella responde un mail, cierra un acuerdo con unos clientes y llama al delivery para encargar la cena. Jamás tiene tiempo para tomar un cafecito con las otras mamás y cada vez que su hijo le pide –casi de rodillas– invitar a un amiguito a jugar, la excusa es la misma: se trajo laburo para terminar en casa y no admite distracciones. A veces, te cansás con solo mirarla, pero en el fondo la entendés perfectamente: vos también vivís haciendo malabares para llegar con todo.
La viborita chismosa
"¿A que no sabés quién se separó?" o "Parece que la rajan a la de 1°B" es el saludo de esta mamá, que sabe vida y obra de todos en el colegio. No sabés de dónde saca la data, pero es capaz de usar a sus hijos de espías y sacarles información con tal de tirar alguna "bomba". Su "mirada -escáner" te examina para ver si te combinan los zapatos o si el color de pelo es tuyo, o concluye que "Fulana está ansiosa porque está más rellenita". A su lado, sé cuidadosa porque un simple "me voy el fin de semana a Mardel con mi marido" puede convertirse en rumor de inminente divorcio. Y sabé que aunque indagues..., ¡jamás vas a saber lo que dice de vos cuando no estás!
La alternativa
No vacunó a sus hijas –Brisa y Cielo– porque cree que es perjudicial. Y para el recreo, les manda un tupper con granola casera y semillas orgánicas –y vos te sentís fatal porque el tuyo llevó galletitas de chocolate–. Mientras vos luchás con los "problemitas" de conducta de tu hijo, ella cree que "él está expresándote algo y tenés que decodificarlo" y te ofrece unas florcitas de Bach que lleva en la cartera. Este año, festeja el cumple de su hija... ¡en el taller de un ceramista para que los chicos modelen arcilla! Una vez, te animaste a pedirle que dejara de mandarte PowerPoints con mensajes positivos, y desde entonces, ella cree que no tenés buena vibra. Ommmm...

Ilustración de Ariel Escalante
La hippie colgada
No importa si sus hijos entran a las 7:30 o a las 8: la colgada los lleva al cole cerca de las 9 porque se quedó dormida. Se viste con ropa pintada a mano por ella misma y estampada con las manitos de sus hijos en témpera y accesorios que compró en la plaza Francia. Sus hijos suelen lookearse con melenas largas y cantan de memoria los clásicos de Marley. Es difícil que te la cruces en la puerta, porque llega 15 minutos después de que la cerraron. Imposible ubicarla: no usa celular porque está en contra del consumo y tampoco tiene mail, así que es la única afortunada que zafa de la lista de mailing. Cuando te saluda –con su olorcito a sahumerio–, te dice: "¿Cómo andás, Juli?", y a vos te da vergüenza decirle que, en realidad, te llamás Romina. Secretamente, soñás con ser como ella: más relajada y menos enroscada. Pero por más que lo venís intentando, no te sale.
La mami-planner
Ella y su agenda son un solo corazón. Envidiás su iniciativa infinita; en pleno enero, propuso hacer la compra comunitaria de útiles y... ¡se fue solita a Once a buscarlos! Siempre tiene una planillita Excel impresa –resaltada con colores– y, en vez de saludarte, te va a increpar con un "¿vos ya me diste la plata de los regalitos?". Su función en el grupo es la de la triple R: recaudar-recordar-resolver. Ella, sin que nadie le pida, organiza T-O-D-O: desde el cumple sorpresa para la seño hasta el diseño de las camperas de egresados. Y si faltás a una reunión de padres, no te preocupes: media hora después de que terminó, te llega un mail suyo con la minuta de los temas que se trataron. A pesar de que te irrita su excesiva organización –a vos, que apenas podés con las cuentas de tu casa–, un consejo: querela y tratala bien. Por una sencilla razón: no podrías vivir sin ella.
La hiperexigente
El día que le comunicaron que su "pequeña genia" sería la abanderada en el acto, tuvo una sensación casi orgásmica. Estructurada y competitiva, la hiperexigente cría hijos muy precoces: leen y escriben en sala de tres, a los cuatro hablan perfecto el inglés y van a clases de acrobacia, pintura impresionista y ajedrez. En la puerta, solo habla de evaluaciones y las proezas académicas de sus hijos –contándote OTRA vez que Sofi ya divide con decimales mientras que todo el grado está aprendiendo a sumar–. Es capaz de hacerte sentir que no te ocupás lo suficiente: si vos revisás cada tanto el cuaderno de tus hijos, perdiste. Porque ella sabe todo de memoria, y te deja muy mal parada cuando pregunta: "¿Vieron lo que mandó la seño ayer?", mientras vos disimulás que estás al tanto. Obvio: es LA persona para llamar cuando tu hijo faltó y necesita pedir la tarea.
La topísima
A las 7 a. m., llega con sus calzas apretadas para ir a Pilates y –además de pelar un lomo que te hace envejecer 20 años en un minuto– te pregunta si dormiste bien "porque no tenés buena cara" –shhh, vos jamás confieses que esa joggineta que tenés puesta en realidad es... ¡tu pijama!–. A la salida, llega con una producción digna del BAFweek, y si no pudiste ver las tendencias de la temporada , solo hace falta mirarla para saber qué se usa. En la puerta, disfruta charlando con los papás separados –¡y el nuevo profe de gimnasia!– porque sabe que los vuelve locos a todos. Algunas "mamis" le miran de reojo el look y discuten si se hizo las lolas o no. Vos querés ser su amiga, para que te preste pilchas si llegás a tener un casamiento. Un consejo: no te acerques a ella esos días en los que tenés la autoestima por el piso, porque termina de destruírtela.
¿Qué tipo de madre sos? ¿Te identificás con alguno de los estereotipos o sos una mezcla?
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