
Y ellos, ¿cómo lo viven?
Te contamos cómo cada uno de estos cuatro hombres encara el rol más importante de su vida.
19 de junio de 2015

Papá de mellizas

Créditos: Agustina Tato. Producción de Flor Vicente Lago
Nombre: Maxi Maldonado.
Ocupación: empleado en Microsoft.
Edad: 35.
Hijas: Juana y Matilde, de 2.
"Juana y Matilde nacieron en febrero de 2013. Tenían muy bajo peso y nos indicaron aislarlas en casa. Pasé varios meses con ellas porque tenía un trabajo flexible, y eso fue determinante en nuestro vínculo. Cuando llego de trabajar, mi casa es una fiesta. Las baño, las cambio, les seco el pelo, y solo quieren que lo haga yo. Después les canto canciones tontas; su preferida es ‘Me gustas tú’. A la mañana, cuando ven que me pongo la mochila para irme a trabajar, es una crisis de llanto, y para mí es difícil porque sé que las voy a extrañar. Me tienen totalmente dominado, todo lo que hago es en función de ellas, y la retribución es multiplicada por mil. Además, la gente te apoya: por la calle, me paran para decirme cosas lindas, pasás a ser una especie de superhéroe".
"Cuando son dos, sos papá y mamá a la vez: lo más difícil es mantener el equilibrio porque los mellizos tienen las mismas necesidades y demandan la misma atención".
Papá joven

Créditos: Agustina Tato. Producción de Flor Vicente Lago
Nombre: Pedro Cacchione.
Ocupación: maestro y animador de eventos.
Edad: 27.
Hijo: Luca, de 6.
"La conocí a Sol trabajando en un call center, y teníamos una relación muy relajada; yo con 21 años y ella, 23. Hasta que un mediodía me escribió: ‘Necesito verte’. La noticia fue todo un shock, no entendíamos nada. Los meses del embarazo me sirvieron para buscar un trabajo mejor y armar un hogar: ¡creía que ser papá era solo prepararme para la llegada del bebé! El ‘click’ lo hice cuando la partera me lo dio en brazos. A partir de ahí, Luca fue mi motor para llegar a donde estoy ahora. La paternidad sacó a la luz mi vocación: me convertí en maestro de nivel inicial y trabajo animando eventos infantiles. Al principio, fue difícil, era muy chico y tenía miedos y dudas, pero, después de 6 años, me doy cuenta de que si no hubiera sido un papá tan joven, no sería quien soy hoy".
"Tener un hijo a los 21 me formó como persona. Me salteé muchísimas etapas, pero ese era mi destino. Gracias a eso, descubrí mi vocación: trabajar con los chicos".
Papá reciente

Créditos: Agustina Tato. Producción de Flor Vicente Lago
Nombre: Alejandro Bianchi.
Ocupación: project manager en una empresa telefónica.
Edad: 40.
Hijo: Lupe, de 2 meses.
"Después de dos años en la búsqueda de un hijo, consultamos a un especialista en fertilidad y, en el segundo intento de fertilización asistida, Ana quedó embarazada. La llegada de Lupe, hace dos meses, generó una ruptura con el modo de vida anterior. Siento que cambiaron mis prioridades, se modificaron mis límites, mi tolerancia, nuestra vida social, ¡los horarios! Descubrí una nueva forma de amar, y también nuevos miedos con los que debo convivir. Lo que más me cuesta es entender qué le pasa cuando llora. Trato de comunicarme con ella, y de a poco voy aprendiendo qué necesita, ya sea comida, higiene o descanso. Es increíble cómo, sin decir una sola palabra, Lupe me enseña a ser mejor persona. Empecé a entender, respetar y admirar a los míos, y creció mi comprensión y gratitud hacia ellos".
"Como todo cambio, es estresante. A veces extraño los fines de semana de ver series y nada más, pero es una renuncia que vale la pena, y que con el tiempo se recupera".
Papá separado

Créditos: Agustina Tato. Producción de Flor Vicente Lago
Nombre: Pablo Toporosi.
Ocupación: actor y dramaturgo.
Edad: 32.
Hijo: Luca, de 5.
"Cuando nos separamos, Luca tenía 2 años. No sabíamos bien cómo hacer, pero sentimos que lo mejor era ser sinceros, decirle: ‘Mamá y papá no se están llevando bien, pero nada tiene que ver con vos’. Él es muy perceptivo, nos veía tristes y se acercaba a darnos un abrazo o un beso. Cuando no estoy con Luca, lo extraño mucho, sobre todo los fines de semana que paso sin jugar a la pelota o ir a la plaza con él. La casa es otra cuando Luca no está, pero se hace presente con su energía, y es muy hermosa esa sensación. Cuando estamos juntos, me siento papá y mamá a la vez: lo llevo al jardín, le preparo la comida, lo visto. Aunque el rol de los papás mutó, cuando estás separado esto resalta más: las tareas no se reparten dentro de un mismo espacio, sino que hacés todo lo mismo que hace la mamá".
"Cuando Luca no está, me detengo a ver un juguete tirado o un dibujo y lo extraño. Pero después, cuando llega, ese compartir se vuelve más intenso. Somos nosotros dos".
LA MIRADA PATERNA
Por Miguel Espeche*.
A la galería de estilos parentales, se sumó con fuerza un papá más cercano y afectuoso, que se ocupa de las tareas de la casa a la par de la mamá.
No se trata de "maternizar" al padre, de licuar su masculinidad ni de borrarla del panorama, sino todo lo contrario: de encontrar la esencia de lo masculino en atributos que no reniegan de lo afectivo.
El punto exitoso de la paternidad radica en marcar el territorio con genuina firmeza, y no con rigidez sobreactuada. Los padres no tienen que dejar de ser hombres para cumplir su rol, porque, como decía un psicólogo, "un buen padre no siempre es lo que dice una madre que es ser un buen padre". Ser un buen papá es ser afectivo, pero también ofrecer un referente respecto de ese mundo que va más allá de los afectos, el mundo social, el de la ley que regula la afectividad, pero que la incluye y valora. Suele haber tensión entre la mirada materna y la paterna, y es bueno que así sea, porque de esa forma se cría a los hijos desde una diversidad "bifocal", que otorga volumen a la realidad. "Tensión" no necesariamente significa conflicto, y es bueno que se sepa que las miradas, enfoques y actitudes se complementan, no compiten, a la hora de la crianza de los chicos.
*Psicólogo y psicoterapeuta, especialista en vínculos.
Para leer
Ser padre es cosa de hombres, Sergio Sinay (Del Nuevo Extremo, $75).
Para navegar
En Facebook:Papá también: una miniserie web que profundiza en los diferentes modelos de paternidad.
Johan Bavman: un fotógrafo sueco que busca modificar el concepto de paternidad.
¿Qué te parecieron las miradas de estos padres? También te recomendamos Objetos locos para papás divertidos y Papá vs. papito .
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