¿Vale la pena? Usos ocultos del robot de cocina que te harán ahorrar espacio

Uno de los usos ocultos más potentes de los robots de cocina es su modo vaporera. Aunque pasa desapercibido, la combinación del vaso y el accesorio superior permite cocinar al vapor como una vaporera eléctrica dedicada. Verduras crocantes, pescado, dumplings o huevos perfectos: todo sin ocupar espacio extra. Además, mientras el vapor trabaja arriba, el robot puede cocinar otra preparación abajo, duplicando funciones.

Otro uso subestimado es el amasado y batido. Con el motor interno y los modos específicos, los robots pueden amasar pan, montar claras o batir crema con resultados similares a una batidora de pie o incluso a una amasadora. Esto significa decirle adiós a dos aparatos grandes que suelen ocupar buena parte de la mesada.

El robot también actúa como molinillo de especias y café gracias a su capacidad de triturado fino. Azúcar impalpable, granos de café, frutos secos o especias enteras pueden procesarse sin necesidad de un dispositivo aparte. Y si necesitás rallar o picar verduras, carnes o quesos, la función de procesador de alimentos está integrada: muchos modelos permiten cortes gruesos o finos sin un rallador eléctrico independiente.

A esto se suma la función de hervidor inteligente, ideal para quienes suelen tener una pava eléctrica a mano. El robot puede calentar agua a la temperatura justa para té, café o infusiones sin ocupar otro enchufe ni superficie extra. Un detalle simple, pero que libera espacio en cocinas chicas.

Entre las funciones más discretas está la balanza integrada. Muchos robots pesan con precisión de gramos, lo que permite prescindir de la balancita que suele quedar dando vueltas en la mesada o dentro de un cajón siempre lleno.

Y para quienes tienen bebés o simplemente calientan líquidos con frecuencia, el robot también puede funcionar como calentador de biberones o recipientes, manteniendo la temperatura estable sin aparatos adicionales.

En conjunto, estas funciones muestran que el robot de cocina no solo ahorra tiempo: también optimiza el espacio físico. Al reemplazar varios electrodomésticos, deja la mesada más despejada y ordenada, algo esencial en hogares modernos donde cada centímetro cuenta.