Vinilos en la mesada: cómo renovar la cocina sin obra y con bajo presupuesto

“La clave es elegir superficies lisas y uniformes. La base ideal es una pared con pintura látex común, porque asegura mejor adherencia y un acabado prolijo”, explica Aida. Algunos vinilos recortados se pueden colocar fácilmente en casa, y hay tutoriales en video para quienes quieran intentarlo. Pero si se trata de murales vinílicos que cubren una pared completa, lo recomendable es contratar a un profesional: las uniones requieren experiencia y un mal acabado puede arruinar todo el efecto.

Paciencia y cuidado son la clave para que el vinilo quede perfecto. Aplicarlo de manera pareja y progresiva evita burbujas y arrugas. “No hay que apurarse. Cada sección merece su tiempo, y es mejor ir despacio que tener que despegar y recolocar”, agrega Aida. Una espátula o regla ayuda a alisar el material mientras se pega.

Mantener los vinilos impecables es muy fácil. Basta un trapo apenas húmedo con un poco de detergente suave. Es importante evitar productos abrasivos, que pueden rayar o deteriorar la superficie, y cuidar que no haya golpes o fricción con objetos punzantes. Según Aida, “el vinilo se mantiene en perfecto estado prácticamente hasta que se decida renovarlo”.

Los vinilos laminados cuentan con una capa protectora que los hace más resistentes al agua, la humedad y el uso diario, ideales para cocinas y baños. Aun así, conviene no apoyar objetos calientes directamente sobre la superficie, ya que el material es plástico y puede deformarse.