Cuidá tu piel

Por Felicitas Rossi (desde París)
Fotos: gentileza de La Roche-Posay

Ocho dermatólogos argentinos fueron invitados por La Roche-Posay a conocer los centros termales, la fábrica y el atelier de maquillaje correctivo. Todo se encuentra a poca distancia entre sí, en un pueblito a una hora de París llamado, justamente, La Roche-Posay. Allí charlamos con la doctora Patricia Troielli, dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y de la American Academy of Dermatology, delegada nacional del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología (CILAD) y docente de la Carrera de Especialista en Dermatología de la UBA. Actualmente, es la presidenta del Comité Científico Internacional de la Fundación Latinoamericana La Roche-Posay.

¿Qué descubriste de la marca que antes no sabías?
Si bien el termalismo es una actividad muy frecuente en Europa, especialmente en Francia, donde existe historia acerca del beneficio del agua termal como un medicamento natural, las curas termales se asocian a los tratamientos farmacológicos o quirúrgicos, y en casos aislados se indican como único tratamiento. Me llamó la atención que existen diferentes centros y el termalismo se aplica con fines curativos: se atienden 7500 personas por año, la mayoría con afecciones de tipo de eccema o psoriasis en adultos y niños, y es reconocido por los sistemas de salud en Francia.

¿Cuáles son los beneficios del agua termal?
Se realizaron estudios clínicos in vitro e in vivo para comprobar las propiedades terapéuticas. El agua termal tiene una combinación de sales minerales y oligoelementos y una alta concentración de selenio. Esto le confiere propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y reparadoras que disminuyen la formación de radicales libres responsables del envejecimiento de la piel y en enfermedades inflamatorias.

¿Por qué es tan importante que los productos contengan agua termal en su fórmula?
Porque mejora la aceptación cosmética en las pieles sensibles.

¿En qué casos se indican tratamientos con agua termal?
En psoriasis, cicatrices, rosácea, dermatitis atópica, eccemas, inflamaciones orales, y también se indica el agua termal para tratamientos posradioterapia.

¿Qué fue lo que más te impactó?
Varias cosas. En primer lugar, que los tratamientos con agua termal se indican en niños desde los 6 meses. Segundo, que los pacientes reciben el tratamiento de la mano de dermatólogos especializados. Uno de los más utilizados es la ducha filiforme: consiste en poner un chorro de agua impulsada a gran presión en la zona a tratar; es ideal para aplanar la profundidad de la dermis, evitar el prurito y decapar las lesiones. Aplana la profundidad de la dermis y, además, es calmante y antipruriginoso. Y por último, que en algunos casos de cáncer de mama, la mejoría no sólo es apreciable en la piel, sino que se observa que disminuye el estrés psíquico que se ve en los pacientes oncológicos, especialmente en mujeres que recibieron quimio y radioterapia.

¿Cuál es el mejor cuidado que le podemos dar a nuestra piel?
Recordar que nos acompaña toda la vida y que el cuidado comienza en la infancia con protectores solares para evitar el daño de la radiación ultravioleta. Mantener a lo largo de las diferentes etapas de la vida una normal humectación para asegurar una buena función de la barrera cutánea. Y consultar al dermatólogo una vez al año.

El tratamiento en los centros termales dura 21 días. Se requiere una asistencia mínima de dos horas diarias supervisadas por un dermatólogo. Los precios no son altos si se tiene en cuenta la calidad ofrecida: €450 el tratamiento completo, más €150 por los honorarios del médico a cargo. Ofrecen tratamientos para extranjeros de dos semanas. Más info: www.laroche-posay.com