Cuidar tu piel sin gastar un peso: estos son los 3 hábitos que no fallan en tu rutina de skincare

Sí, sabemos que una ducha caliente puede ser el mejor plan después de un día largo. Pero para tu piel, no tanto. El agua muy caliente deshidrata, irrita y daña la barrera cutánea, lo que puede provocar picazón, tirantez y hasta brotes de acné o eccema.

En cambio, elegí agua tibia. Te limpia igual de bien, pero sin agredir. Esto aplica tanto para el cuerpo como para la cara. Al secarte, mejor con una toalla suave y a toquecitos, nada de frotar.

Belén Garrido, cosmetóloga y creadora de contenido sobre skincare, lo explica simple: “El agua de la ducha suele estar muy caliente, y eso puede abrir los capilares y dañar la piel. Lo ideal es bajar la temperatura del agua o, al menos, evitar que el chorro caiga directo sobre la cara”.

No necesitás diez pasos ni una repisa llena de frascos. Con una limpieza suave, una hidratante básica y protector solar todos los días (sí, también en invierno), estás haciendo lo más importante.

La mejor rutina no es la más larga, sino la que podés sostener en el tiempo. Y para eso, lo simple funciona. Belén Garrido recomienda empezar con tres pasos básicos: limpieza, hidratación y protección solar.

• Limpieza: un buen gel o leche de limpieza, suave y no irritante. “Si te deja la piel tirante, no es el adecuado”, advierte.

• Hidratación: una crema liviana o en textura gel, según tu tipo de piel.

• Protección solar: todos los días, incluso si está nublado. 

¿Y lo que no hay que hacer? lavarte los dientes después de aplicar tu rutina: al hacerlo, podés arrastrar los productos sin querer.

No hay rutina que funcione si dormís mal, estas estresada o comés mal . El estilo de vida impacta directamente en la piel: el cansancio se ve, el estrés se nota y la deshidratación no se disimula. Dormir bien, tomar agua, moverte, reducir los ultraprocesados y registrar cómo te sentís emocionalmente son pasos clave para mejorar no solo la piel, sino tu bienestar general.