En algunas personas la tiroides presenta problemas que pueden ser de forma o funcionales - Créditos: Corbis
Por Noelia Veltri
Todas (y todos) tenemos glándula tiroides. Se ubica en la zona del cuello y, desde lo visual, parece una mariposa (cuerpo y alitas, respectivamente). Su función es producir hormonas que se liberan a la sangre, circulan por el cuerpo y llegan a todos los tejidos y órganos, para optimizar su funcionamiento. Por eso, se dice que esta glándula endócrina –interna– interviene en el metabolismo. Las hormonas que produce, llamadas T3 y T4, son indispensables y tienen funciones en todos los órganos del cuerpo.
El tema es que como no todo en la vida es perfecto, en algunas personas la tiroides presenta problemas que pueden ser de forma (agrandamiento de toda la tiroides o agrandamiento nodular, que ocurre cuando se advierten nodulitos) o funcionales (hipo e hipertiroidismo).
Alteraciones de forma
"Que la glándula tiroides tenga alteraciones de forma no significa que funcione mal. Por eso, cuando advertimos alguno benigno, no lo sacamos: lo controlamos, y dejamos las punciones para las personas con patología maligna, que, por suerte, representan sólo el 5 por ciento de los casos", dice la doctora Alicia Gauna, y destaca que tanto para lo benigno como para lo maligno, la cuestión hereditaria influye. Aunque lo más común es que los nódulos sean chicos y asintomáticos, cuando crecen más de lo normal, pueden provocar dolor, molestia, tos, cambios en la voz (puntualmente, disfonía) e incluso dificultades para respirar.
El control y seguimiento de los nódulos, al igual que su detección, se hace por palpación y se confirma con ecografía. Es importante para evitar que evolucionen en tumores, algo que, por suerte también, ocurre con poca frecuencia.
Alteraciones funcionales
Lo primero que tenemos que decir es que los dos trastornos funcionales más frecuentes de la tiroides son autoinmunes. O sea: se desarrollan por la respuesta anormal del organismo frente a estructuras propias.
En el caso del hipotiroidismo, la enfermedad autoinmune que es la principal causa de esta disfunción se llama tiroiditis de Hashimoto. En el hipertiroidismo, la "culpable" suele ser la enfermedad de Graves.
Hipotiroidismo
Esta alteración del funcionamiento de la glándula tiroides es súper común. De hecho, se calcula que en nuestro país la tienen más de dos millones de personas. El hipotiroidismo es, básicamente, el enlentecimiento del metabolismo por la falta de hormona tiroidea. Aunque es menos grave que el hipertiroidismo, es muy importante detectarlo rápido, sobre todo en caso de embarazo, porque puede provocar abortos frecuentes, partos prematuros e incluso retraso mental en los bebés.
Síntomas: debilitamiento de las uñas, caída del pelo, cansancio, cambio de carácter, sensación de frío, resequedad de la piel y alteraciones de la menstruación. Sin embargo, la imposibilidad de bajar de peso (e incluso el aumento) motiva muchas veces la consulta con el endocrinólogo, aun cuando el hipotiroidismo permanezca subclínico (sin generar síntomas). Los antecedentes familiares –que, por supuesto, pesan– también deberían ser motivo de consulta.
Estudios y tratamiento: el médico te va a pedir un análisis de sangre porque el tratamiento, que consiste en reemplazar con medicación –una pastillita de levotiroxina– la hormona T4 que tu glándula no está produciendo, sólo puede ponerse en marcha con una certeza del ciento por ciento.
Hipertiroidismo
Este trastorno es "la otra cara de la moneda". En este caso, la glándula no produce de menos, sino de más. Por esto mismo, el hipertiroidismo es mucho menos frecuente, pero también mucho más notorio.
Síntomas: descenso injustificado de peso, aumento de la transpiración, mayor sensibilidad al calor, caída del pelo y aparición de los llamados "ojos saltones", que obedecen a la asociación de esta patología con la enfermedad de Graves, asociada a su vez a las patologías oftálmicas.
Ojo: cuando el hipertiroidismo es persistente y no se controla, suele generar arritmia.
Estudios y tratamiento: al igual que su "primo", el hipertiroidismo se diagnostica sobre la base de la observación clínica y el análisis de sangre. El tratamiento puede ser también por vía oral (medicamento antitiroideo) o con yodo. Sin embargo, como es una enfermedad que se asocia a otras, seguramente el médico te solicite algún examen extra. En el campo de la medicina nuclear, por ejemplo, mediante dos estudios se puede evaluar: por un lado, cuánto está funcionando la glándula (y, por ende, calcular la dosis de radioyodo para administrar como tratamiento), y por el otro, dónde captó yodo la glándula.
No te olvides
Las personas que tienen antecedentes familiares, las que estuvieron expuestas a radiación o las que ya tienen alteraciones de la tiroides tienen que realizar el primer control con el médico endocrinólogo al comenzar la edad reproductiva (en la primera menstruación). Además, es importante que antes del embarazo, en caso de que se esté buscando, se repita un control para prevenir el hipotiroidismo congénito.
Y a vos, ¿qué te pasó?
Inés Cavallo
26 años
Diseñadora y chef
"Llegaba de la facultad y dormía cuatro horas de siesta. La médica chequeó el tamaño de mi tiroides, me hizo un análisis de sangre y confirmó el diagnóstico. Probé con armonizaciones energéticas y seguí con controles médicos. Hoy, tres años después, mi tiroides funciona correctamente."
26 años
Diseñadora y chef
"Llegaba de la facultad y dormía cuatro horas de siesta. La médica chequeó el tamaño de mi tiroides, me hizo un análisis de sangre y confirmó el diagnóstico. Probé con armonizaciones energéticas y seguí con controles médicos. Hoy, tres años después, mi tiroides funciona correctamente."
Lucila Parmigiani
26 años
Administradora de empresas
"Mi mamá descubrió que tenía un nódulo y además hipotiroidismo. A partir de eso, yo me controlo cada seis meses para ver la evolución de algunas hormonas. Aunque no puede prevenirse, sí puedo controlarlo y, en todo caso, medicarme lo antes posible."
26 años
Administradora de empresas
"Mi mamá descubrió que tenía un nódulo y además hipotiroidismo. A partir de eso, yo me controlo cada seis meses para ver la evolución de algunas hormonas. Aunque no puede prevenirse, sí puedo controlarlo y, en todo caso, medicarme lo antes posible."
Rocío Pumares
26 años
Lic. en Relaciones Públicas
"Desde chica tengo problemas con la prolactina y me hago chequeos con mi ginecóloga. Hace poco, detectó que mis niveles de T4 estaban alterados, me derivó a una endocrinóloga y me diagnosticaron hipotiroidismo. Con la medicación me siento más activa y jamás subí de peso."
26 años
Lic. en Relaciones Públicas
"Desde chica tengo problemas con la prolactina y me hago chequeos con mi ginecóloga. Hace poco, detectó que mis niveles de T4 estaban alterados, me derivó a una endocrinóloga y me diagnosticaron hipotiroidismo. Con la medicación me siento más activa y jamás subí de peso."
Expertos consultados
Dra. Alicia Gauna (MN 49.072), endocrinóloga, presidenta de la Sociedad Argentina de Endrocrinología y Metabolismo.
Dra. Alicia Gauna (MN 49.072), endocrinóloga, presidenta de la Sociedad Argentina de Endrocrinología y Metabolismo.
Dr. Fabián Pitoia (MN 97.677), endocrinólogo, jefe de la sección Tiroides y coordinador del Área Investigación del Hospital de Clínicas José de San Martín.
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