5 pensamientos para activar la felicidad en tu día a día. - Créditos: Getty
La felicidad es un anhelo común para todos los seres humanos. Muchas veces nos cuesta conectar con ella. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué a veces nos resulta difícil encontrar y mantener la felicidad en nuestras vidas? ¿Cómo podemos ir en dirección a ella?
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En primer lugar, vivimos en una sociedad que nos bombardea constantemente con mensajes y expectativas poco realistas sobre lo que debería ser la felicidad. Nos enseñan que la felicidad está ligada al éxito material, a tener una apariencia perfecta, a conseguir reconocimiento y a acumular posesiones. Esta visión distorsionada de la felicidad nos lleva a buscarla en el lugar equivocado y nos impide conectar con ella de manera auténtica. Pensemos qué es lo que a nosotros nos haría felices: seguramente no es el éxito material.
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Muchas veces, nos dejamos llevar por el ritmo acelerado de la vida moderna. Estamos constantemente ocupados, preocupados por el futuro y atrapados en la vorágine del trabajo y las responsabilidades. Nos olvidamos de detenernos y disfrutar del presente, de apreciar las pequeñas cosas que nos brindan alegría. La falta de tiempo y de atención plena nos aleja de la felicidad. Así es que es clave detenernos en el disfrute de lo cotidiano, sin correr todo el tiempo.
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Otro factor que dificulta nuestra conexión con la felicidad es el miedo al cambio y a lo desconocido. Nos aferramos a nuestras rutinas y a nuestra zona de confort, aunque no nos hagan realmente felices. El miedo al fracaso, al rechazo o a salir de nuestra zona segura nos impide explorar nuevas posibilidades y encontrar aquello que realmente nos hace felices. Esto último es lo que debemos tratar de permitirnos: esa exploración que nos puede dar momentos futuros de felicidad.
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También, muchas veces caemos en patrones negativos de pensamiento y creencias limitantes que nos impiden experimentar la felicidad. Nos autosaboteamos con pensamientos negativos, nos criticamos constantemente y nos sentimos incapaces de alcanzar la felicidad. Estos patrones mentales limitantes nos alejan de la felicidad y nos mantienen atrapados en un ciclo de insatisfacción. Tratemos de detectar esos pensamientos negativos para neutralizarlos.
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Por último, la falta de autenticidad también juega un papel importante en nuestra dificultad para conectar con la felicidad. Muchas veces nos dejamos llevar por las expectativas de los demás, tratando de encajar en un molde que no nos corresponde. Nos perdemos a nosotros mismos y nos alejamos de nuestras verdaderas pasiones y deseos. La felicidad solo puede ser encontrada cuando somos auténticos y vivimos de acuerdo a nuestros valores y propósitos.
Recuperar el sentido de felicidad: claves en el día a día
El ritmo de la vida parece que se llevó el significado de lo que es la felicidad, y devaluó este gran sentimiento, que además de ser un sentimiento, es una decisión que debemos tomar para involucrarla en nuestra vida.
La felicidad es un estado de ánimo que todos anhelamos alcanzar en nuestras vidas. Es un sentimiento de plenitud, satisfacción y alegría que nos hace sentir en armonía con el mundo que nos rodea. Aunque la felicidad puede ser efímera y difícil de definir, existen algunas claves para cultivarla y mantenerla presente en nuestra vida diaria.
En primer lugar, es importante recordar que la felicidad no depende de circunstancias externas o materiales. No está ligada a la cantidad de dinero que tengamos, al trabajo que desempeñemos o a los logros que hayamos alcanzado. La felicidad radica en nuestro interior y es el resultado de cultivar una actitud positiva hacia la vida.
Una de las formas más efectivas de fomentar la felicidad es practicar la gratitud. Apreciar las pequeñas cosas y dar gracias por lo que tenemos nos ayuda a cambiar nuestra perspectiva y a enfocarnos en lo positivo. Cada día podemos encontrar algo por lo que estar agradecidos, ya sea un día soleado, una sonrisa amable o una buena conversación con un ser querido.
Otro aspecto fundamental para alcanzar la felicidad es aprender a valorar las cosas, personas, lugares, no por lo que son, si no por lo que nos hacen sentir, incluso a nosotros mismos.
También, es importante aprender a gestionar nuestras emociones, expresar nuestros sentimientos, ya que esos silencios emocionales se van convirtiendo poco a poco, en un apagón interno que barre las sonrisas, la satisfacción, la alegría, la motivación.
La conexión con los demás también juega un papel crucial en nuestra felicidad. Las relaciones sociales significativas y el apoyo emocional son fundamentales para nuestro bienestar. Compartir momentos de alegría, amor y amistad nos brinda un sentido de pertenencia y nos hace sentir parte de algo más grande que nosotros mismos.
Por último, pero no menos importante, es fundamental encontrar un propósito en la vida. Tener metas y objetivos claros nos da dirección y nos motiva a seguir adelante. Encontrar aquello que nos apasiona y nos hace sentir realizados nos brinda un sentido de propósito y nos impulsa a crecer y desarrollarnos como personas.
Recordá que la felicidad no es un destino final, sino un camino que recorremos día a día. No desapareció, solo hay que volver a creer que existe y que de uno depende darle vida o que se extinga.
Por Celina Cocimano, Coach Ontológica y Terapeuta Emocional. Gentileza para OHLALÁ! En IG: @celinacocimano.
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