6 ideas para decorar tu terraza y crear tu oasis urbano este verano

El punto de partida no son los metros cuadrados, sino lo que querés vivir ahí. ¿Será el espacio del mate compartido, del yoga matinal o de los atardeceres con amigos? Una terraza pensada desde el usuario se convierte en un traje a medida de su día a día. “No hace falta una gran inversión, sino una intención clara: cómo querés sentirte cuando estés ahí”, sugiere Peña Fiorda.

Las terrazas que tienen un concepto definido son las que se recuerdan. Una terraza zen con deck de madera, plantas aromáticas y un rincón de meditación puede ser un oasis urbano. También puede convertirse en un pequeño gimnasio al aire libre, un huerto comestible o una terraza vitivinícola con parras y barricas. “Diseñar con concepto es crear experiencias que no existirían en otro ambiente de la casa”, asegura el arquitecto.

El verano invita al encuentro. Las terrazas pueden ser ese punto de conexión donde las horas se diluyen entre charlas, música y luz natural. Desde un rincón íntimo para dos, con almohadones y luces tenues, hasta un espacio amplio para compartir un brunch o una noche de tragos. Incluso se puede reinventar el clásico solárium con una versión “húmeda”, agregando una lámina de agua o un mini estanque. “Lo importante es entender qué tipo de socialidad te hace feliz: micro o macro, íntima o expansiva”, destaca Peña Fiorda.

Vivir en altura es un privilegio que muchas veces se subestima. La vista, el aire y el cielo abierto son parte del bienestar. “Un mirador que enmarque el atardecer, una pérgola que regule la luz o un espejo de agua que refresque naturalmente el ambiente son recursos simples que transforman la experiencia”, propone el experto.

Una terraza memorable es multisensorial. Escuchar el agua correr en una fuente, sentir el aroma del jazmín o la textura tibia de una madera bajo los pies. “Al pensar la ambientación, preguntate: ¿qué quiero oler al entrar?, ¿qué quiero sentir al tocar?, ¿qué quiero mirar al descansar? La diferencia entre un espacio lindo y uno inolvidable está en los sentidos”, explica.

Por su naturaleza —aire, luz y privacidad— la terraza es el escenario perfecto para el bienestar. Puede transformarse en un spa doméstico con ducha exterior, un gimnasio con vista al cielo o un rincón de lectura rodeado de verde. “No se trata de sumar metros, sino de sumar calidad de vida. Un espacio donde el tiempo se desacelera, el cuerpo respira y la mente descansa”, concluye Peña Fiorda.