Adónde ir a comer en Caballito: el renacimiento de “Little Horse”

Caballito es un barrio gastronómico desde los comienzos de su historia. Su nombre se debe a la pulpería que en 1804 instaló don Nicolás Vila en la esquina de las actuales Rivadavia y Emilio Mitre y que era reconocida por su típica veleta: con forma de caballo.

En los últimos años, sin perder su encanto de barrio, en el centro geográfico de la Ciudad de Buenos Aires se formó un nuevo polo gastronómico que atrae tanto a los vecinos de la zona como al resto de los porteños: el renacimiento de “Little Horse”.

¿De qué se trata esta silenciosa revolución? Entre manzanas de casas bajas, pasajes ocultos y veredas arboladas, comenzaron a ubicarse nuevos restaurantes y delis, que se acoplaron fácilmente a las clásicas propuestas del barrio.

A pasos del parque Centenario, y con ese olorcito a pan recién horneado como imán infalible, un rincón francés imperdible. Hace unos años, ahí funcionaba la boulangerie bretona de Franck Dauffouis, pero luego cambió de dueño y pasó a manos de Johan Cymermann: parisino y ex cliente que decidió continuar con este proyecto, aggiornado, pero respetando la calidad de los productos. Hoy se comprueba que la esquina cambió de dueño pero no la esencia: te sentís en París con cada producto.

A diferencia de otras boulangeries, no usan masamadre, sino que respetan la técnica francesa de poolish (una mezcla con partes iguales de harina y agua y un poco de levadura que fermenta durante doce horas).

Lo mejor: la baguette bien crujiente es el hit del lugar, así como las facturas: croissant de crema pastelera o almendras y el pain au chocolat.

El dato: la fachada (con sus dibujos de campesinos y la Torre Eiffel) es obra de Roberto Amadeo Brillaud, un pintor que Johan conoció por casualidad y al que admira mucho.

Cuánto: panes desde $20, facturas desde $16.

Dónde: Ambrosetti 901.

Cuándo: lunes a sábado, de 7.30 a 19.30; domingos, de 8 a 18.30.

Web: www.co-pain.com.ar.

En este local pequeño hacen algunas de las mejores hamburguesas de la ciudad. Y no exageramos. Se trata de un refugio que nació antes del boom hamburguesero de la mano de dos amigos que se convirtieron en los pioneros en querer mejorar un producto que estaba masificado y maltratado. Rápidamente, este secreto a voces trascendió las fronteras de Caballito y, gracias al boca a boca, los clientes llegan de todos lados.

A la noche, el local explota y la movida se arma en la calle, donde todos esperan para probar desde las burgers más clásicas hasta la opción veggie: un medallón enorme de quínoa que viene acompañado con unos vegetales salteados y el toque inconfundible del hummus.

Lo mejor: ¡las papas fritas! Probalas y vas a ver que son un viaje de ida.

El dato: todo es elaborado a la vista; el pan y los aderezos, totalmente caseros.

Cuánto: hamburguesas con papas, desde $140.

Dónde: Av. Avellaneda 588.

Cuándo: lunes a miércoles, de 20 a 00; jueves a sábado, de 12.30 a 16 y de 20 a 00.

FB: tdn.burger.

Eduardo Ruiz es uno de los grandes maestros pasteleros de la Argentina. Y en pleno Barrio Inglés, abrió su emprendimiento hace menos de un año: en una casona antigua funciona el cafetín, un cálido y luminoso lugar para desayunar, almorzar o disfrutar del otoño en el patiecito. Y a tres cuadras, la pastelería: un local con formato take away para llevar a casa más de veinte variedades de tortas, bombones u opciones saladas.

Lo mejor: el cremoso de maracuyá con merengue y el bombón de chocolate blanco ¡relleno de gin tonic!

El dato: atenti al café; tienen un blend creado solo para ellos.

Cuánto: desayunos desde $95, tortas (mini, $80; enteras, desde $320).

Donde: Terry 300 (cafetín), Centenera 534 (pastelería).

Cuándo: de martes a domingo, de 8 a 20 (cafetín).

Web: www.esruiz.com.ar.

Una de las pizzerías más cancheras y modernas del barrio. Con el horno de barro a la vista y buena materia prima, podés probar lo que, dicen, es la “vera pizza italiana”: finita y bien crunchy. Además de los gustos tradicionales, la Funghi (con portobellos y champiñones), la de queso azul o la de vegetales grillados y semillas ¡son lo más! También tienen empanadas, ensaladas, pastas y pan de pizza recién horneado que llega calentito a la mesa. Como el local es chico, conviene ir temprano.

Lo mejor: la onda del lugar. Ideal para ir con amigas e ir palpitando el finde.

El dato: no cobran servicio de mesa, tienen delivery y otra sucursal en Belgrano.

Cuánto: pizzas grandes, desde $160 hasta $250; paninis, desde $100.

Dónde: Hidalgo 889.

Cuándo: lunes a jueves, de 19 a 24; viernes a domingo, de 12 a 16 y de 19 a 24.

Web:www.teglia.com.ar.

En una tranquila ochava de amplios ventanales, te encontrás con otra de las buenas nuevas de Caballito para desayunar o brunchear. Con una deco minimalista y mucha luz natural, Molly’s es de esos lugares para arrancar el día con energía.

¿Qué pedir? A la mañana, el desayuno “Me estoy cuidando”, con trifle de yogur, granola y frutas de estación. Pero si buscás una opción más power, andá directo al brownie de Nutella o al apple crumble.

Lo mejor: el brunch “Caballito City”, para rendirle homenaje al barrio; tiene delicias como miniwaffles salados, muffins y plato de frutas.

El dato: además de take away, tienen un menú del día a $160 con plato principal, bebida y café.

Cuánto: desayunos desde $70, waffles a $65, sándwiches desde $65, y brunch para 2 desde $350.

Dónde: Riglos 299.

Cuándo: de martes a domingo, de 8 a 21.

FB: mollyscoffeeandbar.

1. Barrio Inglés: para sentirte en Londres, con calles empedradas y casas de principios del siglo XX. Límites: las avenidas Pedro Goyena y Del Barco Centenera y las calles Valle y Emilio Mitre.

2. El Mercado del Progreso: este mercado centenario es considerado un emblema de Buenos Aires. Es una alternativa barrial para encontrar los mejores productos y atención personalizada.

3. Parque Centenario: con su lago, su anfiteatro y sus doce hectáreas de verde, es una parada obligatoria si estás en plan picnic. Los fines de semana y feriados funciona la Feria de Artesanos.

4. Parque Rivadavia: para pasear, andar en rollers o buscar alguna joyita perdida en su célebre feria de libros, revistas y discos usados.

5. Patio de los Lecheros: recién remodelado, este lugar donde se recibía la leche que llegaba de todo el país funciona como una nueva propuesta gastronómica (también tiene huerta y minimercado orgánico) para tener en la mira. Abre viernes, sábados y domingos.