Literatura: 4 libros que hablan sobre la relación entre madres e hijas

Hoy, la comunicación, los avances de la lucha feminista, la misma globalización que nos permite entender que hay otras culturas y realidades, nos permiten acceder a miles de nombres que ya no relatan solamente lo difícil que es ser mujer en determinados momentos históricos y sociales, sino también a recortes de la vida cotidiana que eran necesarios leer. La relación madre e hija debe ser uno de los vínculos más complejos del universo. Por lo pasional, maravilloso, intenso y único. ¿Quién más que una madre o una hija podrían describirlo y escribirlo?

Una mujer madura que recorre New York del brazo de su madre sosteniendo un vínculo que fue de mucha carga durante casi toda su vida. Mientras mira hacia atrás, recuerda el momento exacto en el que -cuando murió su padre- su madre decidió dejarse morir, a pesar de ella, su hija. “No sabe que me tomo su angustia de manera personal, que me siento aniquilada por su depresión. ¿Cómo puede saberlo? Ni siquiera sabe que estoy delante de ella.”, reprocha en silencio la autora. Las palabras, los tonos, todo lo que una hija puede registrar de ese vínculo y cómo marca en el resto de las relaciones con hombres y mujeres para toda la vida.

El corazón del daño de Maria Negroni, se trata de un ajustes de cuentas con una madre que ya no está. Casi como un diario íntimo, la autora narra los enfrentamientos, la simbiosis, el amor, la bronca con una mamá desesperante y una hija que siente no cumplir jamás las expectativas. “Por qué supe tan tarde que obedecer no es una virtud”, se pregunta y nos hace preguntarnos a nosotras mismas, ¿hasta cuándo una es hija? La respuesta es, para siempre.

Sin dudas es un libro que ninguna madre hubiera querido escribir. Dos años después de perder de repente a su compañero durante toda su vida, la autora pierde, tras una larga enfermedad, a su hija. El dolor sin sentido y la belleza de haber sido su madre. “Seguíamos pensando que la felicidad y la salud y el amor y la suerte y los hijos hermosos son bendiciones comunes y corrientes”, relfexiona Didion mientras transita el duelo que nos enfrenta a la soledad de vivir sin los que se fueron y a recordarlos para sostenernos vivos.

Aunque la relación con su madre no es el tema central del libro, la huella que ésta va dejando en toda su infancia y adolescencia es tal que es imposible no leer una novela paralela.  En los años 70, en México, la hija de un matrimonio progresista tiene que acostumbrarse a ser hija en medio de sus libertades, ideologías y prioridades. Así, en definitiva, se dispone a contar su historia. “Me harás quedar mal, siempre lo haz hecho”, pronuncia la madre cuando conoce que se contará la historia. “No contaré nada en lo que no crea”, es su respuesta.