Después del éxito de Culpa Mía, Prime Video estrenó Dímelo bajito

Desde la mirada de los protagonistas, el primer cruce no tiene nada de idealizado. Para Alicia Falcó, que interpreta a Kami, el impacto es inmediato: “Yo creo que para Cami es un reencuentro inesperado y que le remueve todo, ¿no? O sea, ella tiene una construcción de su realidad actual, todo perfecto, todo ordenadito y de repente todo explota, pero creo que es bueno que pase eso en el fondo. Eh, eso, emociones, muchas emociones”.

Ese estallido emocional también está atravesado por lo no resuelto. Fernando Lindez lo define con claridad: “Sí, muy pasional, eh, y bueno, donde heridas del pasado vuelven al presente y con ellas muchas emociones”.

Para Diego Vidales, además, el reencuentro se aleja del imaginario romántico clásico: “También muy un encuentro muy atropellado, ¿no? La primera vez que nos encontramos en los vestuarios es como no creo que hubiera sido como el reencuentro soñado de Taylor. No, para nada. Pero bueno, eso yo creo que también lo hace más natural, más humano”.

Esa naturalidad se sostiene en un trabajo profundo sobre la historia previa de los personajes. El elenco coincide en que la clave fue construir lo que no se ve en pantalla: “Creo que que la base fue como crear la relación entre nosotros, que fue muy fácil, hubo mucha química desde el principio, luego también leer el libro, leer el guión, hablarlo con el director, ensayar”.

En ese proceso apareció un ejercicio decisivo: “Has dicho tú antes algo muy bonito que creo que es importante, que es que un día en un ensayo como que nos pusimos a improvisar, a contar una anécdota entre los tres del pasado de estos personajes, ¿no?”.

A partir de allí, el vínculo se volvió más tangible: “Creo que hacer como este background, de crear recuerdos entre los tres y la existencia de los niños que hacen de nosotros de pequeños nos ayudó mucho”.

Diego recuerda ese momento como un punto de inflexión: “Totalmente. Sí, justamente ese ejercicio sí, de hecho imaginamos que de pequeños jugábamos al pilla pilla. No me acuerdo muy bien qué nos inventamos, pero ayudó un montón”.

La película dialoga de lleno con una pregunta universal: ¿el primer amor es solo una etapa o algo que deja huella para siempre? Para los protagonistas, la respuesta está lejos de ser simple: “Eh, bueno, depende de la persona, ¿no? Y de lo que haya vivido en ese primer amor, pero sí, siempre suele ser algo que recuerdas y que es bonito, ¿no? Al fin y al cabo vida solo hay una y primer amor solo hay uno, o sea que sí que yo creo que es algo que a todos nos marca”.

En el caso de Kami, esa marca sigue viva: “Yo creo que en el caso de Camila realmente sí que cree que su primer amor eh puede volver y que es como su amor. Eh, creo que hay algo muy fantasioso, ¿no? Que también, pues cuando eres adolescente te generas tú en la cabeza tus historias de amor intensísimas”.

Esa fantasía convive con el dolor: “Creo que Cami nunca ha conectado con nadie como ha conectado con Taylor y Thiago. Entonces, hay mucha herida, hay mucha trauma, pero el hecho de que vuelvan sí que le genera algo de vida, ¿no? También de poder sentir y volverse a enamorar”.

Desde la perspectiva de Taylor, la idea es aún más contundente: “Yo también soy partidario de que un primer amor no tiene por qué ser una etapa ni mucho menos. Creo que de hecho muchas veces una persona no encuentre el amor o no sienta lo mismo que lo que sintió por primera vez. No creo que sea una etapa”.

Como en toda historia de amor intenso, la música funciona como un hilo invisible que acompaña las emociones. Alicia imagina a Kami conectada con Billie Eilish: “Yo diría algunas de Billy Eilish, no sé, tengo una playlist de Camila Cabello con muchas canciones, no me acuerdo ahora de más, pero tengo varias de Billy”.

Diego, en cambio, piensa a Taylor con otra sensibilidad sonora: “Eh, yo también tengo una playlist de Taylor y no sé por qué le me imagino mucho a él escuchando a The Fray, igual alguna canción como How to Save a Life o Look After You”.

Hay además un tema que resume el espíritu del film: “Y luego la canción Look After You, No te vayas de Alice Wonder que sale en la peli define bastante la historia. La última canción, sí”.

La química entre los tres protagonistas es uno de los grandes pilares de Tell Me Softly. Y, según cuentan, surgió de manera casi inevitable: “Es que juntos somos como unineuronales, como que compartimos la misma neurona y somos como… Sí, nos nos volvemos muy tontos trabajando”.

El contexto del rodaje fue determinante. Filmando en el norte de España, lejos de su entorno habitual, el vínculo se fortaleció: “El hecho de haber trabajado en un punto como tan aislado de España, que es el norte en Coruña, ayudó mucho a estrechar lazos porque al final vivíamos para rodar”.

Sin familia ni amigos cerca, todo pasaba por el equipo: “No teníamos a nadie más, no teníamos a los amigos ni familiares cerca, entonces quieras que no, después de rodar, pues te ibas a tomar algo con ellos”.

Esa conexión fue tan evidente que se volvió tema entre sus compañeros: “Es que realmente somos un triángulo amistoso o familiar, pero es como que nos relacionamos mucho entre los tres”. Y concluyen con una imagen que resume la experiencia: “Cuando habláis, vosotros tres, no os entiendo… pero sé que os entendéis. Hemos creado un universo nuestro después de compartir demasiado tiempo”.