
Cómo sanar la autoexigencia y el sacrificio para manifestar una vida en plenitud
Liberarte de patrones como el sacrificio y la autoexigencia puede transformar tu realidad. En esta nota, Silvina Pizarro comparte claves para reconectar con el placer, el merecimiento y la inspiración como camino hacia tus sueños más profundos.
29 de mayo de 2025

La meditación es un hábito que aporta al bienestar y nos invita a una vida en plenitud. - Créditos: Getty
Los sueños de tu alma son la pista. llegaste a este maravilloso mundo para manifestarlos. Lo que pide tu corazón es la brújula perfecta para tu próximo paso.
Si tenés el deseo de evolucionar, de conocer a fondo tus habilidades y dones para manifestar la vida de tus sueños, este artículo es para vos.
Hoy vamos a hablar de patrones muy comunes como lo son el sacrificio, la búsqueda incesante de perfección y la auto exigencia desmedida. Estas creencias limitantes, implantadas en nuestra psique a lo largo de los siglos, merecen ser sanadas.
Merecemos vivir desde la plenitud y el disfrute porque es allí donde la magia nace y nos convertimos en nuestra mejor versión. Para decirlo de otra manera; ¡el placer es cosa importante! Estas premisas no provienen únicamente del saber esotérico, sino que la propia ciencia está confirmando lo que hace siglos atrás ya era una certeza de los alquimistas.
Y es que cuando empezás a decirte que sí, la vida entera te apoya. Aparecen las posibilidades, las personas, los libros y las oportunidades. Literalmente el Universo entero conspira a tu favor. Hace la prueba, lleva un diario de gratitud y fíjate lo que pasa una semana después de iniciar este ritual.
La creencia de que para lograr tus sueños tenés que sacrificarte un montón es mentira. Es justamente al revés: cuanto más te amas, más verás tus deseos profundos materializándose. El secreto está en invertir en vos. Para dejar de vibrar en miedo y comenzar a habitar tu destino desde el protagonismo mereces comprender que darte amor es colmarte de poder. Para darte amor, soltar el patrón del sacrificio es clave.
Te invito a que analices tu día a día y veas cuando ese programa empezó a actuar. Vas a sentir tensión y ansiedad. Vas a tener ganas de reaccionar o discutir. Todas tus células van a estar llenas de cortisol.
Deja de hacer lo que sea que estás haciendo y hacete esta pregunta: ¿cuál es el pensamiento que me hace creer que para llegar a donde quiero tengo que maltratarme? Allí encontrarás la raíz de tu propio verdugo.
Ahora, que lo encontraste, fíjate cuáles comienzan a ser tus comportamientos si empezás a decirte, con mucha ternura, cosas como: “Estoy orgullosx de vos, lo estás haciendo muy bien. Ya has logrado un montón de victorias lo que significa que sos absolutamente capaz de todo. Te apoyo infinitamente. Sos lo más importante que tengo”.
Fíjate lo que le pasa a tu cuerpo, a cada una de tus células cuando empezás a hablarte así. Fíjate cuales son las ideas que te “vienen” a la cabeza. Allí, con este simple ejercicio, podrás corroborar que tenés por dentro de tu mente una vocecita que merece ser dulcemente domada.
Si vibrás en sacrificio es, simplemente, porque (programación social mediante) te creaste una vida donde la creencia de que “hay que sufrir para lograr lo que deseo" te ha liderado. Es momento de desmantelar esa creencia y cambiarla por otra, más sabia, más sana, más plena, más fértil: cuanto más te conectas con tu propia plenitud, más podrás escuchar los mensajes de tu alma. Cuanto más disfrute te das, más potencias la creatividad infinita que siempre está disponible por dentro de tu corazón, esperando a que la llames para que, juntos, hagan magia.
Hay muchas personas que habitan la creencia de que el éxito llega luego de mucho sacrificio y esfuerzo. Yo misma he estado allí mucho tiempo y créeme si te digo que la vida no me funcionaba. Entre lo que producía y mis sueños, existía literalmente un abismo.
Mi pregunta es: ¿ese plan de vida te está funcionando? Atiborrás la agenda de tareas y compromisos con la “falsa ilusión” de que lo que precisás está afuera. Llegás a casa cansadx y frustradx para encender la tele y seguir consumiendo lo mismo: catástrofes, conflictos y desdichas. Y aquí no estoy diciendo que todo eso no suceda. Tampoco estoy diciendo que hay que hacer la vista gorda frente a lo injusto. Lo que planteo es, justamente, todo lo contrario: cuanto más nos responsabilizamos en torno a nuestro propio bienestar, mejores humanos somos y cuanto mejores somos mejor es lo que podemos entregarle al mundo.
Yo estuve más de dos décadas en la creencia de que la autoexigencia era el mejor método para lograr mis sueños. Y, si bien tenía una vida que para los ojos externos era un éxito total, la realidad es que tenía una infelicidad en el alma motivo por el cual, entre otras cuestiones, fumaba marihuana todas las noches para poder reconciliar el sueño. Cuando empecé a darme amor, la dejé. Sin pastillas. Sin recetas mágicas. Simplemente esto que te estoy compartiendo: empecé a darme amor y mi cuerpo entero empezó a rechazar, de manera orgánica, hacerse daño. También tuve desequilibrios con la comida y las relaciones. Era una víctima que me decía que tenía mucha mala suerte, que la vida era mala conmigo y la realidad es que la vida tan solo me reflejaba el vínculo que tenía conmigo misma.
El amor es la mejor semilla
El sacrificio, la autoexigencia no son amigos del éxito. Todo lo contrario: son los especialistas número uno del autosaboteo. El tema es que son creencias que están tan fuertemente instaladas en nuestra psique que merecemos ser más conscientes para no dejarnos domar por esa vocecita autodestructiva. Allí radica la gran valía de la auto consciencia (As de Espadas). Hablarnos con amor, con poder, con confianza, con valentía, con compasión es el primer paso para cambiar alineanados con nuestro propósito lumínico.
Se trata de dejar de usar la mente en tu contra y empezar a usarla a tu favor. De comprender, con el corazón, que cada pensamiento es una semilla y que si te sembras con amor, gratitud, coherencia y compromiso evolutivo eso será lo que verás en tu propia experiencia cotidiana.
¿Qué sucedería si empezamos a reemplazar el sacrificio y la autoexigencia por la inspiración y la acción enfocada?
Desde pequeña, he sido muy rebelde. Y ahora, que me dedico a transmitir toda esta sabiduría. Ahora, que he encontrado aquello que mi alma ama ser y hacer, lo que pienso es: qué bueno que no me deje llevar por el mandato que me decía que tenía que seguir al rebaño para tener una vida hermosa. Hoy, 48 años más tarde, entiendo los motivos de mi rebeldía: había una voz por dentro que me decía que la escuchase, que no buscase afuera, que las respuestas estaban adentro. Lo que te quiero decir es: tu intuición sabe mucho más que tu mente consciente respecto de tus propias necesidades, metas y sueños. Es la voz de tu alma mostrándote el camino. Así de simple. Así de hermoso. Así de coherente. Cuanto más le hagas caso, más verás cómo todas las puertas se abren por delante; una tras la otra.
Porque la realidad es que sos el fruto del amor. Estás aquí porque el Universo quiere verte crecer, inspirada, agradecida, colmada de las delicias de tu propio poderío personal. Esa es la única verdad: estás acá para expandir el amor incondicional que ya sos.
Siempre tuve la manía de meterme en actividades, oficios y profesiones que intuitivamente me daban placer. Me inspiraban. Entiendo que por ese motivo hoy soy multi dónica. Me atreví a decirle que no al mandato social de la auto explotación y el sacrificio para explicarle amorosamente a mi mente (algo que hasta el día de hoy sigo haciendo) quién soy y qué quiero.
Lo más hermoso de todo esto es que esa testarudez interna que siempre he sentido por buscar lo que me daba placer me ha llevado a este universo hermoso que es la manifestación y el tarot evolutivo. El amor propio y el autoconocimiento. La evolución como filosofía de vida.
Siempre estamos manifestando porque nuestra realidad externa no es más que nuestras propias creencias (conscientes e inconscientes) proyectadas en el afuera. Eso es la realidad. Por ese mismo motivo, cuando algo de nuestra vida no nos gusta; allí tenemos la gran posibilidad de poder hacer consciente “esa creencia” (que tal vez está instalada en nuestra psique desde nuestra más tierna infancia) y que, es hora, hay que desmantelarla. Merecemos desaprenderla en honor al amor profundo que late en cada una de nuestras partículas. En honor a la vida que somos. En honor al latido del corazón para que cante su propia y única sinfonía desde un estado de libertad y autenticidad.
Sanar nuestro patrón del sacrificio para manifestar los sueños profundos del alma conlleva a sanar nuestro sentimiento de merecimiento (una cuestión súper importante, sobre todo en el universo femenino). Muchas veces yo misma me he saboteado mis propias manifestaciones por no creerme merecedora de ellas. Merecemos sanar nuestra receptividad.
El ego está muy acostumbrado a manejarse por la ley de supervivencia (luchar o huir) porque fue así como nos han educado. Fue así como nos han enseñado a vivir. Lo genial es que se puede salir. Escuchar el corazón es la respuesta. Darnos momentos de paz es la respuesta. Buscar lo que potencia nuestra propia felicidad es la respuesta. Esto requiere responsabilidad amorosa. Requiere autoconocimiento. Es un viaje de ida donde tu corazón y tu mente se dan el sí hasta la eternidad en si misma.
La tensión, por ejemplo, es el cuerpo del dolor volviendo a manifestarse y ¿qué es el cuerpo del dolor? Es la toxicidad del ego al que le encanta la identificación. No importa si eso con lo que me identifico es corrosivo y/o dañino. El ego siempre va a buscar una identidad, a cualquier costo. La tensión se abre cuando tu ego (la mente no observada) regresa con esa necesidad de identificarse con la víctima. El patrón de la víctima esconde a una tremenda guerrera que está por dentro pujando por salir. Y eso es lo que genera el deseo de superarnos: convertir el drama en inspiración. Convertir lo que duele en poder. La tensión es tu sistema nervioso activado nuevamente por una creencia limitante que te dice que tenés que luchar o huir. Cualquiera de las vertientes te llevará al sufrimiento: la vida está para disfrutarla y evolucionar. La vida es ese océano en el que alma se deleita surfeándolo. Para surfearlo, sanar la toxicidad del ego es una puerta que promete oro alquímico.
Otro de los mecanismos autosaboteros del ego es el siguiente: va hacia el pasado para recordamos cosas dolorosas o hacia el futuro donde nos esperan cosas terribles. Por eso, es tan importante aprender a domesticarlo a partir del amor. Si le ponemos un freno a ese programa automático que lo único que produce es sufrimiento, podremos descubrir (día a día) a nuestra maga: crear desde el placer y el disfrute. Crear desde el crecimiento y la expansión. Crear desde el sí a nuestro corazón y a nuestros dones.
Te invito a que te hagas las siguientes preguntas: ¿cuáles son las guías invisibles de mis acciones cotidianas?; ¿cuántas de estas acciones me son útiles?; ¿cuál es la conversación interna a partir de la cual esas acciones surgen? Si la voz interna es la del sacrificio, allí podrás iniciar la transformación a través de la medicina sagrada del amor.
Y aquí el gran secreto: no logramos más por hacer más. Muchas veces el hacer por demás es lo que autosabotea nuestra propia manifestación. La magia de la que sos capaz es posible cuando soltás esa vocecita que te dice que tenés que hacer para gestar. Para gestar lo único que precisas es amarte cada vez más. Verter sobre tu alma, tu mente y tu cuerpo poderosas vitaminas de amor incondicional. Tratarte como lo que verdaderamente sos: lo más importante y lo más valioso que tenés.
Fluir es la palabra. Dejarme llevar con la corriente de la vida porque todo lo que me sucede es lo que, de hecho, estoy manifestando es la verdadera entrega. La vida es ese espejo en el que todo el tiempo puedo mejorarme. La vida es el espejo más perfecto y admirarla desde la curiosidad es permitirte fluir. Esto es posible así seas soltera o tengas cinco hijos. Depende de tomar la decisión de soltar la autoexigencia feroz y estar en la vida. Estar en el tiempo. Habitar esas perlas colmadas de sabiduría que, cada día, la experiencia del presente te está regalando.
Manifestar lo que deseo requiere de que mi propia alienación. No del esfuerzo, sino del enfoque. No del sacrificio, sino del compromiso amoroso con mi propio corazón. Lo que te quiero decir con esto es que la danza cósmica de la vida implica ir desde el ser al hacer y del hacer al ser. Si estás en el puro hacer sin conexión profunda, la fuente infinita de tu propia inspiración no solo que se bloquea sino que además tu sentimiento de frustración te pasará factura. Por eso es fundamental ir a la raíz: cuanto más trabajes tu interioridad, más verás tu propio jardín crecer. De ahí la famosa y célebre frase “menos es más”. Y es muy sabia. Concreta y certera. Cuando priorizamos nuestra paz la acción nace desde el propósito en sí mismo. Dejamos de hacer de más de manera natural.
La ayuda del Universo es literal. Es concreta. Por eso, uno de los principales actos de amor propio es el de entregarnos a su sabiduría y abrirnos de brazos a recibir su vendimia porque todo el tiempo está disponible. Las veinticuatro horas. Infinitamente y eternamente. Y acá no estoy diciendo que hay que pedir y esperar. Eso por supuesto que no funciona. Es actuar de manera inspirada. Enfocada. Enraizada. Con la certeza absoluta de que hay un escuadrón de luz apoyándote y que está allí disponible cada vez que lo requieras porque has nacido para entregarle tu luz al mundo. Es así de simple y así de maravilloso a la vez.
Hasta el día de hoy sé que cuando no tengo una respuesta, la misma llegara a través de la receptividad. Le pregunto al Universo qué es lo que tengo que saber para poder generar esto que tanto anhelo y allí están las respuestas: aparecen nuevas ideas, personas. Aparecen mis guías y mis ángeles trayendo sus mensajes a través de los números espejo, las mariposas y muchas otras bellas criaturas de la naturaleza. Es fundamental agradecer esas respuestas. El diálogo entre el Universo y tu corazón, lo sientas o no, es constante. Las respuestas se escuchan o se ven (de manera literal) cuando estás receptiva.
Nuestros ancestros, nuestros guías y nuestros ángeles hablan todo el tiempo, solo podemos escucharlos cuando aprendemos a silenciar la mente consciente. Es más: tus guías y ángeles aman trabajar para tus sueños. Están del otro lado para hacerte feliz, para recordarte que todo lo que nace desde ese anhelo profundo de tu alma sí es posible porque así es. Y es que los sueños de tu alma no son casualidades. Lo que amás no es casualidad. Lo que te inspira, tampoco. Todo lo que te hace bien es tu voz interior mostrándote el camino. Es lo que venís a dejar en este mundo.
A mí me llevo más de dos años dejar de resistirme a esto. Al principio fue muy raro porque soy bastante racional y escéptica. Antes de dedicarme al Tarot, me formé en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Mi mentalidad, súper racionalista, fue una tremenda resistencia cuando me inicié en lo holístico hasta que llegó un día en el que me di cuenta de que sí. De que los ángeles de la guarda existen y de que están del otro lado porque aman verte feliz. Es más: es su misión.
De hecho, yo no soy una persona religiosa. Sí, tengo un fuerte compromiso con mi evolución espiritual y la razón es sencilla: no solo que dejé de sufrir, sino que además comencé a tomar literal consciencia de que soy la creadora constante y cotidiana de mi propio destino. Esto no quiere decir que dejen de existir problemas y conflictos, por supuesto que no. Simplemente hoy tengo la certeza de que eso que yo antes denominaba problemas y conflictos ahora son grandes maestros que vienen a mostrarme lo que mi corazón merece aprender para seguir evolucionando porque cuanto más me permito mi propia evolución más hermosa es mi propia experiencia vital. Porque cuanto más invierto en mi propia evolución, mejor es lo que tengo para entregarte.
Conectar con tus guías te recuerda, una y otra vez, que vos mismx sos el principio creador. Te recuerda que cuanto más confianza plena tengas en esa vocecita interna que habla en el silencio iluminado más verás florecer tus intenciones más profundas.
Volviendo entonces al tema del sacrificio, esto suele suceder cuando estamos actuando solo desde nuestro masculino y la verdadera magia se inicia cuando conectamos con nuestro propio equilibrio interior para así integrar nuestro masculino y nuestro femenino.
Nuestra entrega a la sabiduría cósmica y nuestra apertura a escuchar los mensajes de nuestros guías nos permite conectar con la energía femenina (la receptividad y el merecimiento): ese estado del ser que nos conecta con la intención iluminada. Y allí comenzamos a disfrutar más del viaje y soltamos el resultado, justamente, porque estamos entregadxs. Y es justo ahí, cuando nos entregamos, disfrutamos y soltamos que la magia sucede. No se trata de sacrificarnos sino de abrirnos a la co creaciòn con la certeza interna de que la vida nos apoya cada milésima de segundo. El apoyo divino es constante.
Para cerrar, te dejo las siguientes preguntas:
- ¿En qué áreas de mi vida estoy dejándome liderar por la voz del sacrificio?
- ¿Cómo sería mi experiencia cotidiana si dejase de hacerle caso a esa voz?
- ¿Cuáles son las cosas que amo hacer y cuánto tiempo le doy a esas cosas?
- ¿Cuál es la calidad del vínculo que tengo con mi propio ser?
- ¿Me trato del mismo modo que trato a las personas que amo?
- ¿Qué es lo que merezco agradecer de mi presente?
- Si me escribiese una carta de amor ¿qué me diría?
Por Silvina Pizarro, gentileza para OHLALÁ! Ig: @silvinapizarrotarot
SEGUIR LEYENDO


Horóscopo de junio: las predicciones mensuales para todos los signos
por Sol Lisdero

Horóscopo diario: las predicciones para el viernes 30 de mayo de 2025 en amor, dinero y salud
por Redacción OHLALÁ!

Horóscopo diario: las predicciones para el jueves 29 de mayo de 2025 en amor, dinero y salud
por Redacción OHLALÁ!

Horóscopo diario: las predicciones para el miércoles 28 de mayo en amor, dinero y salud
por Redacción OHLALÁ!
