Rituales para atraer la abundancia y el éxito, según el Feng Shui

Seguramente estás buscando crear un ambiente de trabajo armonioso, o hacer que tu hogar sea más próspero: entonces, deberías considerar las ideas y soluciones simples que, según el Feng Shui, van a impactar sobre nuestro bienestar y nuestra capacidad de materializar proyectos, fortaleciendo el camino hacia el éxito.

El Feng Shui incorpora la canela en rituales para atraer abundancia y prosperidad, especialmente al comenzar un nuevo ciclo (como el primer día de cada mes) o en cualquier momento en que sientas frustración y quieras superar un período de estancamiento en tu vida económica. ¿En qué consiste? Hay que poner una pequeña pizca de canela en polvo en la palma de la mano derecha, y dirigirse a la puerta del hogar desde el exterior.

Antes de soplarla hacia adentro, repetí en voz alta o mentalmente una afirmación como: “Cuando esta canela soplo, la prosperidad aquí penetrará. Cuando esta canela soplo, la abundancia vendrá para quedarse. Cuando esta canela soplo, la abundancia aquí vivirá”. Tenés que dejarla esparcida en el suelo durante al menos 24 horas, permitiendo que la energía positiva que simboliza permanezca en el hogar.

Colocar un poco de sal en lugares clave del hogar es una práctica muy utilizada dentro del Feng Shui para limpiar la energía. A diferencia de la creencia occidental que asocia la sal con la mala suerte, esta filosofía la reconoce como un elemento capaz de absorber cargas negativas y restaurar la armonía en los ambientes.

El ritual para atraer dinero consiste en distribuir pequeñas cantidades en las esquinas de la casa y dejarlas actuar durante la noche, permitiendo que la sal retenga lo que se quiere soltar y eliminar las malas vibras. Al día siguiente, se barre o recoge y se desecha fuera del hogar, como símbolo de que lo negativo ya no tiene lugar allí. Realizarlo a comienzos de un ciclo, por ejemplo, al inicio del año, es ideal para abrir espacio a la abundancia y preparar el terreno para nuevas oportunidades.

El Feng Shui insiste en que los espacios cargados de objetos innecesarios, polvo o desorden frenan la circulación del chi. Un ritual sencillo para evitarlo es la limpieza profunda con ventilación natural: simplemente con abrir ventanas, se permite que el aire fresco circule, retirando además todo aquello que ya no usamos.

Si además encendés incienso de sándalo o palo santo, estarás purificando la energía acumulada, convirtiendo el lugar en un imán para nuevas oportunidades: se recomienda realizar esta limpieza al menos una vez por estación.

Según el mapa Bagua (la herramienta básica del Feng Shui), en cada hogar hay un área especialmente vinculada con la abundancia y la prosperidad: se ubica en el rincón sureste de la casa o de la oficina. Lo primero que tenés que hacer es identificarlo, y será allí donde conviene reforzar la energía con símbolos adecuados.

Entre los elementos recomendados figuran plantas verdes y frondosas, objetos dorados o metálicos que representen riqueza, o un pequeño cuenco con monedas chinas atadas con cinta roja. Esto ayudará a mantener este espacio vibrante y en perfecto estado, asegurándote de que allí no haya nada roto, marchito o abandonado, ya que podría simbolizar pérdidas económicas.

Uno de los rituales más poderosos con hojas de laurel en el Feng Shui es el de quemarlas para limpiar y renovar la energía del hogar. Para realizarlo, necesitás un cuenco resistente al calor y varias hojas secas de laurel.

Usando tinta roja (color cargado de energía positiva), vas a escribir en cada hoja frases afirmativas vinculadas a la riqueza y el bienestar, como “El dinero fluye hacia mí con facilidad” o “Atraigo oportunidades financieras positivas”. Luego, prendés las hojas de a una, con calma y atención plena, permitiendo que el aroma purificador se esparza por el ambiente mientras visualizás lo que deseás atraer. Finalmente, para materializar esa apertura a nuevas oportunidades, podés disolver las cenizas en una maceta o lugar simbólico para que la energía transformada se integre al espacio cotidiano.