Venus en Aries: estas son las claves para entender este periodo

Los riesgos de una manifestación inarmónica de Venus en Aries tienen que ver con la irritabilidad y la impulsividad. También con la impaciencia, que fácilmente transforma la espontaneidad en ansiedad. La manera armónica de vivir este tránsito tiene que ver con imprimirle fuerza y valor a lo que sintamos y hagamos, con la independencia y la osadía como norte. Escuchar el deseo genuino y tomar un rol activo para que suceda, o darle comienzo a una nueva etapa, son las pautas para sacarle el máximo jugo a estas semanas.

 

Esta energía les resulta más natural a los signos de fuego: el propio Aries, Leo y Sagitario, como también a los que están en sextil: Acuario y Géminis. Disfrutarán de un período de confort, a tono con su manera habitual de sentir y expresarse.

Quienes se sienten menos a gusto con el estilo ariano son los otros signos cardinales: Libra, Cáncer y Capricornio. El desafío tiene que ver con dos cuestiones: primero, habilitarnos a conectarnos con nuestro mundo afectivo desde un lugar que no acostumbramos, y que puede hacernos sentir inseguras y expuestas, para en un segundo momento poner al servicio de nuestros vínculos (y de nuestra relación con nosotras mismas) aquello de nosotras que aflore de esta interesante exploración. 

Tauro, Virgo, Escorpio y Piscis sentirán la impronta ariana en el ambiente, pero con un impacto menor en sus vidas.

Su ingreso en Aries coincide con la Luna Nueva en Piscis, un momento interesantísimo para hacer introspección y llegar a saber qué necesidades profundas queremos empezar a movilizar con la energía ariana. Además, la inspiración de Piscis lleva a nuestro lado creativo o místico a encenderse y, si sabemos identificarlo y canalizarlo, podremos darle salida expresiva.

Pocos días después, el 24 de febrero, se comunica armónicamente con Lilith, la Luna Negra que habla del poder que reside en nuestros deseos más ocultos y censurados. Ideal para sacar la guerrera indómita que llevamos dentro.

A comienzos de marzo, el 2 y el 3, respectivamente, Venus a conjuntar a Júpiter y a Quirón, brindándonos la oportunidad de crecer y aprender, y también de comenzar a sanar viejas heridas o intentar reconciliaciones con nuestro pasado doloroso. 

La siguiente semana, su potencia proactiva y conquistadora llegará al máximo cuando haga un contacto armónico con Marte: acción y deseo irán en la misma dirección. Pueden precipitarse ciertos encuentros, según cómo tengamos nuestros factores del amor en nuestras cartas. El 16 de marzo, mientras transite en cuadratura a Plutón, pasará a Tauro, donde el desafío tendrá que ver con sostener lo transformado e iniciado en esta etapa.