
El método Taylor Swift: las claves de innovación detrás del fenómeno mundial
La artista que revolucionó la industria musical también creó un modelo de inspiración para emprendedores. Qué enseña El método Taylor Swift sobre creatividad, resiliencia, autenticidad y cómo convertir la pasión en una estrategia imparable.
26 de octubre de 2025

El método Taylor Swift: las claves de innovación detrás del fenómeno mundial - Créditos: Getty.
Basta con recordar lo que pasó en Buenos Aires, en noviembre de 2023, cuando Taylor Swift pisó por primera vez Argentina, para dimensionar y entender su fenómeno global. Es que no solo se trató de un show multitudinario, sino que también fue la confirmación de que la cantante tiene el poder de trascender y romper sus propios moldes, porque su influencia no se limita a la música: cada paso suyo empuja un cambio de reglas.
Desde los contratos discográficos y la relación con las plataformas de streaming hasta la manera de crear comunidad y desafiar prejuicios sobre las mujeres en la industria, Taylor convirtió su historia de resiliencia en una verdadera maquinaria de innovación y facturación.
De eso habla justamente El método Taylor Swift, el libro de Nicolás Pimentel que revela cómo, detrás de cada logro, hay una estrategia. No es azar ni magia: es un método que combina intuición, creatividad, visión de negocio y un vínculo único con sus fans. Pero lo más potente es que los aprendizajes que podemos hacer de su carrera trascienden una industria particular, para poder ser aplicados por cualquier emprendedor, marca o empresa. Así que... ¡manos a la obra!
10 CLAVES DE INNOVACIÓN SWIFTIES

10 claves de innovación swifties - Créditos: Getty.
1 - Innovar es un verbo, no un eslogan
Taylor entiende la innovación como una acción constante, no como un discurso vacío. Nunca deja de sorprender a sus fanáticos: ya sea con sus giras internacionales –todas distintas entre sí–, con estrategias inesperadas de lanzamiento (como el doble estreno de The Tortured Poets Department) o con los complejos entramados de easter eggs que esconde en canciones y videos.
Pimentel lo resume como un cambio de mentalidad: innovar no es un evento, es un músculo que se ejercita. Una empresa que se renueva solo cuando “toca” está condenada a repetirse. En cambio, aquellas que integran el cambio como un hábito logran un diferencial sostenible. Swift no se “vende” como innovadora: lo es en su práctica diaria.
2 - Volver al pasado para reinventar el futuro
La polémica por el control de sus primeros masters pudo haberla dejado en posición de víctima. En cambio, lo transformó en motor creativo: regrabó sus discos y lanzó las Taylor’s Versions. Esa decisión le devolvió sus derechos y, además, multiplicó el valor del catálogo con canciones inéditas, ediciones especiales y guiños para sus seguidores. Esta jugada es una lección universal: resignificar lo viejo puede ser más poderoso que inventar algo desde cero. Swift convirtió un conflicto contractual en una narrativa de empoderamiento. Y cada regrabación no es solo un producto: es un acontecimiento cultural que demuestra que mirar atrás con ingenio puede ser un trampolín hacia adelante.
3 - Hacer del proceso parte del producto
Swift entendió que abrir la cocina del proceso es parte de la experiencia. Lo hizo en documentales como Miss Americana o Folklore: The Long Pond Studio Sessions, donde expuso no solo los logros, sino también las dudas, los errores, los ajustes. Acá lo clave es que, en una época en la que el detrás de escena se convirtió en contenido en sí mismo, su estrategia de transparencia reforzó la autenticidad. Pimentel señala que esto conecta con una demanda creciente: los usuarios no buscan solo el “qué”, sino también el “cómo”. Mostrar las costuras humaniza y Tay Tay lo entendió antes que nadie.
4 - Agregar verbos de interacción
Los propios fanáticos marcan la diferencia entre “gustarte Taylor Swift” y “ser swiftie”. La razón de esto es que la pertenencia al fandom es activa: no alcanza con escuchar, también hay que descifrar, comentar, teorizar. Los easter eggs son el mejor ejemplo: una red de símbolos que mantiene viva la conversación. Acá la lección para las marcas es evidente: multiplicar las formas en que alguien puede interactuar con vos. No dar todo masticado, sino invitar a jugar. Cada pista que deja Taylor es un recordatorio de que el usuario actual no quiere solo consumir, también quiere participar y ser parte de la historia.
5 - Recompensar a los más comprometidos
El engagement no se mide solo en likes y Swift entendió rápidamente que los seguidores más leales merecen un plus. Ediciones limitadas, merchandising exclusivo, mensajes ocultos, shows íntimos. Incluso llegó a invitar a fans a su casa. Ese reconocimiento refuerza el círculo virtuoso: los más comprometidos se convierten en embajadores espontáneos, multiplican el mensaje y también crean ese deseo de pertenecer. Pimentel lo traduce al mundo de negocios con una máxima clara: no todos los clientes son iguales. Identificar y premiar a los que más valor te generan es clave para crecer de manera orgánica.
6 - Importar lógicas de otras industrias
Otra de las grandes lecciones de la carrera de Taylor es que es fácil identificar cómo la cantante tomó dinámicas del gaming –niveles, recompensas, pistas escondidas– y las aplicó al pop. El resultado fue un fandom hiperenganchado. La enseñanza es mirar fuera de la propia industria porque la innovación muchas veces no surge de inventar algo inédito, sino de importar con creatividad lo que funciona en otros ámbitos. Como sugiere Pimentel, una cafetería puede aprender del streaming; una fintech, de la hospitalidad hotelera. Swift mostró que lo transversal enriquece.
7 - La “intimasividad” como diferencial
Una de las ideas más potentes del libro es la “intimasividad”: esa capacidad de ser masiva y, a la vez, íntima. ¿El ejemplo más claro? Taylor canta frente a 80.000 personas, pero cada uno de sus fanáticos canta a todo pulmón sus letras como si hablaran de su propia historia. De acuerdo al autor, en términos de negocio, esto se traduce en personalización a escala. No importa cuántos clientes tengas, lo importante es que cada uno perciba un trato único.
8 - El “cómo” importa tanto como el “qué”
“Swift no lanza productos: lanza universos narrativos”. Una idea que sonará grandilocuente pero no por eso menos cierta, es que cada disco llega acompañado de un relato visual, símbolos, estéticas coherentes. Para las empresas, la advertencia es clara: descuidar el “cómo” se comunica es perder una oportunidad de construir comunidad. En un mercado saturado pero donde los content creators parecen los reyes, contar bien la historia es tan estratégico como la calidad del producto.
9 - La autenticidad es un poder (muy vendedor)
Durante muchísimos años, el periodismo criticó a Taylor Swift por escribir canciones sobre experiencias tan personales y que “podrían molestar a sus exparejas”. Sin embargo, ella, con mucha seguridad (y poesía), construyó su camino y convirtió la vulnerabilidad en su marca registrada. Y esa autenticidad, lejos de debilitarla, la hizo única. Aunque suene a cliché, la lección es muy clara: mostrar lo propio, incluso lo imperfecto, puede ser la mejor estrategia de diferenciación. En un mundo de mensajes prefabricados, la autenticidad es un bien escaso y poderoso.
10 - Aceptar que la innovación es múltiple y contradictoria
Swift es pop y folk, mainstream y alternativa, íntima y masiva. Su éxito proviene de habitar esas contradicciones sin pedir disculpas. El libro señala que la innovación rara vez es lineal. A veces surge de abrazar tensiones opuestas y usarlas como motor creativo. Para una empresa, dejar de buscar coherencia absoluta puede abrir caminos algo inesperados.
Taylor Swift en números
- US$1600 millones es su fortuna aproximada, según Forbes.
- US$2000 millones en entradas vendidas en 149 shows por 51 ciudades fue el balance de The Eras Tour.
- US$204 es lo que cuesta un ticket promedio de sus recitales.
- US$440 millones es lo que se estima en recaudación de merchandising durante sus recitales.
- US$1300 es el promedio de gastos en hoteles, transporte y comidas de cada fanático que va a ver sus shows.
- 1,3 millones de visualizaciones en vivo en YouTube tuvo su visita al New Heights Podcast.
- 34 millones de likes tuvo el anuncio de su casamiento durante la primera hora desde la publicación.
Nicolás Pimentel: “Taylor mostró que animarse puede convertirte en referente”
Nicolás Pimentel, autor de El método Taylor Swift, converó con OHLALÁ!
La hipótesis central del libro es que los manuales de innovación tradicionales ya quedaron viejos. ¿Cómo lo explicás?
La velocidad con que cambia todo hace que esos manuales pierdan vigencia muy rápido. Si queremos aprender nuevas reglas y nuevas formas de innovar, tenemos que aceptar que los manuales están allá afuera. ¿Dónde? En personas o marcas que están rompiendo industrias. Lo clave es desarrollar la capacidad de descubrirlos, analizarlos y, a partir de ahí, extraer aprendizajes: entender qué están haciendo para hackear la cultura y ver qué de eso podemos aplicar a nuestro día a día.
¿Qué fue lo que más te sorprendió de Taylor Swift al investigar para el libro?
Diría que dos cosas. Primero, algo tan simple como que sigue escribiendo sus propias canciones y que vuelca su vida en ellas. Eso genera un vínculo con sus fans que va mucho más allá de lo musical. Creo que la fortaleza de esa relación está en que los fans valoran y agradecen esa apertura: Taylor se muestra, cuenta su vida y lo hace de una manera tan honesta que consigue lo que yo llamo “intimasividad”. Es la capacidad de hablarles a millones de personas y que, al mismo tiempo, cada una de ellas sienta que existe una intimidad única con ella. Eso, para mí, es asombroso.
El fenómeno de las Taylor’s Versions también ocupa un lugar importante en el libro. ¿Qué te interesó de esa decisión?
Me parece fascinante porque, teniendo una agenda desbordante y enfrentando un problema enorme con sus seis primeros discos, cualquier otro artista habría llamado a abogados y seguido adelante con material nuevo. Taylor hizo lo contrario: tomó un camino anticultural. Se detuvo, estudió qué debía hacer legalmente para poder regrabar sus canciones y las volvió a grabar, dedicándoles tiempo y energía que podría haber destinado a otras cosas. Lo más interesante es lo que generó en los fans: logró que dejaran de escuchar las versiones originales para pasarse a las nuevas. Así, “Taylor’s Version” se convirtió casi en un grito de guerra para su comunidad, un símbolo que va más allá de la música. Es un mensaje de resistencia: si creés en algo, si sentís que algo no es justo, tenés que levantarte y defenderlo. Sus fans lo valoran de manera enorme.
¿Pensás que las empresas podrían aplicar algo parecido?
Sí, aunque no es fácil. Yo recomendaría que lo intenten, pero reconozco que se necesita mucho coraje. Porque implica tener un punto de vista claro, sostenerlo incluso cuando genera críticas y bancarse la vuelta de quienes no estén de acuerdo. Y en el mundo de las marcas, muchas veces lo que prevalece es el miedo: el miedo a tomar posición, a ser juzgado, a incomodar. Taylor mostró que animarse puede convertirte en referente.

Sole Venesio Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación y docente (UBA). Trabajó en LA NACION desde el 2010 hasta el 2024. Fan absoluta del mundo de la cultura, es una seriéfila empedernida y nuestra gurú de los estrenos en la pantalla chica.
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