Hay plan: cómo nació la idea de inventar celebraciones con diferentes formatos

Vicky: Nos conocimos por amigas en común, a mí siempre me hablaban de Sofie... 

Sofie: ... Y a mí siempre me hablaban de Vicky. Y finalmente nos conocimos cuando recién se estaban abriendo los bares en pandemia. Habíamos quedado con una amiga en ir a tomar un café, se le hizo tarde a ella, y me dijo: “Mejor vamos a tomar un vino, Vicky vive acá cerca, ¿le digo que se venga?”. Le dije: “Sí, obvio”, y llegó Vicky. Estuvimos charlando hasta que cerró el bar a las 3, una cosa llevó a la otra y empezamos a chatear todo el tiempo y después derivó en novias y terminamos casándonos. 

Vicky: Por eso Hay Plan salió de un lugar re cursi, porque nuestras citas empezaron a ser como “hay plancitos minis”. 

Sofie: Sí, por ejemplo, armamos un campamento con carpa y todo en el living de una de nuestras casas. Después hicimos una competencia de panchitos, entonces cada una tenía que llevar sus tres sabores de panchos favoritos con una canción para presentar cada uno, celebramos el Día de Muertos con un ritual..., hicimos un montón de cosas en nuestras primeras citas. 

Vicky: Sí, yo creo que tenía que ver con la ilusión de conocer a alguien que también manejaba tu misma fantasía, por así decirlo.  

Sofie: Empezamos a repensar desde qué lugar vincularnos... Y además nos pasaba mucho que les contábamos a nuestras amigas y amigos y nos decían: “Ay, ¿puedo ir a la próxima cita?”, y era como “bueno, sería raro, pero dale, pensémoslo”. Hacíamos rutas por la ciudad en bicicleta, le buscábamos mucho la vuelta y después, bueno, se consolidó la relación y teníamos muchas ganas de hacer un proyecto juntas. 

Vicky: Sí, de hecho, teníamos como anotados mil proyectos, como que veíamos algo y decíamos: “Esto puede ser, porque esto no hay”. Queríamos que las cosas tuvieran un sentido y que a todo lo hilara algo, tanto para la persona que lo viviera como para comunicarlo. Nos divertía jugar con esos conceptos.  

Sofie: Creo que todo ese tiempo de pandemia generó cierta demanda social de otro tipo de eventos y nosotras empezamos a pensar desde qué lugar darle un significado. Encontramos que hay muchas tradiciones que están buenísimas, pero en las que mucha gente tal vez se sentía afuera o no se sentía cómoda. O, incluso, había empezado a revalorizar otro tipo de vínculos. Entonces el primero que se nos ocurrió hacer fue el “Domingo familiar sin familia”, para aquellos que tenían a la familia lejos (como en mi caso, que soy de Puerto Madryn) o que tenían diferencias familiares o que ya no era el lugar donde se sentían tan cómodos y querían entonces compartir esa tradición con su familia elegida. La idea era cambiar la verticalidad de algunos vínculos.  

Vicky: Nos dimos cuenta de que deben ser planes que tengan momentos para todos, o sea, que no sean siempre una demanda de “ahora hay que hacer esto”, porque también hay veces que la gente entra y otras que no. La idea es que la dinámica no sea una exigencia. Pero los que vienen tienen ganas de vivir algo diferente. Entonces, es un poco de ese equilibrio, que cada vez lo tenemos más aceitado, cada uno entra a su ritmo y también participa desde donde quiere. A veces uno se traba mucho con las ideas, pero nosotras nos proponemos: “Bueno, hay que hacerlo y ver qué pasa”.  

Sofie: En un plan podemos ir de lo profundo a lo colectivo, hay momentos de dispersión, en los que si querés, simplemente charlás con la persona que viniste, y siempre tratamos de que haya algo que te atraviese. Y todos son full alegría y pasarla bien. 

Sofie: Con La Matiné, que ahora es un plan que la está re pegando, empezamos a pensar que a veces nos pasaba que había noches que decíamos: “Me mata tener que esperar hasta las 3 de la mañana”. Entonces dijimos: “Hagamos una matiné full para gente de todas las edades”. Pensamos primero que iba a ser +30, pero se sumó mucha gente bastante más grande y también más joven. Entonces, empezamos a subir la vara, como: “Che, ¿y qué tendría una fiesta para ser ideal?”.

Bueno, garantía de que no haya ni un tema que no conozcas, tiene que pasar algo inesperado, repartir panchitos a las 11:30 para todos, cosa que no tengas que pasar por el AutoMac. ¿Qué más le sumamos para que haya tradiciones? Entonces, pensamos en poner misiones para que la gente encuentre una misión si quiere, o tenga una excusa para charlar con alguien que no conoce. 

Vicky: A las 12 pasamos el Himno, como que también hay algo de la argentinidad que nos viene atravesando. Siempre hay una propuesta artística que empieza a atravesarnos también, revalorizar de dónde somos. Hay muchos planes que pensamos que se iban a hacer una sola vez y fueron quedando. Entonces, les buscamos periodicidad, pero nuestra premisa es siempre sumar planes nuevos. Porque nos divierte.  

Sofie: Una noche de pelis no tiene nada que ver con la otra, por ejemplo. Para la noche de peli en la playita, literalmente armamos una playa en un bar, llevamos 100 kg de arena, se clavan sombrillas, se ponen reposeras, o sea, realmente armamos una playa, y no tiene nada que ver con Halloween, otra edición, que colgamos fantasmas en todo el lugar. La verdad es que eso nos re motiva, por momentos es agotador, decimos: “Che, en un momento se van a terminar las ideas”.  

Vicky: Y también aprendimos a hacerlo, ¿viste? El plan se prueba haciéndolo, pero también con el paso del tiempo entendimos, primero, que empezó a crecer mucho y que teníamos que estar a la altura de ese crecimiento; después, todo lo que implica: procesos, equipo, entender qué cosas estandarizar y cuáles no y cómo no dejar de perder detalles... 

Sofie: También entendimos que el que algunas cosas se repitan las vuelve identitarias, entonces el choriplán empezó a estar en un montón de planes, igual que el Himno. 

Sofie: Hay una parte de eso que es clave, leemos todos los mensajes que nos mandan a Instagram, hablamos con las personas que vienen a los planes y tratamos de tomar todo lo que nos dicen y que los planes vayan acordes a lo que escuchamos que la gente está pidiendo. En esto es un claro ejemplo la matiné: había mucha gente queriendo salir, pero que fuera más temprano; queriendo ir a bailar y que no la empujaran; o escuchar las canciones que escuchaban cuando iban a bailar. 

Vicky: Suena entonces “Pajaritos en el aire”, “Tiburón Valdez”, una del Potro, una de Shakira... 

Sofie: Mezclado con las nuevas, la idea no es llevarlos a una fiesta retro, como que sea una fiesta divertida, piola. También tratamos de alejarnos un poco de lo esnob, creo que es un poco la búsqueda que hay ahora, reivindicar todo lo que es más popular y menos posado. En los planes estamos todo el tiempo charlando con la gente, no hay VIP, en las mesas todos comen y toman lo mismo. Y creemos que la gente lo valora y le parece piola. 

Vicky: Al principio nos llamaba la atención que había personas que nos preguntaban por Instagram si podían venir solas a los planes. Podés venir solo, hay gente que viene con los padres, hay gente que viene en pareja o con amigos, y siempre les terminamos diciendo a todos: “Vení, casi seguro que –si querés– vas a conocer a alguien”, porque la gente se hace amigos. De hecho, en la matiné hay un grupo de WhatsApp que empezó con gente que venía sola.  

Sofie:  Y hoy son más de 300 personas en un grupo de WhatsApp que es “Voy a la matiné”, y ya se armaron subgrupos para ir juntos desde distintos barrios. Entonces, está el grupo de Belgrano, el grupo de Almagro. Hay gente que viene de Zona Norte, Zona Sur, y están todos en el grupo grande, y después se suborganizan en grupos para venir y volverse juntos. Mucha de esa gente se nos acerca a decirnos: “Che, puedo volver a salir después de un montón de tiempo que no encontraba adónde ir o que no me animaba a ir sola”. 

Vicky: Para mí, eso es lo más lindo que puede pasar, porque, en algún punto, parte de la premisa de Hay Plan es que todas las personas se sientan cómodas y hacer lo mejor posible, pero después hay algo relindo de eso que es que la gente se lo apropie y lo reproduzca. Es como la búsqueda de un grupo de pertenencia o de una comunidad, o de sentirte parte de algo, que obvio que nos pone orgullosas y lo hacemos con conciencia. Que todo el mundo pueda ir a todos los planes, que todas las identidades se sientan seguras, que no haya reglas de vestimenta. 

Sofie: Nos pasó la otra vez que a la matiné fueron cinco chicas solas, y nos contaron que ya se encontraron en la entrada, que estuvieron toda la noche juntas, que después se les sumaron dos más, y a los tres días nos mandaron por mensajito de Instagram que tenían un grupo de WhatsApp, que ya habían ido a una muestra de arte y que se estaban por juntar a comer. Eran como todas chicas que tal vez no encontraron con quien salir a bailar esa noche, pero terminaron en ese espacio encontrando pibas que estaban en la misma, con intereses similares, y eso es re groso. Porque hoy en día está muy presente la soledad de quienes empezaron a trabajar desde la casa, o que por las etapas vitales se fueron distanciando de sus grupos. Y de golpe sentir que podés hacerte nuevos amigos es hermoso. 

Vicky: Ahora en la matiné está la Kiss Cam, que es algo re lúdico, y terminan generándose encuentros de todo tipo, gente que se abraza, gente que ve a alguien y se dan un beso, amigos que se dan un beso de cachete, otros que terminan re chapando... Hay espacio como para que cada cual encuentre lo que le quede cómodo, esa disponibilidad de sentirte en un lugar seguro... 

Sofie: En un lugar seguro donde está habilitado lo que vos sientas, no que “tenés que” o estás presionado a algo. 

Sofie:  Nos llevamos muy bien. Sí hay algo que planteamos el año pasado y que nos llevó a poner como límites, fue que nos pasaba que el trabajo nos comía mucho tiempo. Entonces, nos íbamos a dormir a las 10 de la noche, una abría la compu y estábamos con una hoja de Excel completando hasta las 11:30, y en un momento dijimos: “Esto no puede pasar más”, obvio que está puesto mucho en el proyecto, pero hubo que correrlo y que ocupara un espacio, no puede ser todo el tiempo. Y eso sí fue un desafío. 

Vicky: Para mí fue el mayor desafío, pero porque también era la mezcla y la emoción entre algo que habíamos pensado casi como un hobby al principio, con la intención de que le fuera bien, pero que de repente ya era todo. 

Sofie: Sí, a mí me terminó implicando dejar mi trabajo, por ejemplo. Yo me especialicé en género y trabajaba aplicando la Ley Micaela, desarrollando capacitaciones para el Ministerio de Producción de la Provincia de Buenos Aires. Y bueno, tuve que renunciar porque Hay Plan estaba creciendo mucho y se volvía todo muy difícil. Lo que siguió fue agrandar el equipo y buscar personas con las que nos sintiéramos identificadas, con las que tuviéramos full confianza.  

Vicky: Sí, para mí el principal desafío fue poder separar lo personal de lo laboral, aunque están todo el tiempo mezclados. Hay Plan es un trabajo, pero es un trabajo que tiene que ver con lo que somos, con lo que hacemos, con lo que queremos comunicar. Es lo que hace que siga siendo lo que queremos que sea. A veces, cuando las cosas se estandarizan o crecen mucho, pueden llegar a perder esa identidad inicial, ese motor. Y no queremos que se pierda.  

En su Instagram @_hayplan_ podés encontrar todas las experiencias.