Hello Fears: ¿quién es la influencer que transforma el miedo en valentía y es un boom en redes?
Su marca personal es Hello Fears, la plataforma digital donde inspira a atravesar los miedos a través de su historia personal. ¿Qué hay detrás de una miedosa que se volvió valiente?
21 de abril de 2023
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Michelle Poler era extremadamente miedosa. Por eso, cuando tuvo que presentar su tesis al final del posgrado en marketing que cursaba en Nueva York, se propuso superar un miedo cada día, durante 100 días. Lo que no previó fue que se haría viral. Los desafíos iban desde superar la fobia a los gatos hasta tirarse en paracaídas, y en ese proceso descubrió una necesidad del mercado: enfrentar aquello que nos paraliza. Desde ese momento, hizo de la valentía su deporte favorito.
Durante un tiempo sentiste que tu mamá miedosa te “heredó” sus propios miedos, ¿cómo hacer para no hacerlo con los hijos?
Lo más importante es que cada uno de nosotros trabaje en sí mismo. Mi manera, la primera, es identificar cuándo estoy imponiendo un miedo mío en mi hijo. Creo que es lo más importante, porque la mayoría de las veces se hace inconsciente. Por ejemplo: “¡Uy!, no quiero que le pase nada, ni de broma lo mando de camping”. El niño quiere ir y le explico que es peligroso, pero es un miedo tuyo. Cuando llegamos a identificar esas cosas, se ve todo más blanco y negro. Por ejemplo, mi bebé Noah está llorando en la cuna, son la dos de la mañana y está gritando: “Mamá, cama”. Mi instinto quiere ir a salvarlo, y a la vez digo: “¿Lo estoy salvando a él o me estoy salvando a mí?”. Porque uno de mis miedos más grandes es la soledad, el abandono. Entonces, me doy cuenta de que le estoy poniendo a él ese miedo. Me estoy reflejando, lo estoy viendo a él como en espejo, en vez de ver a mi hijo. Él también necesita aprender a dormirse solo y otras herramientas que quizá le estoy privando cuando voy y lo salvo. Por lo menos lo tengo claro, tengo la información. Después voy a decidir. Quiero que tenga seguridad dentro de él, lo voy a ir a rescatar y mañana le voy a hablar de por qué es importante que él duerma en su cuna. Busco el balance. Lo otro que yo recomiendo mucho es, si estás expuesta a enfrentar tus miedos, trae a tu hijo o hija en ese proceso, no lo hagas a solas. No ocultes tus miedos de tus hijos, porque te hace una imagen hacia ellos que no es correcta. Ellos están llenos de miedos y quieren tener con quién identificarse. Está bien hablarles del miedo. Decirles: “Así como tú tienes miedo de tocar ese perrito, a mami le da mucho miedo manejar de noche”, por ejemplo. No van a tener los mismos miedos, pero puedes utilizar el miedo para empatizar con tus hijos y después decirles: “¿Me acompañas a enfrentar mi miedo?”. Me parece lindo, porque después tú vas a hacer eso por él.
Hablás mucho de la nueva Michelle, hubo un antes y un después en tu forma de ver y accionar en la vida. ¿Cómo se reacomodó tu pareja?, ¿se tuvieron que reelegir?
Es superinteresante, porque antes para él era “tengo que cuidar a Michelle de todo y estar ahí para ella”, y si bien el cambio fue progresivo, en un momento me convierto en una conferencista de renombre, y yo me siento muy empoderada, porque ya no dependo ni siquiera financieramente. Entonces se transforma nuestro vínculo y nos hizo sincerarnos y decir: “Lo que aquí hay es amor, no es dependencia”. Uno a veces quiere que haya un poquito de dependencia porque siente que eso te hace el lazo irrompible, pero cuando te das cuenta de que no hay dependencia, se siente todo un poquito más efímero y el amor cambia. Ha sido un reto mantener este amor vivo, ¡sobre todo después de ser padres! Antes era más fácil, estábamos él y yo y disfrutábamos la vida al máximo juntos. De repente viene un bebé en la mitad y ese bebé separa. Le guste a uno a o no, yo no he visto que las parejas se junten con un bebé.
También un hijo habilita nuevos miedos...
Sí. Se produce más confrontación, choque de valores, cosas que antes no nos afectaban porque no había mucha profundidad. Un hijo es demasiada responsabilidad y hay que proyectar a futuro. Salen los miedos, las prioridades y las necesidades de cada quien y no necesariamente estamos alineados. Siento que nos ha tomado dos años desde que Noah nació para volver a sentirnos conectados y retomar esa pareja. Nosotros somos de hacernos preguntas difíciles y tener conversaciones difíciles, donde evaluamos todos los escenarios. ¿Qué pasa si ya no estamos juntos?, ¿qué harías tú?, ¿qué haría yo?. Llegar a la raíz y encontrar las soluciones. Siento que la valentía nos ha ayudado mucho a aterrizar esas ideas y pensar claramente a dónde vamos. Últimamente, hemos estado en una buena posición y ha sido esclarecedor tener estas conversaciones de pareja en toda esta transformación.
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¿Tenés también conversaciones difíciles con vos y tus propios miedos?, ¿cómo te acercás a un nuevo miedo tuyo y cómo te revinculás?
Es interesante y quiero llevarlo al tema de valores, porque ellos están atados a tus acciones. Entonces, la mayoría de tus acciones, qué dicen de ti, hacia dónde te llevan. Mis acciones me tendían a llevar hacia la comodidad. Siempre valoré la autenticidad y la transparencia, que siguen estando en mi vida, pero la comodidad era muy fuerte. Yo hacía muchas acciones por estar cómoda. Sin embargo, cuando empecé a enfrentar mis miedos, me empoderé, saqué adelante una carrera desde cero, pude dejar a un lado la comodidad, porque me di cuenta de que no me hace bien. ¡Que más bien me limita muchísimo!, y lo que me empodera y me hace cumplir mis metas es la valentía. Entonces, logro a través de este proceso intercambiar el valor de comodidad por el de valentía, que son opuestos. Cuando tienes el valor de valentía dentro de ti, ves muy fácil cuándo le estás diciendo que no a un miedo. Ya no te puedes mentir a ti misma. Antes me convencía: “No hace falta hacer eso, no hay que ir por allá...”. Pero después mi mente me recuerda que donde está la incomodidad está el crecimiento.
"Donde está la incomodidad, está el crecimiento."
¿Cuál fue el último miedo que enfrentaste?
Acabo de pasar una situación en la que me tocó sacar mucha valentía para enfrentar algo. Mi miedo más grande es la confrontación, me encanta cuando todo está bien. Por eso, cuando tengo que confrontar, me cuesta ser asertiva, siento que sale mi parte agresiva y no me gusta. Entonces, la evito a toda costa. Pero qué pasó, llevo unas semanas viendo que me están copiando mi frase: “¿qué es lo mejor que puede pasar?”, la estoy viendo mucho en libros de gente famosa que me ha entrevistado. O sea, no es casualidad. Pero especialmente lo vi en un posteo de una amiga mía que no me daba el crédito. Pasaron cuatro o cinco cosas en la misma semana, y para mí ya fue demasiado. “Michelle, tienes que hablar con esas personas y te tienen que dar el crédito”, pero por dentro me muero del miedo. No quiero tener esa conversación y menos con gente que consideraba mis amigos. Ahora estoy como: ¿¡por qué le hiciste eso a una amiga!? Yo nunca lo haría y va contra mi valor de la autenticidad. Pero también está mi valor de valentía recordándome: “Tienes que tener la conversación”. Me tomé dos semanas para digerir esto, de hablarlo con varias personas, de pensar, si eso fuera un post, cómo lo haría, cuál sería el ángulo. Yo no quiero el ángulo que me deje a mí como la víctima, quiero dar un mensaje. Cuando tuve todo esto claro en mi mente dije: “Es mi momento, me siento cómoda para hablar por lo menos con una de esas personas, que es mi amiga”. Ella es una súper influencer, con millones de seguidores, incluso más que yo. Entonces, recién ayer tuve la valentía de escribirle un mensaje privado que decía que me incomodó mucho cuando vi ese reel suyo con una frase mía, le dije que quizá yo estaba equivocada y ella la decía desde antes y no me había enterado. Me costó mucho, pero lo hice. ¡Y esa persona me mandó un audio de ocho minutos disculpándose! Muy avergonzada por lo que hizo. Y dije: “¡wow!, qué increíble la valentía”. Me siento tan aliviada de que saqué eso de mi sistema y que esa fue la respuesta también. Ahora podemos seguir una amistad más cercana que nunca.
“Cuando tienes la valentía dentro de ti, ves muy fácil cuándo le estás diciendo que no a un miedo. Ya no te puedes mentir ”.
Michelle Poler - Créditos: Anabella Padula
Esa es la conjunción entre la valentía y también el cómo elegiste decir las cosas.
Eso es importante también. Tener la madurez de cómo hablar las cosas. No dejar que el momento, cuando uno está muy bravo, se apodere de tu diálogo.
Salir de la zona de confort antes tenía muy buena prensa. Pero ahora, pospandemia, siento que hay un nuevo relato: “Ya la vida es muy difícil, dejame en mi zona de confort, necesito estabilidad”. ¿Te resuena eso?
Si uno no se pone incómodo, creo que ya nos demostraron que el universo te va a poner incómodo. La gente lo vio en la pandemia. Mucha gente que quería renunciar a su trabajo, dejar a su marido y no lo hizo, sabían que era lo que tenían que hacer, sabían que era su movimiento de valentía, de crecimiento, y lo ignoraron, y de repente, ¡pum!, la pandemia te obliga a vivir con esa persona que querías dejar y ahora tienes que dar el paso porque ya no lo toleras, a otro nivel, en circunstancias mucho peores. Creo que sigue siendo muy valioso ese mensaje de salir de la zona de confort. Y hazlo cuando tienes las condiciones a tu alrededor que te favorecen. Aunque creas que no te favorecen, piensa qué pasa si se pusiera peor. Este es el momento. La pandemia nos hizo darnos cuenta de la importancia de innovar constantemente, de no quedarnos cómodos, de siempre estar abiertos a esa curiosidad y de pensar qué es lo próximo y así reaccionar rápido a las cosas.
¿Cuáles son para vos las claves para entrenar la valentía en el día a día, en lo cotidiano?
Creo que lo más importante es que cuando se nos presenta una situación incómoda, en la que decís “yo no quiero eso”, preguntarnos: ¿por qué lo rechazamos? Porque es entonces cuando empezamos a ver todo lo negativo: “¿y si sale mal?”, “voy a pasar vergüenza”, “¿y si me rechazan?”. Entonces, el primer paso es recordarnos cuáles son las cosas positivas que podrían resultar de esa acción y que hay un 80% de chances de que las cosas salgan bien. Recordarnos la recompensa. Entre más ejercitemos ese músculo, más nos reafirmamos a nosotras mismas, porque no solemos darnos el crédito suficiente por lo que somos. Por eso es tan importante hacer esas pequeñas acciones para reconocer: “no era tan difícil”, “sí, lo logré”, “sí tengo las herramientas”. Así, recordarte a ti misma que tienes lo necesario para que, cuando llegue una situación realmente difícil, te sientas mucho más confiada. •
Hola, miedos: su best-seller
Hello Fears, el libro - Créditos: Gentileza de Michelle Poler
El libro en el que Michelle arma un recorrido práctico, casi una guía paso a paso, para desandar los miedos, está disponible en inglés y en castellano (editado por Planeta España). Lo conseguís en Buscalibre.com.
Más info: www.hellofearsbook.com.
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