Mudarse: herramientas para lograr que el proceso no sea estresante
Las mudanzas son estresantes y acá te dejamos algunos consejos para que sean más llevaderas.
11 de febrero de 2023
Herramientas para que la mudanza no te estrese. - Créditos: Getty
Los psicólogos aseguran que mudarse rankea entre las situaciones más estresantes que puede atravesar una persona, no solo por el agotamiento físico que implica desmontar y empaquetar gran parte de nuestra vida, sino por el cansancio emocional que conlleva cualquier tipo de cambio.
Los millennials –o la llamada generación “Y”– son los más afectados en estos casos, ya que, a diferencia de las generaciones anteriores, no siempre pueden tener acceso a una vivienda propia o eligen el alquiler para destinar sus ahorros en otros consumos. Más allá de los motivos (económicos, separaciones, independencia) y el estrés acumulado de antemano, comenzar una mudanza también genera incertidumbre por lo que vendrá, pero hay maneras de que esta transición sea más llevadera, arrancando por una buena organización y planificación, si el escenario se los permite. A continuación, varios consejos que te pueden ayudar.
Pensamiento positivo
Parece algo de manual, pero es el primer gran consejo que dan los especialistas: afrontar el cambio de manera positiva y con la mayor alegría posible. Cualquier transición genera dudas e inseguridad, pero además puede ser algo bueno. Es probable que extrañemos lo que dejamos atrás, aunque también está bueno enfocarse en el futuro y los proyectos que vendrán. Cosas mínimas como decorar la nueva vivienda, invitar amigos y hasta hacer nuevas amistades entre los vecinos.
Planificar con tiempo
Las mudanzas y la improvisación no van de la mano. Planificar con semanas de anticipación es clave, como el orden a la hora de empaquetar nuestras pertenencias. Si contás con los medios, es recomendable contratar una empresa profesional para hacer el trabajo (traslado y embalaje), pero si lo hacés por tu cuenta, acá van unos tips bien básicos:
Tener en claro por dónde vamos a empezar.
Una vez iniciado el desmantelamiento de una habitación, seguí con ella hasta que tengas todo su contenido embalado.
La mudanza es como un Triángulo de las Bermudas donde las cosas se pierden para nunca volver a aparecer, por eso prestales más atención a esos objetos especiales que no querés que se extravíen o se rompan durante la movida.
Tené todos los números de teléfono y datos útiles a mano, en el celular o un anotador para mantener la cabeza un poco más despejada.
Una buena excusa para limpiar
Sin importar el tamaño de nuestro hogar, siempre nos las ingeniamos para acumular un millar de cosas, de las cuales –seguramente– solo usamos la mitad. Un lado positivo de la mudanza es hacer limpieza, practicar el desapego y aprovechar para deshacernos de todo aquello que nos sobra, ocupa lugar o, simplemente, guardamos “por las dudas”. Si está roto, tiralo. Si todavía sirve, lo podés donar, regalar o acercar a algún punto de reciclaje. La mejor excusa: comprar cosas nuevas para darle la bienvenida a esta etapa de tu vida.
Siempre acompañados
El “yo puedo sola” no tiene cabida en el contexto de una mudanza. Es el mejor momento para llamar a familiares y amigos que pueden dar una mano, además de consejos, recomendaciones y una mirada más objetiva sobre aquellas decisiones que, a veces, no cuesta tomar. Esta experiencia social ayuda a reducir el estrés y la carga de trabajo, resolver problemas que vayan surgiendo en el camino y, sobre todo, suma su buena dosis de catarsis al revisar esos objetos que nos traen grandes recuerdos compartidos.
El estado físico es importante
El proceso de embalar y volver a instalarnos en un nuevo hogar no puede dejar afuera los momentos de descanso, el ocio, las comidas y las horas de sueño que nuestro cuerpo necesita. La mudanza va a alterar nuestra rutina, por eso es necesario mantener el estado físico, una dieta equilibrada y una vida sana siempre que se pueda. Es recomendable dejar huecos libres para meditar antes y después de un largo día de empaquetado o hacer alguna otra actividad para liberar tensiones.
Lo fundamental es la paciencia, pedir ayuda siempre que la necesites e intentar disfrutar de cada etapa del proceso, pensando que este cambio también abre un nuevo abanico de posibilidades.