Creatividad: así podés usar el arte como herramienta para mejorar tu salud mental

+ Vas a tener una aliada. Tu bitácora va a hacer que te sientas acompañada en tus recorridos arty. Es un refugio para volcar lo que tu instinto te pida. El nombre de un artista que no conocías, un dibujo de la sala que estás visitando o la historia que te surgió al observar una obra.

+ Te va a ayudar a darle sentido al arte. Las fotos de las obras se googlean, pero lo que sentís frente a ellas no. Roberta Smith, crítica de arte del New York Times, dijo que “los artistas no son dueños del significado de las obras”, somos nosotros. Bajar al papel todo lo que tus sentidos están experimentando es tu manera singular de terminar de darle sentido a lo que tenés delante.

+ Funciona como ayudamemoria. El mundo del arte es casi infinito, no le exijas a tu memoria recordar todos los nombres, lugares y movimientos que vas conociendo. Tu bitácora te ayuda a armar tu curaduría de arte personal.

Este es tu empujoncito para iniciar tu propia bitácora. El arte cada vez habita nuevos espacios, mantenete atenta en tus recorridos cotidianos para reconocer dónde está. Usá estos tres ejercicios de guía para empezar a registrar tu experiencia:

Si te da curiosidad entrar a una galería, pero algo inexplicable te detiene; si alguna vez fantaseaste con la idea de comprar una obra, pero no sabrías por dónde empezar; si la creatividad de otras personas te estimula, entonces Bitácora de arte es para vos.

Melisa Boratyn te guiará de manera simple y fresca en el recorrido por museos, centros culturales, galerías, talleres de artistas y también por las expresiones del arte digital. Su mirada promueve correr el arte de su lugar tradicional, por eso reivindica el rol de las mujeres y las minorías en el campo artístico. En sus páginas encontrarás anécdotas imperdibles de la historia del arte, experiencias de artistas y ejercicios para documentar tus propias experiencias.

Conseguilo por $5500 en fera.com.ar y librerías de todo el país. 

Por Melisa Boratyn. Curadora de arte.

El arte, aunque es profundamente fascinante, no siempre le abre las puertas al público general. Entonces, después de varios años de trabajar en este medio, tenía la sensación de que podía hacer más para que mis amigos, mi familia, mi hija o personas que no conozco ni conoceré incorporaran el hábito de visitar y –por qué no– adueñarse de museos, galerías y talleres. Que sin importar su edad o en qué parte del mundo vivieran, se animaran a crear una convivencia fluida y orgánica. 

Las bitácoras cuentan historias que no se encuentran fácilmente y te permiten indagar en la vida de artistas, galeristas y actores del ecosistema, que en su época rompieron paradigmas o que trabajan para ampliar el panorama actual. Una bitácora te permite desempolvar un poco la palabra “arte” para alejarla de los libros, la solemnidad o las paredes de las instituciones y presentarla como algo que está en pleno movimiento, que refleja nuestro presente y es el sostén de la vida de muchas personas. 

Hacer algunos de estos ejercicios sirve para cuestionar lo que a cada uno le pasa con una obra, para aprender a diferenciar lo que te gusta de lo que no, preguntarte cuáles son los lugares que querés conocer mejor y con qué temas querrías involucrarte más; por ejemplo, visitar talleres de artistas o estudiar acerca del arte digital o la performance. Las posibilidades son infinitas.

1. Falena: Charlone 201.

2. Grasa: Santos Dumont 3703.

3. Ruth Benzacar: J. Ramírez De Velasco 1287.

4. Mural Mart Aire y C. Riffel: Castillo 760.

5. Librería La Sede: Gurruchaga 1041.

6. Moria Galería: Thames 608.

7. Mural Ba Paste Up: Aguirre 650.

8. Hache: Loyola 32