Montevideo: 6 cosas que no deberías dejar de hacer si viajás a la ciudad uruguaya
Si todavía no tenés planes para estas vacaciones de verano pero tenés ganas de hacer algo cerca, Montevideo es el destino que estabas buscando. Te contamos qué cosas no podés perderte.
6 de febrero de 2024
6 imperdibles si visitás Montevideo.
En pleno verano y si te lo vas a pasar en Buenos Aires, este recorrido es un planazo que une cultura, playa y disfrute por las zonas trendy de la capital de enfrente. Tomate el buque y descubrí la nueva “costa azul rioplatense” que está acá nomás.
1. Tomar un “trago con intención” en el rooftop más arriba
Polo Bamba Bar está ubicado en el Hotel Montevideo.
A tres cuadras de la que para muchos es la mejor playa de la ciudad, en una zona de hermosas casonas históricas, una construcción vanguardista emerge para transformar una esquina icónica en destino gastronómico. En la proa de las calles José Benito Lamas, José Ellauri y 26 de marzo se estrena Hotel Montevideo, con un diseño cautivante que convoca y asegura que este point se re pone con locales y visitantes que se vinculan para pasarla bien. En la planta baja funciona Polo Bamba, el restaurante que en su nombre y su espectacular decoración cuenta la historia montevideana: así se llamaba un café de la Ciudad Vieja que funcionó hasta 1913 como cuna de la intelectualidad de la época, con un perfil de la bohemia parisina que reunía a músicos, literatos, pensadores. La magia del lugar se refleja en espejos de pared originales, de más de 100 años, mientras la cocina de Alejandro Morales y Florencia Courrèges despacha lisa curada con labneh, higos y crocante de arroz; chipirones a la plancha con puré de coliflor; entraña al Josper con boniato aplastado. Lo que si o si hay que hacer es subir al último piso del hotel y maravillarse con el skybar, un microclima de goce entre palmeras nativas que se salen del empapelado para habitar la terraza de vistas 360. Una de las únicas propuestas de rooftop de la ciudad ofrece el entorno y una coctelería imbatible, para encenderse con Montevideo encendido a tus pies. “En la barra nos nutrimos de proveedores que ya son amigos y conocemos los lugares donde cultivan sus frutas y verduras orgánicas. Por eso decimos que hacemos una coctelería de honestidad. Trabajamos solo con los productos que están en su mejor momento”, detalla Esteban Capurro, el jefe de barra, con 21 años en este mundillo.
La data: A partir del 26 de diciembre, Polo Bamba Bar, en el piso 10 de hotel Montevideo, abre sus puertas todos los días, desde el mediodía hasta la medianoche. Días soleados al borde de una infinity pool y noches vibrantes con un trago de autor en mano.
Qué pedir: “Sin dudas, hay clásicos mundiales, porque estamos en un hotel y tienen que estar. Pero a la vez tenemos coctelería sin alcohol y coctelería Polo Bamba, con productos hechos por nosotros, desde vermú a licores, bitters, perfumes”, describe Esteban. “Trabajamos con un yuyero que es un hombre de campo que recolecta en tiempo y forma cada verde, porque cada uno tiene su momento, como la carqueja, que nuestros abuelos usaban para el mate. Cada uno tiene su potencial anímico, por eso decimos que cada trago tiene una intención. Por ejemplo, el cedrón es tranquilizante, ayuda a bajar los fuegos internos. No es tomar por tomar, hacemos coctelería con propósito y bajo contenido alcohólico, para no envenenar, ese es nuestro camino.”
Spritz Polo Bama: un aperitivo cítrico homemade (que elaboran reutilizando pieles), espumante y soda.
Margarita: tequila, licor de mandarina casero y syrup de hibisco, coronado con sal cítrica picante.
Elizabeth: té verde de origen, menta, limón, almíbar de lima y coriandro.
Senza Chelada: cerveza sin alcohol, naranja, almíbar de jengibre y albahaca.
Upgrade: quedate a dormir para empezar el día con un amanecer supremo que podés ver desde la habitación con vista al mar. ¡Todas tienen un balcón impresionante! Sumale un desayuno buffet de campeonas con tres mesas hiper generosas, repletas de todo lo que te gusta: una granola casera que no puede más, el infaltable yogurt uruguayo que está buenísimo, frutas, chipa, scons salados, muffins de frutos rojos, pan de banana, crackers integrales de masa madre que son adictivas. Cookies de avena y de chocolate al 100%, quesos, fiambres, jugos de estación. Como si fuera poco, podés agregarle un blinis con salmón y crema ácida, una french toast de mascarpone y más.
2. Recorrer Pocitos
Pocitos tiene un circuito foodie increíble.
Aprovechá que estás en el barrio más deseado de Montevideo - que explotó con la migración hacia el este que desató la pandemia- para dar una vuelta por Pocitos, este distrito costero histórico que se llama así porque las lavanderas cavaban pocitos para aprovechar el agua dulce de un arroyo que bajaba hasta aquí. Hoy la zona está en constante expansión, vas a encontrar decenas de tiendas y proyectos de emprendedores muy copados. El café de especialidad se toma en Spazio Moka, donde podés pedir el filtrado del día o tu origen favorito (Etiopía, Brasil, Kenya, Colombia) con leche vegetal y un tostado criollo sin gluten o un alfajor sin azúcar de dúo de chocolates con mousse de mora. Y otras delicias que además aportan un montón de nutrientes, como el tostón serrano o el noruego, que son diferentes versiones de un avocado toast, con proteínas y vegetales. Si sos del team felicidad roja, no te pierdas el original alfavelvet o directamente andá por una porción de la torta que enamora. También hacen cheesecake de oreo. Y un croissant relleno de tres quesos con danbo, maasdam y parmesano.
Bertha es el nombre del almacén y de la masa madre con la que trabajan el pan de campo integral, el de zapallo y polenta y el de pasas y nueces. También elaboran brioche y pan de centeno. Los viernes hacen jalá con chocolate y en esta época, pan dulce, tan bueno que su receta llegó al libro Panes y Masas en Uruguay y quedó inmortalizada. Son especialistas en laminados, con unas medialunas y rolls de la muerte: queso y mostaza; canela o dulce de leche (una bomba de amor). Alfajor vegano de castañas de cajú relleno de pasta de dátiles, hojaldre con pastelera, higos y avellanas, tarte tatin de membrillo. Si sos del team salado, sandwiches del día y pascualina.
La data: si sale cita con uruguayx y no querés gastar una fortuna en tu outfit ni vestirte de serie, hay dos opciones bien interesantes. Botica Libertad es un second hand de esos en los que vale la pena entrar y perderse, en sus 200m2, hasta encontrar lo tuyo. En Rent the look te podés alquilar un vestido y te ofrecen el combo completo, de sandalias a sus soluciones de boobswear con pezoneras y cintas para salvar cualquier escote, más descuentos en maquillaje, peinado y bronceado orgánico.
3. Salir a caminar por la costanera infinita (y hacer una parada esotérica)
6 imperdibles si visitás Montevideo.
Encará para la playa y dejate seducir por la famosa rambla, una prolongada avenida de 24 km de largo que bordea la costa del Río de la Plata y ofrece un paseo peatonal imperdible. Además de un excelente circuito de running, es el escenario ideal para ver de cerca la vida montevideana. La rambla es una concepción cultural, un ritual que cumple un rol en el imaginario colectivo de los uruguayos. De hecho, en algunos tramos es Monumento Nacional. De bajar a tomar mate y aire fresco a sacar al perro o juntarse con amigues, familia o amorío, allí pasa de todo: si te gusta hacer people watching, este es el sitio (para bird watching también, por las aves costeras). Además, vas a ir mechando el chusmerío con destacados edificios, algunos de ellos patrimonio. Por cierto, si vas hacia la derecha vas a avanzar en dirección al nuevo barrio del que todos hablan: Punta Carretas. Allí, donde todo era arena y ranchos, actualmente se levanta el barrio más cotizado de Montevideo. Donde antes había una cárcel, ahora hay un centro comercial.
La data: Estate atenta para divisar (y entrar) al Universo Pittamiglio o Castillo del alquimista. Una construcción muy singular que quedó escondida entre los edificios modernos y que se ha reconvertido en una visita multimedia llena de sensaciones. Vas a saber que llegaste porque la fachada que da hacia la rambla exhibe una réplica de la Victoria de Samotracia, realizada por el escultor ítalo-uruguayo Pedro Piccioli. De todas maneras, te vas a dar cuenta porque hay una energía intrigante que lo invade todo. Bienvenida a un espacio místico y laberíntico de pasillos estrechos, puertas que no conducen a nada, ventanas ciegas, habitaciones con formas extrañas, torres y un jardín lleno de símbolos templarios y masónicos. Cuenta con galería de arte, talleres espirituales y una tienda esotérica con cristales, tarot, astrología. Aquí vivió el arquitecto Humberto Pittamiglio; desde que compró el terreno en 1910 hasta su muerte en 1966, la obra estuvo en permanente construcción, bajo la premisa de que no acabaría nunca: una metáfora de que la vida es un viaje en barco, así como también una representación de la vía alquímica. Entre los mitos y leyendas que protagoniza el castillo, se dice que albergó el Santo Grial, que allí se realizaban orgías y rito satánicos o que su dueño salía de noche a caminar por la rambla envuelto en una capa roja.
Muy cerca: El antiguo taller del escultor José Luis Zorrilla y la casa de verano de su padre conforman el Museo Zorrilla de San Martín, en honor al autor de Tabaré, el poema épico uruguayo (sí, es el abuelo de nuestra querida China Zorrilla), que también alberga un jardín exquisito.
4. Dar una vuelta por el Palermo montevideano
Palermo es el barrio hipster de Montevideo.
Continuá caminando por el paseo marítimo y vas a llegar al barrio que atraviesa una mutación hipster. Junto con Barrio Sur, estos dos sectores fueron el enclave de la cultura afrouruguaya y del Candombe. Cuando la ciudad empezó a expandirse fuera de los límites de la muralla de la Ciudad Vieja, la colectividad afro comenzó a afincarse en estos dos coloridos barrios, recostados sobre la rambla y cercanos al centro de Montevideo. Aquí se encuentran las casas colectivas que también recibieron a inmigrantes italianos, españoles y de otros países europeos, que dejaron su huella en el nombre del barrio: Palermo, que hoy recupera sus casonas antiguas en gastro proyectos y tiendas muy pro.”Yo voy pila para esta zona, donde están Misión Comedor, Toledo y Magma Futura que ofrece toda una nueva experiencia de retail, con pantallas, inmersión, arte digital, IA. Esa cuadra está muy linda, también está el teatro de Magnolio que es un grupo de radios. El restaurante Mingus, y muchos otros emprendimientos”, cuenta Rosario Terra, consultora de marketing.
La data: Cerrá tu escapada con Domingus, el ciclo de vino, tapas y jazz que propone Mingus, algo así como un anti-domingo con artistas locales e internacionales, a las 20 y a las 22.
Montevideo tiene una increíble arquitectura, ideal para pasear y conocer más sobre la ciudad. - Créditos: Getty
5. Ir a una librería de hoy y a una de ayer
La construcción forma parte del Patrimonio Nacional de Uruguay.
A unas cuadras te espera Escaramuza, una librería con cafetería alojada en un elegante edificio de 1903 donde suceden talleres de idiomas y escritura, lecturas y eventos culturales. Una semilla creativa e innovadora que cuatro emprendedores decidieron regar y que podés disfrutar para leer en soledad o para compartir en comunidad, en una casa reciclada que conserva mucho: el suelo, las puertas, la entrada, el gran ventanal. Las bibliotecas son sencillamente alucinantes, por su diseño y contenido. Más allá está la vitrina de dulces caseros, la barra de café de especialidad y luego, un patio con el bistró saludable donde priman quiches, verduras asadas y sopas.
La data: tal vez te pinta realizar uno de sus talleres de verano, de poesía, encuadernación, historieta y más. Chequeá las fechas en escaramuza.com.uy
Ya es hora de adentrarse en el centro para conocer una de las librerías más lindas del mundo: Más Puro Verso, emplazada en un edificio Art Nouveau de 1917 del arquitecto Leopoldo Tosi. La construcción forma parte del Patrimonio Nacional de Uruguay, con una espléndida vidriera con reloj, el antiguo ascensor y más de 50.000 títulos y 100.000 volúmenes. Son especialistas en distintas ramas de humanidades, ciencia y literatura, filosofía, psicología, pedagogía, historia, arqueología y teatro entre otros temas.
Attenti: fijate si tu visita coincide con la Noche de las librerías, así la podés curtir hasta la 1 am.
6. Flashearla en el Museo Gurvich
Flashearla en el Museo Gurvich.
Estás a unos metros de la peatonal Sarandí y el Museo Gurvich, con su colección de óleos, cerámicas, dibujos, collages y murales. “El museo es un triple homenaje: a mi padre José Gurvich, a mi madre que preservó su obra, y al pueblo uruguayo que posee amor por todas las artes y un ADN que atrae a cantidad de escritores, músicos, actores y artistas plásticos”, sostiene Martín Gurvich.
Después de la Plaza Constitución, está el Museo Torres García, para explorar la relación del hombre con el cosmos en una de las manifestaciones más originales del arte moderno uruguayo. Del otro lado de la Puerta de la Ciudadela se vislumbra un gemelo de Barolo, construido por el mismo arquitecto: el Palacio Salvo, un edificio emblemático de 1923 que, por aquel entonces, competía en altura con los de Nueva York y Chicago.
- La data: Estrecho es una parada obligada en Ciudad Vieja, con su sorprendente cuisine moderne y una excelente relación precio-calidad; además de la buena onda, del servicio y del lugar. Perfecto para almorzar el especial del día en un gran local diminuto.
- Para aprovechar: Los beneficios para turistas no residentes 2023/24 incluyen IVA cero en hoteles y alojamientos; devolución de 9 puntos de IVA sobre servicios gastronómicos.