Cuna del poncho salteño, así es el destino del NOA que tenés que conocer

Si bien no hay registros conocidos de la fecha de fundación, se estima que sus orígenes son de fines del siglo XVIII.
A lo largo de la calle principal hay casonas de adobe con galerías y grandes patios con detalles arquitectónicos que le dan al lugar un aire antiguo. 

A través del programa Lugares Mágicos se invierte en la puesta en valor del trabajo textil artesanal en telar ancestral a través de intervenciones que logren crear un museo interpretativo al aire libre, valorándose también las singularidades del pueblo vallisto y el Camino de los Artesanos. 

Seclantás es una de las pocas regiones que todavía conserva la técnica ancestral de tejido en telar de palo plantado, en donde la principal prenda local por excelencia es el poncho de su máximo héroe gaucho Martín Miguel de Güemes; codiciado a nivel nacional e internacional.

 

En junio, a esta perla del norte llegan gauchos de las diferentes agrupaciones de la provincia buscando la más exquisita prenda tejida en telar ancestral para poder lucir con orgullo inquebrantable en el desfile principal. 

La materia prima que utilizan es la lana de llamas y ovejas. Para elaborar un poncho, se tarda entre 15 a 20 días.

El camino de los artesanos invita a los visitantes a que conozcan sus casas en vivo y en directo y sus magníficas obras como frazadas, telas, ponchos, tapices, mantas, ruanas, alforjas y fajas.

Sorprende por sus altas palmeras, molles ancestrales y muchas otras plantas que dan verdor todo el año. Su nombre se debe a que fue en ese lugar donde se convocó la Primera Junta Vallista en 1814, para ir a auxiliar a Belgrano en la Batalla de Vilcapugio y Ayohuma en Tucumán. 

Y es por esto que Seclantás fue declarado como Lugar Histórico Nacional el 18 de febrero de 1975. A unos 20 kilómetros del pueblo existen formaciones de areniscas que resaltan por sus colores rojizos. 

Es una gran aventura llegar hasta allí: un tramo en 4x4 y luego a pie hasta el cordón de colores rosas, rojos y ocres que se convierten en una especie de laberinto natural. Avanzando en la caminata, el cañón del río se estrecha para apreciar túneles angostos donde están las cuevas o bóvedas rojizas.

Una postal imperdible del pueblo es la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, levantada en 1835, con su arquitectura colonial y postcolonial con detalles de otras influencias. 

Presenta en su interior un extraordinario manejo del color, que hacen a esta obra uno de los mejores exponentes del arte popular.

Desde aquí se puede conseguir una buena vista del pueblo y visitar la capilla del mausoleo de la familia Díaz, construida en 1885 con un estilo arquitectónico italianizante único en los Valles Calchaquíes y declarada Monumento Provincial. 

Su principal atractivo es la pintura que presenta en su interior, toda trabajada a mano y realizada en carbonillas.

Cerca del cementerio se accede a un sendero o Vía Crucis que sorprende por el paisaje que se recorre. Desde la última estación se puede obtener una vista increíble del acceso al pueblo, el río Calchaquí y las líneas montañosas de Molinos, Luracatao y Brealito.

Seclantás es parte también de la Ruta del Vino: existen producciones artesanales de vino, como el patero y mistela, elaborados con técnicas ancestrales; y en bodegas familiares, donde se elaboran vinos de etiqueta malbec y tannat.

Asimismo, se pueden degustar exquisitos platos auténticos como empanadas, tamales, humitas, charquisillo, chivito, chuchoca, cebolla roja y blanca en diferentes preparaciones, además de dulces regionales elaborados con productos de la zona.

La hermosa laguna de Brealito, a más de 2.000 metros de altura, cambia de colores según la iluminación del sol, a veces azul, a veces verde. 

Allí se experimenta una energía especial. Pejerreyes y flamencos conviven en este magnífico espejo de agua de origen volcánico, en medio de increíbles cardonales. 

Las leyendas de monstruos, la mujer que danza y la de la sirena, otorgan cierto aire místico a este lugar de ensueño que recibe a los turistas con los brazos abiertos durante todo el año.