Succession: su diseñadora de vestuario responde todas nuestras preguntas sobre la serie de HBO Max

¿Cuáles son los desafíos de construir la estética de una serie en un momento en que, debido a las redes sociales, estamos expuestos a imágenes todo el tiempo?

Michelle Matland. Te va a sonar algo tonto pero yo, personalmente, no estoy en redes sociales así que no estoy tan expuesta a todo eso. Ni TikTok, ni Facebook... no tengo nada y estoy un poco en "la oscuridad" en relación a ese mundo, así que creo que eso ayuda un poco. La primera razón es que no me voy a ofender con nada y la segunda es que mi cabeza no va a explotar de referencias. Sí creo que las nuevas generaciones están súper expuestas a muchísima información sobre estilos, ropa, modas... ¡ya ni siquiera me envían catálogos! Pero -e igual de importante- es saber que mi departamento, y algunas de las personas que conforman mi equipo, están conmigo por más de 30 años, hablamos un idioma muy sincronizado y que nuestra labor es asistir al creador a darle a los actores algo de lo que se pueden agarrar para crear ese personaje al que le tienen que dar vida. 

La ropa es casi secundaria porque la principal preocupación es el personaje en sí mismo y nosotros tenemos que encontrar la ropa que funcione para ellos. No son disfraces, es ropa y está ahí porque vos tenés un ropero, yo tengo un ropero y ellos tienen un ropero. Solo buscamos que se sienta real.

Pensando en el desarrollo de personaje, ¿cuál sentís que fue el más desafiante... desde la creación de su vestuario?

Michelle Matland. Todos estos personajes -que fueron creados por Jesse Armstrong y a quienes conocemos porque miramos la serie-, debido a que tienen tantos arcos narrativos, atraviesan tantos altos y bajos en sus propias vidas y yo no sé realmente qué está por venir hasta que tengo el guion en mis manos... siempre estamos en un estilo de batalla con, primero, el tiempo y, segundo, con la posibilidad de mantener la historia individual de cada personaje. Nosotros nunca vamos a querer que el look de alguien se sienta como un acumulado de trajes, por ejemplo.

Cada uno tiene que tener su propio estilo y, para serte honesta, no sabemos si estamos por el buen o mal camino hasta que estamos ahí; y muchas veces toma más que un intento. El balance es súper delicado: intentar darle al actor lo que necesita, intentar darle al creador y director lo que quiere y, al mismo tiempo, construir un personaje que se sienta real.

Hoy todos hablan del lujo silencioso y Succession se transformó en referente de este concepto. ¿Cómo es trabajarlo desde la serie?

Michelle Matland. Para serte honesta creo que cuando empezamos a trabajar en esta serie no pensábamos que el lujo -cualquiera al cual nos refiramos- iba a ser algo tan gigante para hacer. Era algo que obviamente iba a estar porque la serie habla de ese 1%, de esos billonarios, de los nuevos ricos; pero todos son muy diferentes entre sí. Por ejemplo, la familia Roy y la familia Pierce son completamente distintos, casi antagónicos.

Cuando vemos a los Pierce, cuando vamos a la casa de Nan en California y ella está usando su blusa de algodón, nos da la idea de que ella recién entró a la casa de hacer el jardín con sus zapatos chatos. Después ves a los Roy que están con looks de negocios y con outfits súper lujosos. Así que ahí tenés a los dos tipos clásicos de ricos: uno es el dinero viejo y el otro el nuevo. Con eso tenés el "diner hip-hop" que son los nuevos de lo nuevo, chicos de 15 años que de pronto valen 60 millones de dólares.

Hay tantas capas de ese 1% que estoy segura no vimos venir el hecho de cómo se está hablando del lujo ahora.

Desde la perspectiva de su vestuario, ¿qué personaje sentís que hizo el cambio más rotundo?

Michelle Matland. ¡Oh! Todos, realmente creo que todos tuvieron un recorrido increíble. Desde Greg (Nicholas Braun) que llegó a Nueva York casi sin ropa y se compró un par de zapatos en una tienda de usados y tropezaba, pero que ahora lo ves emulando a Tom (Matthew Macfadyen); pero después tenés a Tom que viene de una familia de clase media, que fue a una universidad cualquiera y que cayó en este estilo de vida, al cual ahora aspira, porque quiere ser poderoso y tener  mucho dinero... pero que también es la persona que dice: "Me gusta la plata. Me gustan mis trajes". Tenés a alguien como Shiv quien, desde mi perspectiva, se transformó al menos cuatro veces y -a veces- hasta en un mismo episodio. Ella pasó por muchísimas situaciones dolorosas, con brillantes altos y muy oscuros bajos.

Así que es muy difícil elegir solo uno.

Hablando de eso, me gustaría hacer un doble clic en el personaje de Shiv. ¿Cómo definirías su estilo en la primera temporada versus en la temporada actual?

Michelle Matland. Creo que es clave recordar que en la primera temporada Shiv era casi una extraña en su propia familia, de la corporación y de las finanzas de la empresa. Ella estaba luchando por construir su propia carrera en el mundo de la política y eso es algo muy específico, así que todos los ítems de lujo fueron removidos por completo y toda su ropa solo se podía comprar en marcas norteamericanas medias. Digamos que el lujo no la iba a definir, sino que se trataba más de alejarla de eso.

En la segunda temporada hay un cambio -no solo de ropa, sino también en su pelo y maquillaje- en donde empiezan a aparecer los tacos, los pantalones, los sacos, los tonos marrones... porque ella busca encajar el directorio junto a sus hermanos y su padre.

Después ella viaja a lo que vimos en la temporada anterior y, todavía, un poquito ahora. Vemos cómo se abraza a su sexualidad y se siente poderosa. Esto nos llevó a lo que vemos ahora en donde está en conflicto pero sin querer renunciar porque son muchas las cosas que le pasaron, desde la muerte de su padre, la infidelidad de Tom, el hecho de que no es la sucesora definitiva. Así que van a ver algo muy claro en sus looks en donde está esto de que tiene el suficiente poder y herramientas para seguir esa batalla con sus hermanos.