MAR DE AJO.- Tres millones de personas, ni más ni menos, transitan durante cada verano por alguno de los balnearios que se alinean a lo largo de los casi cien kilómetros de playa ubicados entre San Clemente del Tuyú y Mar de Ajó.
Por eso resulta increíble pensar, creer y comprobar que con tanta gente deambulando por médanos, mar y bosques sigan manteniendo estos paradores la tranquilidad que le ofrecen a sus visitantes.
San Clemente del Tuyú es, sin dudas, el lugar más reconocido de esta franja costera, no sólo por ser el más cercano a la Capital Federal, sino también porque ha trascendido las fronteras con el oceanario más grande del país.
Mundo Marino es un fantástico acuario de casi veinte hectáreas, con otras tantas piletas donde conviven más de medio centenar de mamíferos marinos, aves acuáticas, la más inesperada variedad de peces y el conjunto de animales que completan la fauna costera.
El oceanario invita a una recorrida desde las primeras horas de la mañana hasta la caída del sol, cuando seguramente el visitante habrá advertido que le fue imposible conocer la totalidad de los rincones de este lugar encantador para toda la familia.
Una preferencia que los chicos reparten con Bahía Aventura, un complejo de entretenimientos y esparcimiento que propone juegos interactivos para que la familia entera disfrute las más fantásticas expresiones de la naturaleza junto al mar.
San Clemente del Tuyú tiene otro toque pintoresco en su particular puerto, con amarradero de madera desde donde operan pequeñas lanchas dedicadas a la pesca artesanal.
Sus capturas llegan rápidamente a pescaderías y restaurantes de la zona, donde la corvina negra es una pieza codiciada y los paladares exquisitos prueban una y otra vez el pejerrey al roquefort, una verdadera especialidad de la zona.
Las arenas finas, resplandecientes por el brillo de pequeños caracoles y conchillas, invitan a recorrer la costa y hacer una escapada hasta Santa Teresita, un balneario pleno de paz solamente alterado en febrero, cuando los bólidos del Turismo Carretera toman prestadas sus rutas para inaugurar la temporada de la categoría.
Las Toninas, Costa Chica, Costa del Este, Aguas Verdes, Mar del Tuyú y la Lucila del Mar ofrecen en pocos kilómetros variados encantos con playas amplias y solitarias, médanos naturales y una amplia vegetación en lo que podría llamarse el sector urbano de cada balneario.
San Bernardo merece un párrafo aparte. Ciudad del Sol y la Familia según sus habitantes, recibe cada temporada un público de todas las edades, pero con predominio de adolescentes, que llenan los campings con sus ansias de divertimento.
Los chalets con forma de barco y vista al mar de Costa Azul, la estructura hotelera y gastronómica de Mar de Ajó y la ancha costa virgen de Nueva Atlantis complementan una oferta riquísima en variantes y atractivos para vivirla a pleno y sin apuros.