Bici: la seguridad ante todo

Por Gaba Najmanovich
Especial para RevistaOHLALA.com

A la hora de salir a pasear en bici,y más aún si lo hacés de noche, hay que tomarse muy en serio las cuestiones de seguridad. Usarla como medio de transporte es genial, pero no deja de ser una responsabilidad civil y personal: hay que cuidarse y cuidar al otro. Esto no implica salir envuelta en cintas flúo (aunque estén de moda!) ya que, por suerte, los complementos para bicicleta son cada día más cancheros.

Los timbres clásicos de aluminio en colores pastel de Belosophy y las luces de silicona en forma de calaveritas de Itinerad son los mejores ejemplos de accesorios con onda.

Sí, ser visible es básico, pero hay algo más importante aún y es, a su vez, lo que menos nos gusta: el famoso casco. La estética ya no es excusa válida para no usarlo. Gracias a la expansión del ciclismo urbano, las firmas que antes se dedicaban exclusivamente a protección para carrera, hoy desarrollan nuevas líneas cuyos productos más que lindos. Además de venir en colores clásicos y otros menos convencionales, hay varios modelos con estampas de lo más divertidas, como la edición de Paul Frank y sus ya famosos monitos es la preferida.

La organización La Vida en Bici realizó el video "Hacete visible" para promover el uso de luces y bocinas, entre otras acciones para mejorar la seguridad de todos y la convivencia en el transito.

Hay días en los que ese hermoso paseo al aire libre se corta por una bendita rueda pinchada. Inevitablemente, por H o por B, todo ciclista urbano debe enfrentar algún incidente técnico. Para estos momentos es recomendable tener el kit para pinchaduras que incluye parches, cámaras, pegamento y otras herramientas básicas, como llaves Allen y cucharitas.

Ante el "no sé emparchar", podés encontrar en Youtube cual salvador con sus muchos tutoriales o lo que La Fabricicleta retruca con una propuesta más didáctica: talleres, repuestos, herramientas, espacio y gente con ganas de colaborar.

Este espacio está dedicado al arreglo y refacción de bicicletas, pero la idea es que el dueño sea el protagonista. Por esto un grupo de conocedores se pone al servicio de la comunidad y, a cambio de bizcochitos, un repuesto o una sonrisa, dan cátedra y una mano a la hora de reparar la bici.

Cuando las manualidades están en un horizonte muy lejano y el grito de socorro es inminente, lejos de desesperarse, lo mejor es darse una vuelta por la bicicletería del barrio y pedir una ayudita.