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BRUJAS belleza sin cuentos




B RUJAS (El Mercurio, de Santiago. Grupo de Diarios América).- Si uno se mantiene en un estado físico aceptable, los primeros doscientos escalones del Beffroi (el campanario de la ciudad de Brujas) se suben fáciles. Lentamente, uno va observando por las ventanas de la torre cómo el paisaje se abre y las calles estrechas se dibujan perfectas bajo los techos rojos y puntiagudos de las casas.
Poco a poco también el bullicio de los miles de turistas que inundan la ciudad se apaga y el silencio se apodera de todo, dejando paso únicamente a una suave brisa primaveral algo fría, pero reconfortante.
Ya en el escalón número trescientos, la torre se hace más estrecha y los músculos de las piernas comienzan a pedir su cuota de descanso, pero la cima tan cerca hace que uno finalmente ceda a la tentación y siga hasta el escalón 366, donde todo acaba.
La brisa es ya un viento que de inmediato seca la transpiración y apenas un leve murmullo de voces se escucha abajo, a lo lejos.
Desde la cúspide del campanario, la bella Brujas, el tesoro de Bélgica y quizás una de las ciudades más seductoras de Europa, aparece en toda su dimensión de canales y callejuelas empedradas, iglesias y casonas de fachadas escalonadas, un paisaje al que es difícil acostumbrarse a pesar de los años.
Una breve mirada a todo ese espectáculo irremediablemente nos transporta a la Edad Media y sólo el guiño de los autos o los letreros de los bares dan cuenta del tiempo que ha transcurrido.
Brujas es una castellanización de la palabra flamenca brugge, que significa puente: un nombre que le calza perfecto a esta pequeña Venecia . Además de su encanto personal, la historia de Brujas es ya parte de la atracción. Se remonta al 862, cuando un personaje llamado Balduino raptó a Judit, hija preferida del rey Carlos el Calvo y la llevó al norte de la Galia, tierra pantanosa y sometida a frecuentes invasiones de los vikingos.
Muy cerca de ese lugar, en el estuario del río ´t Zwin, Balduino levantó una fortaleza alrededor de la cual se comenzó a formar la ciudad.
Hoy, la capital de Flandes occidental vive un auge turístico que la hace ser parada obligada en cualquier viaje a Bélgica.
Su encanto, su magia medieval, sus cervezas, su cocina y su vida tranquila -a pesar de los visitantes- la cubren de un aire seductor que encanta y que transporta: rígidas leyes de construcción impiden que nuevas arquitecturas amenacen la armonía del estilo flamenco o barroco de los edificios, lo que finalmente provoca que todo parezca tal y como fue hace cientos de años. Justamente, los belgas han captado que ésa es una de las razones por las cuales los visitantes regresan una y otra vez desde todos los lugares del mundo.

Un idioma raro

En Brujas es imprescindible andar con un mapa. A las decenas de callejuelas sinuosas que terminan en otras callejuelas igualmente sinuosas se agrega el hecho de que es imposible abstraerse del espectáculo arquitectónico y además de lo extraño que para un latino resulta el idioma flamenco que domina la ciudad.
En el Markt (o Grand Place) se encuentra el centro de la congestión turística. Allí se eleva el campanario que encierra el carillón de Brujas con sus 47 campanas que en total suman 27 toneladas.
En el centro del Markt se encuentra la estatua en honor a Pieter de Coninck (artesano que lideró la insurrección contra los comerciantes que gobernaban la ciudad en 1302) y, justo a los pies del campanario, una réplica de la construcción en miniatura ha sido colocada para que los ciegos tengan una idea táctil de la torre.
Al lado izquierdo del campanario se encuentra el Palacio del Gobierno Provincial, una edificación estilo neogótico que ocupa todo un costado del Markt.
Los otros tres han sido destinados a restaurantes turísticos cuyas terrazas se colman de visitantes en los días de sol, en almuerzos que se demoran hasta media tarde.
Para planificar un buen tour por Brujas existen varias posibilidades según sean los intereses, pero un recorrido por las iglesias es fundamental.
Se debe partir entonces por la basílica de la Santa Sangre en el Burg (a mano izquierda del campanario, por la calle Breidelstraat). Según cuenta la historia, Thierry de Alsacia, conde de Flandes, trajo de Tierra Santa durante las Cruzadas unas gotas de la sangre de Cristo que regaló a la ciudad.

Un templo monumental

La iglesia de Nuestra Señora (calle Mariastraat) fue levantada entre los siglos XII y XIV y se la considera como una de las construcciones de ladrillo más altas de Europa con sus 122 metros.
Pero sin duda que su atractivo principal, aparte del religioso, es la escultura Virgen con el Niño , de Miguel Angel, obra que fue donada por un generoso mercader de nombre Jan van Moeskroen.
Otra de las construcciones religiosas que no pueden dejar de visitarse es la imponente catedral San Salvador, en la calle Zuidzandstraat.
Además, se debiera incluir la iglesia de Nuestra Señora de los Ciegos (en Kreupelenstraat, calle de los cojos ), Nuestra Señora de la Potterie (en flamenco, Onze-Lieve-Vrouw van de Potterie) ubicada en Potterierei 79, que alberga además un hospicio para ancianos, y la iglesia de San Jaime (Sint-Jacobskerk), que guarda una interesante muestra de arte, entre otras que aguardan al turista-caminante a la vuelta de muchas esquinas.

No sólo ladrillos

Pero Brujas, además de sus iglesias y museos, sin duda que es reconocida en los mapas turísticos por sus encajes, que pueden ir desde un simple souvenir enmarcado en un aro hasta una gran pieza de arte esculpida en tela.
Tradicionalmente, las ancianas tejedoras se ubican en Peperstraat, donde está el Centro Encajero. Allí, aunque ya es más difícil, se les puede ver trabajando en ese arte que le ha dado prestigio y turistas a Brujas.
Bélgica tiene una espectacular variedad de cervezas. Blancas, rojas, negras, todas están ahí, en los bares de Brujas, y basta con hacer un pequeño tour cervecero por los restaurantes del Markt para percatarse.
La Blanc de Brugges es ideal para el verano.
Y como para dar con todos los gustos, la gastronomía de Brujas incluye un buen número de restaurantes (como De Snippe, Manoir Stuivenberg, ´t Pandreitje y De Lotteburg), donde se puede comer desde bien hasta muy bien (dicen que los belgas inventaron las papas fritas, pero su gastronomía va mucho más allá).
No se pueden perder los choritos al vapor acompañados de papas fritas (Mosselen met Frieten) o los tomates rellenos con camarones (Tomaat met Garnalen). Sin contar las chocolaterías, donde los pralines (o bombones) son toda una experiencia.
Si entra a una de esas tiendas, pida una cajita con una selección de chocolates. Sin saberlo, volverá con algo de ese sabor de Brujas que es, sin duda, un pequeño toque de seducción para todos los sentidos.
Patricio Tapia A
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Por agua y por tierra
  • Una perspectiva para conocer la ciudad es por sus canales.
Hay siete embarcaderos desde donde salen botes más o menos cada media hora: calle Nieuwstraat número 11, Braambergstraat 1, Wollestraat 34, Katelijnestraat 4, Huidenvettersplein 13, Noorweegse y Visserhaven. Cuesta alrededor de cinco dólares por persona.
  • También existe la posibilidad de recorrer la ciudad en coche tirado por caballos.
Las salidas son desde la plaza Burg (los miércoles, desde el Markt) y el recorrido tarda media hora.
Cada coche cuesta 20 dólares, aproximadamente.
  • La Procesión de la Santa Sangre es una oportunidad única para viajar al medievo en Brujas.
La reliquia de la sangre de Cristo es transportada por las calles. Se expone todos los viernes, en la basílica de la Santa Sangre.
Algunos datos para llegar y dormir
Aéreo
Una forma de llegar a Bruselas -a 97 kilómetros de Brujas- es vía París volando por Air France. El valor del boleto más económico es de 1030 dólares en temporada baja ( hasta el 30 de abril); 1075 en intermedia ( 1º de mayo al 31 de ese mes); y 1175 en alta (1º de junio al 31 de julio).
Transporte
Para llegar a Brujas en auto, se toma la autopista de seis carriles A10/E40 que une Bruselas con Ostende. El alquiler de un coche mediano está en los 70 dólares diarios - sin seguro- y 250 semanales con seguro contra terceros.
Otra posibilidad es viajar en tren: hay servicios cada media hora y tarda 50 minutos en llegar.
Alojamiento
Brujas es una ciudad plena de romanticismo, cuyos hoteles se esmeran en conservar el estilo flamenco antiguo hasta en las habitaciones. Reciben muchos turistas los fines de semana, por lo que es conveniente hacer reservas con anticipación.
De Tuileriëen
Transformado en hotel en 1988, esta mansión del siglo XV consta de 26 habitaciones con vistas al canal. Domina en la decoración mármoles envejecidos, reproducciones de antigüedades, y tapicería en tonalidades verde y beige. El bar tiene chimenea y está adornado de cuadros escoceses.
Habitación doble: 250 dólares la noche (incluye desayuno).
Oud Huis Amsterdam
Es un noble edificio del siglo XVII, lujoso y confortable. Ostenta una colección de antigüedades, como grabados cordobeses, porcelana de Holanda, entre otros objetos. Posee habitaciones con vistas al canal y otras que dan al interior, que son mucho más apacibles, debido a que cerca del canal hay una calle con mucho tránsito.
Habitación doble: 152 dólares la noche, con desayuno.
Egmond
A 10 minutos del centro, este hotel de aspecto señorial se emplaza en el parque Minnewater. Tiene pisos de madera, chimenea, buhardillas de techos inclinados, y los ventanales de sus nueve habitaciones dan a un frondoso jardín. Habitación doble: 106 dólares con desayuno.
Europ
Se trata de un establecimiento nuevo y moderno. Dedica su atención a las comodidades del huésped y ofrece abundantes desayunos. Se ubica frente al canal. Habitación doble: 100 dólares, incluye desayuno.
Clima
Casi todas las estaciones son lluviosas, aunque no son copiosas. En verano las temperaturas más altas alcanzan los 23 grados (junio-julio-agosto) y las más bajas no descienden 1º bajo cero (enero- febrero).
Visa
No es requerida en tanto la estada no supere los 90 días.
Moneda
Franco belga. Un dólar equivale a 37,50.
Para mayor información
Oficina de turismo de Bélgica - Defensa 113 8º piso - Capital Federal. Tel.: 331-0066/69 Fax: 331-0814.
En Brujas
Westtoerisme - Kastell Tillegem-Brujas - Tel.: 32-50-380296 Toerisme Brugge - Burg 11 Tel.:32-50-448686.

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por Redacción OHLALÁ!


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