Desde el 7 de noviembre más de 120 prestadores de turismo aventura abandonaron por una semana sus montañas, sus pantanos, sus glaciares o sus belicosos ríos para apostarse detrás de un stand y convencer a quienes circulan por la ciudad de Buenos Aires que hay experiencias más escalofriantes que montarse a un colectivo repleto o tratar de cruzar la Avenida 9 de Julio en menos de cinco minutos.
Expoaventura, ése es el punto de reunión, se instaló por tercera vez en tres años en el Centro Municipal de Exposiciones con el propósito de reunir en un solo lugar a quienes trabajan en el turismo alternativo. Para el público, presenciar ese mundo cuesta 7 pesos, que será donado al Servicio de Voluntarias de las Damas Rosadas Maternidad Sardá. En 5600 metros cuadrados, corto espacio para ojos acostumbrados a horizontes intangibles, quienes trabajan en el turismo de aventura dan pruebas ciertas de que al resto de nuestro país no le sobra un centímetro de territorio para disfrutarlo, aún sin las comodidades de alfombrados mullidos y aire acondicionado. Es más, eso es lo mejor que tiene.
Allí se dan maña para instalar una pista de prueba de autos todoterreno y una pared de 7 metros para sacarse las ganas de escalar.
Ramiro de las Carreras, presidente de Génesis Eventos y organizador de la muestra, se alegra del progreso que ha tenido Expoaventura en sus tres ediciones. "Sobre todo, veo cómo los prestadores se han ido agrupando para promocionar la misma zona en stands mejores y más grandes", explica.
Justamente ese tema fue lo que le llamó la atención cuando comenzó a pensar en organizar este tipo de exposición: lo aislados que estaban quienes hacían turismo de aventura. De allí el éxito que ha tenido un servicio tan simple como es la publicación de un listado de los expositores, con la descripción de sus servicios y sus datos.
El pequeño manual fue probado el año último y la voracidad con que lo consultó una multitud aventurera obligó a su reedición esta temporada. A pesar de que Expoaventura no ha crecido en metros ocupados, Ramiro de las Carreras ve una mejora notable en la calidad, en la participación de delegaciones provinciales y, sobre todo, en el número de visitantes.
Diez mil personas asistieron a la primera experiencia, en 1995, dieciocho mil a la segunda y De las Carreras cree que no menos de veintidós mil irán este año al Centro Municipal.
¿Qué buscar allí?
En Expoaventura hay concursos y sorteos. Pero también, indumentaria y equipamiento para las actividades en la naturaleza, transportes, libros de viajes, publicaciones periódicas, centros de vacaciones, empresas de comunicaciones y representaciones de las provincias.
Y, por supuesto, están quienes guían a timoratos asfixiados de tanto aire puro por las cabalgatas, las travesías motorizadas, los botes, las escaladas, las profundidades marinas, las caminatas, los campamentos y otras reconciliaciones con nuestro paciente planeta.
Encarnación Ezcurra