
Carta de una hija a su mamá
11 de diciembre de 2014 • 09:36

Nos gustó mucho el mail de Marisa Peña, que nos escribió para contarnos sobre una coincidencia oportuna. Mientras teníamos un nuevo encuentro del Club, recibió una carta de su hija en la que le agradecía por haberle inculcado el amor por los libros. Le pareció que todo había sido escrito para ella esa vez y decidió compartir su emoción.
Nos decía: "Lo que mi hija de 19 años me dejó lo mando por archivo adjunto, pero te cuento que terminé de leerlo y mientras la esperaba para agradecerle lo escrito me puse a leer tu nota El placer del texto y me sorprendí pensando también lo escribió para mí", Marisa Peña, 25 de Mayo, Buenos Aires.

Ilustración de Tom Gauld, dibujante e historietista; publica en The Guardian
"Vi esta imagen y me acordé de vos. Es que desde que tengo uso de razón y desde antes de que lo tuviese, gracias a las fotos viejas, los libros nos han acompañado. Recién ahora, siendo más grande entiendo un poco más tu amor por ellos. Siempre me inculcaste la lectura, desde muy chica y es algo que agradezco. Me regalaste libros hermosos, algunos los leí recién hace unos años pero todos me han gustado. Admiro el esfuerzo que hacés por llevar la lectura a todos los que te rodean, compartir tus gustos y recomendaciones. Sin duda leer es muy importante, como pasatiempo, como placer, como herramienta de enriquecimiento del lenguaje y la cultura. Tu frase: y eso es porque no leen, suena en mi cabeza repetidas veces, cuántas cosas ignoramos al rehusarnos a leer. Al ver los libros como algo aburrido, tedioso. Quizás porque en la escuela misma algunos maestros empleaban como herramienta de castigo la lectura, si uno se portaba mal o hablaba en clase, debía leer más páginas. La lectura como vos bien dijiste, no tiene fecha de caducidad, siempre que queramos encontraremos en ella un refugio donde escapar, donde descansar, donde poder pensar sin tanto bullicio taladrándonos la cabeza. Al terminar cada libro de Zafón, pude experimentar esa sensación de: ¿y ahora qué hago? Querer que el libro continúe, que la magia de las historias no se acabe. Y es que los libros tienen eso, esa chispa que se enciende cuando una es atrapada por los relatos. Quedarme despierta hasta tarde, jurando que solo leeré una página más, y así hasta terminarlo. Contarte algunos hechos del libro como si fuesen situaciones que le pasaron a algún conocido, llegar a odiar a ciertos personajes y enamorarme de otros. Imaginarme como serían, los escenarios donde se sitúan.
Ahora que me acerqué más a la lectura, me agrada su compañía, la disfruto. Gracias mamá, gracias de verdad, por esto y muchas cosas más."
Marina Peña.
¿Qué les pareció? ¿Son de escribir cartas a las personas que quieren? ¿A quién agradecerían el gusto por la lectura?
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