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 • HISTORICO

¿Con qué conviene pagar en Brasil?

Dólares, reales, tarjeta de crédito o débito, vacacionar después del cepo cambió las reglas del juego




SALVADOR DE BAHIA.- Argentino que pisa tierra brasileña lo sabe: "Ahora nos toca a nosotros", dice Vanesa Verdi, porteña, de 33 años, en el aeropuerto de esta ciudad, cuando una mujer brasileña le pregunta a qué se debe la invasión de gente de su país. "Tantos años la balanza los favoreció a ustedes que podían venir a conocer el lado argentino de las cataratas, Bariloche, el Perito Moreno, Puerto Madero. Bueno, ahora nos toca a nosotros venir a tu país", completó.
Parece que los argentinos y los brasileños, además de estar separados por la rivalidad en el fútbol, también estamos condenados a una relación ambivalente uno con el otro. Es como si de uno y otro lado de la frontera estuviéramos esperando a cuál la economía la desfavorece más el tipo de cambio para sacar partido de esa situación.
La invasión de argentinos por estas horas es una realidad en las playas de Brasil. El tipo de cambio favorable es la razón. Todos lo saben. Los operadores turísticos dicen que post cepo, se incrementaron las ventas en el destino. Ya no existen trabas para comprar dólares o reales, cruzar la frontera y volver con las valijas llenas. Todavía no volvimos a los niveles del "Deme dos", de los 90, cuando los argentinos eran conocidos aquí por comprar el doble a precio de chiste.
Sin embargo, en las pizarras de las casas de cambio, es permanente la actualización de cotizaciones, al ritmo de la depreciación del real frente al dólar. Hace dos días, la pizarra de una casa de cambio del aeropuerto marcaba 3,40 reales por dólar para la compra y 3,60 para la venta. Antes del mediodía del lunes, el hombre ya había borrado la pantalla. Desde entonces, comprar un dólar costaba 3,80 reales y venderlo, valía lo mismo.
La inestabilidad cambiaria en Brasil se suma a que en Argentina el dólar también incrementó su valor desde que empezó el año. Entonces, la gran pregunta que se hacen los argentinos que vacacionan en estos destinos es cómo conviene pagar. ¿Con tarjeta o cambiar dólares a reales? ¿Débito, crédito o sacar plata del cajero, en Brasil? ¿Comprar reales en Argentina? Esa sería la mejor opción, pero lo cierto es que son pocos los lugares donde se consiguen.
"Para tener una noción rápida de cuánto salen las cosas, yo multiplico el valor en reales por cuatro. Así, algo que cuesta 10 reales, lo estoy pagando 40 pesos", explica Gastón Bermudez, 33 años, uno de los turistas que eligieron Morro para sus vacaciones. En realidad el cambio es un poco más favorable, un real está a 3,5 pesos. Pero Gastón prefiere redondear para arriba. "Yo compré dólares en Buenos Aires y acá cambié unos 200 dólares por reales. Después, pago todo con débito, porque me aseguro de que no voy a tener sorpresas. Si hace falta, vuelvo a cambiar dólares. Pero no me conviene cambiar todo junto, porque el real está bajando. Mejor esperar y cambiar sólo si hace falta", dice.
No es el único. Son muchos los argentinos que al elegir un medio electrónico para pagar sus consumos optan por la tarjeta de débito y no por la de crédito. Si bien, ninguna de las dos conlleva el pago de la percepción del 35% que agobió a viajeros por varios años, la diferencia es que con débito el pago es inmediato. En cambio, con crédito se pagará a la cotización del dólar al día del cierre del resumen.
Casi todos los comercios brasileños cuentan con la posibilidad de pagar con crédito o débito. Incluso los taxistas y los vendedores ambulantes, que durante el cepo cambiario argentino se adaptaron a las demandas de mercado de ese grupo de turistas.
Uno de los riesgos de pagar con tarjeta de crédito es el riesgo de que la tarjeta sea clonada. En ese caso, al hacer la denuncia, el trámite para recuperar el dinero sustraído de la cuenta puede ser mucho más engorroso.
"A un amigo le pasó. Pagó en el Ferrugem el año pasado con una tarjeta de débito y después estuvo todo el año peleando con el banco para que le devolvieran el dinero. Por eso, yo prefiero usar los dólares que compre en Buenos Aires a poco más de 13 pesos. Así, me siento segura de que no voy a tener ningún tipo de sorpresas. Lo que gasté, lo gasté y lo disfruté. Y listo", se convence Ludmila Vine, de 25 años, estudiante de diseño textil, que pasa su descanso en las playas de Bahía.

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