
Cuando te regalan un libro
27 de octubre de 2014 • 09:23

¿Qué hacés cuando te regalan un libro de un género o de un autor que jamás elegirías? ¿Lo leés porque sos de pensar que hay que probar para saber? ¿Intentás cambiarlo por otro título de tu interés? ¿Te lo quedás y lo mandás a la pila de libros para algún día? ¿Lo pasás a otro porque te da vergüenza que alguien lo descubra en tu biblioteca?

Esto de regalar o que te regalen libros tiene varios inconvenientes. No es lo mismo que el caso de una prenda a la que, si no te gusta, siempre podés cambiar con la excusa del talle o de que tenés muchas prendas del mismo color. Pero, cuando cambiás o descartás un libro te exponés, un libro se cambia porque no te gusta o porque ya lo leíste, con lo cual estás dando un mensaje claro de que el otro se equivocó: no te conoce lo suficiente.
Estuve de los dos lados de la cuestión y esa es la razón por la que desistí de regalar libros, al menos para los cumpleaños. Hoy por hoy sólo te regalo un libro si me lo pediste con mucha insistencia- por lo menos tres veces- y no te lo quiero prestar; entonces sí, lo compro y te lo obsequio y me libero de la angustia de que ese preciado objeto salga de mi biblioteca y no vuelva. Porque, como ya conversamos en alguna otra ocasión, para mí los libros, cuando se prestan, se liberan.
En una época me dio por regalar El Principito cada vez que me enamoraba o que alguien me caía muy bien, era una forma de decirle, tomá, descubrí el secreto del amor. Pocas veces surtió el efecto buscado: o resultó que ya lo habían leído de chicos y no les había parecido gran cosa, o simplemente ellos no leían nada que estuviera entre dos tapas y tuviera un lomo.
También me pasó no saber qué cara poner cuando alguien me regaló Alejandra Pizarnik con la seguridad de que me derretiría de la emoción porque "vos que leés tanto", o cuando a alguna amiga se le ocurrió para mi cumpleaños sorprenderme con un bestseller de autoayuda para mujeres "porque a vos te interesan estos temas ¿no?". Y, la verdad que no mucho, o si quiero leer alguno me lo elijo yo, a menos que vos consideres que tengo algún problema con la maternidad y por eso considerás que me resultará útil consultar el compilado de las notas de Laura Gutman.
Y sí, regalar libros es complicado. Pero a veces se da el milagro de que alguien nos conoce mucho o por simple acción del azar, llegan a nuestras manos obras que nos alimentan el alma. En los últimos meses algunas editoriales y autores me hicieron llegar sus libros para que los comente en esta sección. No me da el tiempo para leerlos a todos, pero quiero compartirlos y preguntarles si alguien los leyó y me recomienda ponerlo al tope de la lista.
Algunos los empecé y los dejé -creo que les conté que soy de leer varios al mismo tiempo- otros empecé las primeras páginas –siempre hago un pequeño testeo de lectura de solapa y primera página para ver si me engancha-, y varios los leí de un tirón –en general los de Anagrama porque me gustan mucho sus ediciones en cuanto a tapa, diseño y calidad del papel-.
Así tengo esta pila silenciosa que voy trasladando de la cama al living porque no me queda más espacio en la bibilioteca, en la que conviven Kurt Vonnegut, Arturo Pérez Reverte y Enrique Symns que compré hace varios meses y leo intercalados, con otros que fueron llegando y esperan su momento.

Para leer de corrido
Una semana en la nieve, Emmanuel Carrére, Anagrama, 2014. Un grupo de chicos pasa una semana de vacaciones en una estación de esquí, cuando se enteran de que en un pueblo vecino asesinaron a un niño de su misma edad. Más que miedo o acción, lo atrapante de esta novela es la forma de transmitir sensaciones, la perturbación de Nicolás, en su primer viaje lejos de sus padres, la relación con sus compañeros y el final que se va sugiriendo a lo largo del relato, pero en dosis homeopáticas.
Cero Cero Cero, Cómo la cocaína gobierna el mundo, Roberto Saviano, Anagrama, 2014. El autor italiano investiga y dilucida el universo de la droga. Después de Breaking Bad o la serie sobre Pablo Escobar, este libro viene a calmar el "síndrome de abstinencia".
Buenos Aires – Tijuana, Un viaje, Daniel Riera, Galerna, 2014. Son los relatos de viaje en ómnibus a través del continente latinoamericano, de un periodista junto con dos fotógrafos, la forma más intensa de viajar, dan ganas de comprarse un pasaje y vivir las anécdotas en carne propia.
La razón por la que salto, Naoki Hiahida, Roca Editorial, 2007. Es un libro escrito por un chico japonés, autista, que junta autobiografía, con ciertas explicaciones de la experiencia del autismo, derriba muchos mitos y salda muchas incógnitas sobre esta condición, y termina con un relato de ficción compuesto por el propio autor.
Esperan en la pila
No los leí pero los seleccioné para ¡hacerlo cuanto antes! Los comentarios sobre cada libro son los brindados por la editorial:
Renacer de los escombros, Gabriela Exilart, Random House Mondadori, 2014 - Lazos de amor tras el terremoto de San Juan de 1944.
Amaneceres en Jenin, Susan Abulhawa, Ediciones Nuevos Tiempos, 2014 - Una historia honesta y conmovedora sobre Palestina.
El enigma Spinoza, Irvin D. Yalom, Editorial Planeta, 2012- ¿Qué conecta al filósofo judío del siglo XVII Baruch Spinoza con el principal ideólogo de la "solución final" nazi?
Secreto Bien Guardado, Viviana Rivero, Editorial Planeta, 2009 – El hallazgo de un manuscrito familiar por parte de una joven recién llegada de España la transportará al pasado.
La portadora del cielo, Riikka Pelo, Fiordo Editorial, 2006 – Se presenta por primera vez en español y ubica a la autora, junto a Sofi Oksanen y Riikka Pulkkinen, como una de las narradoras jóvenes más sobresalientes de Finlandia.
Hoy un cuento de Claudia Piñeiro
¿Leyeron Un zapato y tres plumas, el cuento para hoy? Me gustó muchísimo y releí Las viudas de los jueves, el libro por el que esta contadora, periodista y escritora argentina se volvió la más vendida del país, con 400 mil ejemplares de ese título vendidos. Es curioso que una mujer logre ponerse en la piel de un hombre y que lo consiga con tanta verosimilitud. Por momentos me pareció notar un cierto aire a Abelardo Castillo, algo en el conflicto inexplicado pero deducible, quizá con algo menos de impacto al final, pero muy perturbador. ¿Leyeron Las viudas o algo más de esta autora?
Para el próximo encuentro, un cuento de la premio Nobel de Literatura 2013 Alice Munro,Radicales Libres
Y con el tema de regalar libros: ¿qué opinan, alguna confesión al respecto?
Recuerden escribir aclubdelecturaohlala@gmail.com
Cariños.
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