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De qué te podés enfermar si te estresás y te preocupás constantemente


Darle real dimensión a las cosas parece ser la clave para vivir una vida más feliz y con menos enfermedades

Darle real dimensión a las cosas parece ser la clave para vivir una vida más feliz y con menos enfermedades - Créditos: Shutterstock



Dicen los sabios que de nada sirve preocuparse de antemano por lo que pueda pasar, y que más vale ocuparse de lo que tenemos al alcance. Pues bien, en lo que a la salud se refiere, nada parece más acertado. Tener siempre una preocupación en mente e imaginar constantemente lo que podría pasar tiene efectos nefastos para el cuerpo y la mente, un dato para nada menor si tenemos en cuenta que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el país (las cuales, junto a los cánceres malignos, representan cerca del 40% de los decesos según el Ministerio de Salud de la Nación), seguidas de cerca por enfermedades respiratorias como la neumonía y la influenza y los accidentes cerebrovasculares.

¿Qué es "hacerse mala sangre"?

Lo que la mayoría de la gente llama "hacerse mala sangre" no es otra cosa que la respuesta natural del organismo frente a ciertos "estresores" o situaciones de amenaza, que pueden ser internos o externos y que son los responsables de generar la liberación de sustancias químicas en el organismo. Su función es estimular a los diversos tejidos que componen los órganos del cuerpo, sea para evitar el daño o bien para repararlo. De la enorme cantidad de sustancias químicas que intervienen en esta respuesta natural, las más importantes son la adrenalina y el cortisol, que cuando se encuentran en exceso en el torrente sanguíneo estimulan permanentemente a los órganos y pueden ser muy perjudiciales a largo plazo.
El resultado son enfermedades directamente asociadas al estrés, como, entre otras:
  • Insomnio
  • Déficit de atención
  • Depresión
  • Adicciones
  • Arritmias
  • Broncoespasmo
  • Gastritis
  • Úlceras
  • Reflujo
  • Intestino irritable
  • Dolores articulares
  • Alteraciones en la menstruación
  • Disfunción sexual
  • Eccemas
  • Alopecia
  • Prurito
  • Psoriasis
  • Cólicos renales
  • Alergias
  • Alteraciones del sistema inmune
  • Diabetes
  • Cefalea
  • Mareos
  • Lumbalgia
En este sentido, hay mucha relación entre la forma en que nos tomamos las cosas (o cómo reaccionamos ante lo que nos pasa) y la salud. Para el médico clínico Esteban Lezama, el ser humano vive en una relación constante entre la realidad externa que llamamos mundo exterior y la realidad interna que llamamos mundo interior o mundo psíquico, y nuestro ‘Yo’ vive constantemente buscando el equilibrio entre esos dos mundos."Si bien no hay un estudio científico que demuestre fehacientemente la relación entre el estrés y el cáncer, sin ninguna duda es un factor de mucho peso, porque está demostrado que muchas enfermedades oncológicas se desarrollan sobre la base de una respuesta inflamatoria crónica y el estrés crónico produce respuesta inflamatoria crónica", aclara el clínico.

Un delicado equilibrio

A nivel biológico la vida no es nada más ni menos que una serie de reacciones químicas en cadena que suceden permanente y cíclicamente, y en ese sentido, para nuestro cerebro no hay una gran diferencia entre las amenazas físicas reales y las amenazas que vienen del mundo psíquico. Al igual que ocurre en el plano físico, cuando se alteran nuestras emociones el cuerpo humano intenta recuperar el equilibrio perdido a través de las mismas sustancias que se dispararían si nos atacase un tigre. "El problema está en el tiempo en que dura esta respuesta al desequilibrio", comenta Lezama. "Como ejemplo imaginemos que nos cortamos con un cuchillo o nos fracturamos una pierna jugando al fútbol. Antes de que tengamos conciencia del problema, nuestro sistema nervioso central va a detectarlo y a disparar las respuestas necesarias para reparar el daño. Esta situación es puntual y limitada, porque la herida va a cicatrizar y el hueso va a reparar la fractura. Pero la situación es diferente cuando este mecanismo de protección se perpetua en el tiempo y se hace crónico, como en el caso del estrés, porque ninguna respuesta del organismo es gratuita. Todo tiene un costo funcional", añade.

La necesidad de cultivar la paz interior

Meditar, relajarse y destinar tiempo a la familia y los amigos, las claves para "equilibrar" el organismo y bajar los niveles de adrenalina y cortisol.

Meditar, relajarse y destinar tiempo a la familia y los amigos, las claves para "equilibrar" el organismo y bajar los niveles de adrenalina y cortisol.

Si tenemos en cuenta que los trastornos de la ansiedad son una epidemia mundial que no para de crecer (según difunde la Organización Mundial de la Salud) se hace evidente que necesitamos empezar a manejar nuestra cotidianeidad de manera diferente. "Una cosa es hacerse mala sangre por algo puntual y transitorio como haber perdido los documentos o chocar el auto. Pasamos un mal momento, pero lo solucionamos – dice Lezama- pero otra cosa es el estrés como lo concebimos hoy en día, más bien producto de nuestras preocupaciones desmedidas relacionadas al trabajo, al éxito, a la aceptación de los demás, a la vejez, al miedo a la enfermedad o la muerte, al miedo a la pobreza, al éxito de nuestra vida amorosa, o la salud de nuestros hijos. En ese sentido el estrés es igual al viento, como si camináramos por una cornisa y de repente viniera una ráfaga que nos hiciera perder el equilibrio y caernos al precipicio. El viento es el estrés, y el golpe tras la caída serían el síntoma o la enfermedad."
En un mundo en el que las amenazas surgen del mundo interior, vivimos cada vez más momentos de frustración y exigencia que de relajación y placer. El resultado es que se generan emociones y sentimientos negativos que producen un exceso de adrenalina y cortisol en sangre, que necesitamos compensar con actividades que nos traigan paz y felicidad. En ese sentido se vuelve fundamental destinar tiempo para la familia y los amigos, para la meditación, los deportes y los hobbies, así como a cualquier otra actividad que nos de placer por el simple hecho de llevarla a cabo. Hacer tiempo en nuestra agenda para esto no solo va a redundar en menos enfermedades, también en una mejor calidad de vida.
Expertos consultados: Dr. Esteban Lezama, Médico clínico (MN 70485 - MP 552.067). Dra. María Alejandra Rodríguez Zía, Médica clínica y endocrinóloga (MN 70.787).

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