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Ideas para ordenar tu biblioteca




Del desafío de leer a Hawking y su historia de las teorías científicas que buscan resolver el problema del origen del universo hoy vamos a pasar a algo más terrenal: el problema de ordenar nuestros libros.
La cuestión surgió así: me puse a buscar el ejemplar de Breve historia del tiempo en mi biblioteca, el lugar de preferencia para hacer el primer intento. A simple vista no lo ubiqué. Después recordé que en abril estaba usando el libro para preparar una clase de Teoría del conocimiento y supuse que quedó en algún armario junto con las carpetas y los papeles de la materia. No estaba allí. ¿Lo habré olvidado en la sala de profesores? ¿Lo presté? Lo dejé en la fotocopiadora? ¿Estará debajo de esa eterna pila de libros que tengo en un rincón de mi dormitorio esperando ser clasificados, encontrar lugar en algún estante de la biblioteca?

Créditos: Corbis

El problema es que no queda lugar en esa biblioteca y los libros hace tiempo que vienen acumulándose en cualquier lugar. Una mesa, una estantería que en principio estaba destinada a adornos y fotos familiares, un rincón en el suelo, un cajón de la mesita de luz, una torre sobre la otra mesa de luz, en el placard, sobre el escritorio, hasta en la mesada de la cocina,.
Lo mismo me pasa con la colección de revistas en las que escribí: Buena Salud, Salud Vital, Buenos Viajes, Ser Unica, Uno Mismo, las OHLALÁ! y otras. El tema de los apuntes de la facultad que guardé durante años y conservé durante varias mudanzas, después de recibirme, por suerte ya lo solucioné hace tiempo, el día en que asumí -como el sentido común indica- que no tenía sentido guardar viejas fotocopias por más que allí estuviera condensado todo lo aprendido. ¿Lo estaba realmente allí en esos papeles amontonados? Ese día entendí que podía desprenderme de la montaña de fotocopias y seguir adelante con la vida. Pero con los libros, con las revistas donde están publicados tantos textos que yo misma escribí, está mi firma allí. cómo no guardarlos por siempre. Tal vez debería encuadernarlos - Una vez un lector me tuiteó una imagen de las Buenos Viajes encuadernadas,no sería mala idea: mi obra conservada como corresponde para mostrársela el día de mañana a mis nietos. La cuestión es que no entran, ocupan lugar en el placard, tendría que construir más espacios de guardado como aconsejan las compañeras de Living -ah, me olvidaba contarles que tengo una colección de revistas Living, que conservo de la época en que recién mudados, me ocupaba de imaginar la decoración del departamento. Por supuesto sin haber llegado jamás reproducir ninguna de las fotos de ambientes divinos y perfectamente equilibrados de las casas que allí se muestran.
No sé cuántas son las revistas que conservo: ¿trescientas, quinientas, mil? Y la cantidad de libros que no leo hace años, ni yo ni nadie en mi casa. Para colmo mi biblioteca llega hasta el techo. Recuerdo que el arquitecto que la diseñó me advirtió que era mejor que la altura llegara hasta la línea del borde del rollo de la persiana, para respetar la escala humana. Yo en ese momento tenía necesidad de espacio: tengo muchos libros, no puedo sacrificar estantes. La cuestión es que hace tiempo que vengo sintiendo que el protagonismo de ese mueble es excesivo, como que se nos viene encima.

Créditos: Corbis

Y bueno, me decidí. ¡A vaciar la biblioteca, amigos! Durante una semana estuve bajando libros que jamás pensé que dejaría, libros con dedicatorias de sus autores, de quien me los había regalado, recuerdos de momentos especiales, del afecto de personas queridas.
Había que hacer espacio. La decisión estaba tomada. Les cuento cómo lo resolví, en un punteo de ideas que no pasaron de eso y soluciones que apliqué, con sus sorpresas colaterales.
1. Podría hacer una fiesta, invitar viejos amigos, a ustedes, decirles que se lleven los libros que quieran. Sería divertido.
2. Donarlos a instituciones. Separar los libros por categorías y pensar a qué instituciones puedo donarlas, un hospital, una hogar de ancianos, un club, una biblioteca barrial.
3. Llamar a algún lugar de compraventa. Ya había hecho la experiencia cuando me tocó vaciar la biblioteca de mi padre y no salió bien. Se llevaron un diez por ciento y del resto después me tuve que ocupar haciendo precisamente el punto 2 y el que sigue.
4. Llevarlos a las ferias de libros usados: Parque Rivadavia, Parque Centenario, Plaza Italia y muchas otras, donde podés vender o canjear. Esto fue muy entretenido y un lindo momento: hablar con los puesteros y con otra gente que también iba a vender o a comprar, comentar los títulos, recomendanos lecturas, descubrir quién es el librero auténtico, el que sabe, o el que deja pasar lo bueno porque o no reconoce el título o piensa que no lo podrá vender a un buen precio. Te pagan el 30 por ciento del precio que ellos calculan que le van a poner en la venta.
5. Liberarlos. Los libros y revistas que no pude o no quise porque me parecía que era un despropósito darlo por un precio irrisorio preferí soltarlos. Puse todos en un banco de la plaza y volví a la noche, quedaban poquitos y había gente que se paraba tímidamente a ver de qué se trataba.
6. Regalarlos en mano. En un momento me acerqué a un grupo y se los ofrecí: eligieron uno cada uno, y nos quedamos charlando un rato.
7. Ordenar y clasificar. Cuando saqué los libros de los estantes superiores - la verdad, era un lío subirse hasta ahí- les puse adornos: esas letras de moda -como las de las fotos de las Living, see- AMOR, PAZ, HOME, dos lechucitas de cerámica y un par de retratos familiares. El resto, es lo que me queda pendiente: ordenar y clasificar los libros que dejé: los de mis autores preferidos, los del resto de mi familia, los de consulta. Y, especialmente dejar algunos estantes libres para poder llenarlos con los nuevos libros que leeré este año.

Créditos: Corbis

Ya tengo varios aerosoles de Blem y varias franelas nuevas. Y el libro de Hawking no lo encontré...
¿Como conservan sus libros? ¿Tienen ordenadas sus bibliotecas? ¿Algún sistema de archivo fácil de aplicar?
Como siempre, pueden escribirme a clubdelecturaohlala@gmail.com
Cariños.

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