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Leamos a Bioy




Créditos: Archivo La Nación

Adolfo Bioy Casares no sólo es conocido y elogiado por su obra literaria. Lo que más resalta en todas las reseñas que se estuvieron publicando estos días con motivo del centenario de su nacimiento (el 15 de septiembre) es su personalidad.
Celebración, fantasía, felicidad, vanguardia, savoir vivre, un profundo conocimiento de sí mismo y de su capacidad de generar cambios en la vida de los demás son algunos de los rasgos más destacados del carácter del escritor que, no cabe duda, le aseguran un lugar como referente del espíritu ohlalero.
Mucho de lo que se cuenta sobre su modo de encarar la vida, las relaciones, el entusiasmo por los detalles, el culto a la amistad, a ponerle un toque de belleza a los momentos simples como tomar el té o desayunar con su pareja, ser capaz de admirar y elogiar el trabajo de otros, son todos rasgos que nosotras también buscamos transmitir.
Casualmente de esas, entre otras cuestiones, estuvimos hablando el otro día con las editoras y blogueras de Ohlala! en nuestro encuentro #movidafeliz. Nos dimos cuenta de que todas, desde distintos espacios estamos siempre buscando ofrecerles excusas para ser más felices: por medio de la moda, de las conversaciones de chicas, de brindarles datos de lugares y de cosas que nos resultaron originales, incluso de nuestros desafíos cotidianos. En esta sección, a través de lecturas compartidas.
Todas estuvimos de acuerdo en que la interactividad que nos da la web con ustedes es una oportunidad de tener una devolución instantánea de lo que hacemos –sí: todas los leemos y tenemos en cuenta todos sus comentarios y eso es una de las cosas que más nos gusta-.
Bioy y Silvina en el escritorio y biblioteca de la casa en la que vivieron

Bioy y Silvina en el escritorio y biblioteca de la casa en la que vivieron - Créditos: Archivo La Nación

Volviendo a nuestro tema, otro de los rasgos admirados de su vida es su amor por Silvina Ocampo, once años mayor que él, con quien se casó y adoptaron una hija, sin importarles críticas ni prejuicios sociales. El matrimonio de Bioy y Silvina, considerada por muchos como una sola entidad bifronte fue al cholulismo del ambiente literario argentino lo que Brad Pitt y Angelina Jolie son al mundo del espectáculo. Los Bioy como los Brangelina fascinaban por su glamour, belleza y su aura aristocrática.
en 1940: Oscar Pardo, Enrique Drago Mitre, Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares; y Bioy con Borges en la librería de Alberto Casares en 1985

en 1940: Oscar Pardo, Enrique Drago Mitre, Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares; y Bioy con Borges en la librería de Alberto Casares en 1985 - Créditos: Archivo La Nación

Entre esas cosas que nos fascinan, está su amistad mítica con Jorge Luis Borges y, especialmente la historia de sus comienzos juntos cuando tuvieron que redactar un folleto publicitario por encargo de un familiar de Bioy Casares, propietario de una tradicional lechería. La leche cuajada de La Martona, que redactaron y se publicó en 1935, aunque los consagró como pésimos publicitarios, les permitió descubrir una poderosa química artística que los llevó a escribir, a cuatro manos, distintas genialidades en forma de cuentos, traducciones, guiones cinematográficos, crónicas paródicas, antologías, una casi-novela.
Les paso un párrafo del folleto para que juzguen por sí mismos: "El arcano y la maravilla suelen estar a nuestro alrededor: la costumbre nos impide percibirlos; miramos sin ver, creemos que nada queda por ver, y nos dirigimos hacia lo lejano, lo remoto, en busca de esfinges y maravillas. Sin embargo el elixir de la larga vida, de los cuentos y de algunas débiles fallas de nuestra desesperanza, es por todos conocido: la leche cuajada, el alimento de Matusalén". ¿A alguno de ustedes se le ocurriría ir a comprar yogur después de leer algo así?
Como sabemos, después la cosa cambió drásticamente. Especialmente con la publicación en 1940 de La invención de Morel, su primera novela fantástica, donde narra la aventura de un fugitivo, condenado a cadena perpetua, que arriba a una isla desierta en algún lugar del Pacífico Sur, donde también hay presencia de un extraño virus. Mientras está en la isla, llega un grupo de turistas a los que observa de lejos y de quienes empieza a desconfiar cuando se enamora de una mujer del grupo pero comprueba que fracasa en cada uno de sus intentos por declararle su amor. Un fenómeno curioso e inexplicable se lo impide. Cuando finalmente consigue descubrir el funcionamiento del mecanismo que atrajo a los turistas, amigos de Morel, a la isla, decide inmortalizar su imagen junto con la de su amada.

Créditos: Archivo La Nación

Además de algunas similitudes con la trama de Lost, alrededor de este libro se creó también un interés masivo en varias partes del mundo cuando en el capítulo cuatro (Eggtown) de la cuarta temporada de la serie televisiva se vio al carilindo Sawyer leyendo una versión en inglés del libro de Bioy Casares – fiel a su costumbre acaparadora el muy pillo lo había tomado sin permiso de la biblioteca del malvado y culto Ben-. Después de que ese episodio se vio en Estados Unidos, las ventas de la novela se dispararon, alcanzando el ranking de los 100 libros más vendidos en Amazon y se ubicó entre los diez títulos más populares en la categoría de literatura latinoamericana.

Leemos juntos

Historia desaforada, uno de los cuentos del libro Historias desaforadas, le fascinó a mi hijo adolescente, lo que me hizo pensar que no está mal forzar un poco el hábito de la lectura en nuestros pequeñines. Me inspiré para eso en el filme Manos milagrosas, la historia de Ben Carson, un famoso neurocirujano que en 1987 logró separar a siameses que habían nacido unidos por el cráneo; la cuestión es que parece que era uno de los peores alumnos y lo superó con creces gracias a que su madre lo obligó a él y a su hermano a leer dos libros que ellos quisieran y a elaborar un informe escrito de cada uno por semana- .
En honor al esfuerzo de Dami les copio su informe que por otra parte me entusiasmó para leer el cuento. Historia desaforada es una serie de sucesos narrados por un periodista acerca de un científico al que permanentemente busca entrevistar. El narrador busca encontrarse con el profesor Haeckel, un personaje extraño, que solía evitar a los periodistas. Después perseguirlo durante mucho tiempo por Europa, lo encuentra en Brigue y le hace varias preguntas. En ese momento, el profesor le confiesa que no se escapaba de él, sino de un ex paciente suyo conocido como El Buey, quien quería asesinarlo, debido a que experimentó sobre él diferentes fórmulas para luchar contra la vejez. El pobre hombre, como consecuencia, sufrió un importante crecimiento de sus hormonas y se convirtió en algo parecido a un monstruo. El Buey comenzó a buscar al profesor por toda Europa, quien por temor a que lo encuentre, no se quedaba mucho tiempo en ningún lugar. La historia termina cuando el periodista empieza a oír golpes en la puerta de la casa y sospechando que podía ser el grandote, se esconde y apaga el grabador. No sabemos qué pasó finalmente pero podemos adivinarlo: Haeckel y el periodista terminan asesinados por el Buey. ¿Lo leyeron?
El cuento que yo leí estos días es Clave para un amor surrealista, fantástico y me llevó a evocar el clima de la canción Hotel California (la historia también transcurre en un hotel repleto de personajes extraños, fanstasmagóricos) y la de uno de los últimos libros de César Aira, El testamento del mago tenor, que también habla de la fascinación por los números circenses, en este cuento ser refiere a un trapecista dispuesto a dar su vida por lograr el cuádruple salto mortal y en Aira es un mago que decide heredar el secreto de su truco a un personaje muy extraño.
¿Ustedes qué leyeron? ¿Participaron de alguna actividad homenaje? ¿Qué les parecieron los microcuentos?

Leemos un cuento

Para comentar en el próximo encuentro, el jueves 9 de octubre, les dejo un sitio con cuatro cuentos imperdibles de Abelardo Castillo. Son cortos así que les propongo uno a elección o por supuesto, los cuatro.

Agenda

Esta actividad ya pasó pero creo que todavía podemos sumarnos: el 19 de septiembre la Fundación Leer organizó en todo el país la Maratón Nacional de Lectura, un evento gratuito y no competitivo que busca estimular el vínculo entre los libros y los chicos, para que lean por placer. Además de los casi 3.5 millones de chicos anotados, de todo el país, la Fundación propuso que se sumen familias, comprometiéndose a tomarse un rato ese día o los siguientes, para leer todos juntos con los chicos.
Desde ayer hasta el 1 de octubre se realiza el Festival FILBA Internacional en Buenos Aires, Montevideo y Santiago, con Bolivia como país invitado. El programa puede consultarse en el sitio: http://filba.org.ar/
Recuerden que pueden mandar sus comentarios y sugerencias a clubdelecturaohlala@gmail.com.
Quiero avisarles que hoy no voy a poder entrar comentar, los encuentro mañana por aquí.
Cariños.

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