

MONTREAL.- Esta espaciosa, verde y multirracial ciudad está inmejorablemente ubicada a orillas del río Saint Laurent y alrededor del monte Royal. Pertenece a la provincia de Quebec, que alberga a inmigrantes de todas partes del mundo, lo que la convierte en una metrópoli multicultural: de movida tiene dos idiomas oficiales, el inglés y el francés.
Así es este lugar. Cálido en el verano, con festivales de arte en las calles y parques; y accesible en el invierno gracias a los medios de transporte y la ciudad subterránea que comunica con el exterior.
Montreal fue visitada en 1535 por el explorador francés Jean Cartier, quien le dio su nombre; un siglo más tarde, la Sociedad de Nuestra Señora de Montreal adquirió la isla y el gobernador de Nueva Francia dio posesión de la misma a Paul Chomedey de Maisonneuve. En 1763, al terminar la Guerra de los Siete Años, Inglaterra tomó la colonia y 100 años más tarde le dio la independencia.
Subir y bajar
Esta es una ciudad distinta de las que podemos encontrar en toda América del Norte. Los edificios sobre la ladera sur del monte, que pertenecen a la Universidad de McGill, están construidos en imponente estilo inglés de siglos pasados. Sobre la misma ladera están el Hospital General y el Victoria, del mismo estilo, lo que da a esa zona un aire majestuoso.
Circundando el monte, las avenidas que suben y bajan forman barrios con características singulares y llama la atención la cantidad de lenguas que se escuchan en las calles.
Subir a un autobús ya es toda una experiencia: el conductor responderá en francés o inglés, según la lengua en que hable el turista. Y son simpatiquísimos: al ascender o descender cada pasajero, ellos agradecen por la utilización del servicio y con una sonrisa desean un buen día.
Los colectivos tienen horarios fijos para cada parada, que figuran en cada una y en folletos que se reparten en las estaciones de subterráneo. Para utilizar el transporte público, metro y autobús, existe la posibilidad de adquirir tarjetas semanales y mensuales, que permiten el acceso libre a cualquier medio.
Hay tres líneas de metro que cubren la totalidad de la ciudad y que se distribuyen en varios niveles. En algunas estaciones hay escaleras mecánicas larguísimas, que atraviesan los tres niveles y desde las que se puede balconear sobre los andenes.
Italianos, portugueses, chinos
En Montreal siempre hay algo para descubrir en alguno de sus barrios: en el italiano, el mejor café exprés; en el portugués, buenos platos marinos, y comida, adornos y medicinas para cualquier enfermedad en el chino.
Si se elige la avenida Sherbroke para pasear, el glam está presente: Dolce & Gabana, Donna Karan y Armani y, claro, el Hotel Ritz, tan elegante como el parisiense. Pero lo notable de estos negocios es que además de tener entrada por la calle también tienen acceso por las vías subterráneas que conforman una pequeña ciudad al resguardo del invierno, con temperaturas de hasta 30°C bajo cero.
En la ancha avenida Saint Denis están los restaurantes, cervecerías, magazines de ropa, accesorios y antigüedades, además de sofisticadas chocolaterías en las que no es difícil encontrar delikatessen como chocolate a la pimienta de Cayena.
Le Plateau Mont Royal es el barrio francés y uno de los pocos reductos hippies que quedan en América del Norte, mientras que en el barrio inglés todo es más señorial, desde las casonas hasta las costumbres.
Finalmente, hay que correr el downtown por la avenida René Levesque para ver la maravilla arquitectónica moderna: rascacielos vidriados presentan un conjunto de formas geométricas que invita a la contemplación. Y si decide pasear por las cuadras del barrio chino, lleno de restaurantes y herboristerías, atendidos por sus dueños, salga con un buen diccionario.
Libros, CD y videos en la biblioteca
Una de las atracciones de esta ciudad es La Grande Bibliothèque. Se trata de un edificio de paredes vidriadas que permiten compartir el espacio de seis pisos en una gran transparencia de secciones.
Allí hay libros en todos los idiomas, CD y videos que se pueden ver ahí mismo o llevarlos al domicilio. Igual que los libros, se puede elegir y sacarlos de los estantes y pasarlos por un lector láser que registra los datos personales, devuelve un ticket con la fecha para reintegrar el material.
También hay varios centenares de computadoras última generación que se pueden utilizar registrándose en la mesa de entradas en el momento, todo en forma gratuita.
El acceso a la biblioteca es por varias calles y, por supuesto, desde la parte subterránea de la ciudad, por una estación de metro que desemboca en ella directamente.
Los mercados de frutas y verduras son todo el año una fiesta en la que se puede degustar los quesos y las frutas exóticas que llegan de los cinco continentes.
Uno de los paseos recomendados es el Biodomo. El atractivo es que en un solo lugar reúne los climas de todo el mundo, recreados artificialmente y con animales autóctonos de esos ambientes.
El Jardín Botánico es un parque gigantesco en el que hay réplicas de jardines modelo del mundo, como China, Japón y Holanda.
Finalmente, pero no porque se termine, el Viejo Puerto, el Insectario, la Basílica de Notre Dame y, por supuesto, el recorrido de la ciudad subterránea son los recomendados.
Datos útiles
Cómo llegar
Air Canada ofrece vuelos con escala en Santiago de Chile o San Pablo. Dura 14 horas y cuesta UDS 1072.
Si se tiene visa para pasar por Estados Unidos, se puede volar con United y American Airlines.
Mas información
Embajada de Canadá, Tagle 2828; 4808-1000/Fax 4808-1111; e-mail: bairs-webmail@international.gc.ca
Horario de Atención: lunes a jueves, de 8.30 a 11.30
Viviana Sonnenchein
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