Los jueves a la mañana –día más, día menos– leo el correo de lectoras. Es un nuevo hábito en mi vida que no cambiaría por nada. Llego a la redacción temprano, me hago unos mates, prendo la compu y allí están: cientos de e-mails en la bandeja de entrada de correolectoras@revistaohlala.com. Durante los primeros días de mi nueva costumbre, me llamó la atención la apertura con la cual escriben algunas mujeres. Entonces, me pregunté qué fibra les habrá tocado OHLALÁ!, que las llevó a contar que se hicieron vegetarianas; que empezaron yoga; que renunciaron a una multinacional y ahora trabajan
desde la casa –ganando menos, pero felices porque están más tiempo con sus hijos–; que están estudiando Guión porque descubrieron a los 35 años que era eso, y no la abogacía, lo que realmente amaban; que desde hace años son "la otra" de un hombre, pero que ahora decidieron ponerle punto final a esa historia. ¿Qué les pasa a estas mujeres? ¿Qué te pasa a vos? ¿Qué tocamos en tu vida que quedó haciendo ruido y te llevó, después, a escribirnos y a abrirte de esa manera?
Creo que la respuesta tiene que ver con que esto no es una redacción de un lado y un grupo de lectoras del otro. Esto es una barra de amigas. De igual a igual. Es un grupo de pertenencia. Y cuando uno pertenece, se siente cómodo y se abre, comparte. Sin peros, sin miedo a ser juzgado, sin ponerle límites a la entrega. El poder de la amistad es terriblemente beneficioso. Todo es más fácil cuando se está con amigos, cuando se encuentra un lugar para hablar y ser escuchado, cuando hay alguien del otro lado dispuesto a darnos una palmadita en el hombro y recordarnos, una vez más, que todo pasa, que las crisis son maravillosas y que lo mejor que uno puede hacer con la vida es vivirla.
A partir de ahora, queridas lectoras, yo prefiero empezar a llamarlas queridas amigas. Y nada mejor que comenzar a hacerlo en el Día del Amigo. El 20 de julio brindaré por cada una de ustedes. Siento una gratitud enorme ante gestos de tanta generosidad. Gracias por estar.
Gracias por compartir sus vidas con OHLALÁ!
Cariños,
Directora Editorial
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